Dictaron en Táchira taller sobre lengua de señas
Momento del taller de lengua de señas a miembros del personal del Núcleo (Foto: Marlene Otero S.)
En el inicio de las actividades programadas para la celebración del 49 aniversario de la ULA Táchira, este lunes 23 de noviembre fue dictado un “Taller de lengua de señas”, organizado por SIPRULA Táchira y dictado por el especialista Joel Guerrero.
Según el facilitador de este taller, quien es licenciado en interpretación y traducción de lengua de señas venezolana, carrera de reciente data, la cual está impulsando la UPTM en Mérida, la iniciativa surge porque en el Núcleo laboran empleados y obreros sordos o con deficiencia auditiva y al menos conoce el caso de un estudiante de la carrera de Geografía, quien presenta esta misma discapacidad.
Otra de las razones que justificaron el taller, de acuerdo con el licenciado Guerreo, es la necesidad que presentan los demás miembros de la comunidad, para comunicarse con ellos, situación que los hace estar incomunicados y desinformados, en virtud que su lenguaje es completamente distinto al de las personas que hablan porque el carácter de este esta lengua es viso-gestual-tridimensional-espacial.
Ello planteó la necesidad de brindar formación a un grupo de personas, entre ellos docentes, administrativos y obreros que lo requerían, por ello se dictó este taller básico, “porque se tiene claro que en un día no se aprende este nuevo lenguaje, pero a partir de estos conocimientos iniciales el cerebro se acostumbra a ver las imágenes de este lenguaje, porque la semiótica que analiza el signo, lleva a que el cerebro use el ojo para poder entender, aprender a ver distinto porque nosotros como somos auditivos aprendemos solo a oír y de ahí no nos salimos, pero estoy seguro que a partir de hoy van a tener otra visión real del lenguaje de señas venezolano”.
El especialista recomienda que para continuar ahondando en este nuevo lenguaje, habría que pensar en realizar un taller de lengua de señas de unos 3 meses en el que se pueda dar una acreditación, no sería un certificado de intérprete, porque este es una acreditación que solo puede otorgar un instituto nacional con competencia para ello, pero sí un certificado de lengua de señas, para ello recomienda que este taller “debería ser dictado en primer lugar para miembros del personal docente dado que ellos no saben qué hacer cuando tienen alumnos sordos”.
En el taller del día de hoy, apuntó Guerrero, se dio a conocer que “la discapacidad auditiva no es una incapacidad intelectual”, como bien apuntaba Gallaudet, fundador de la primera escuela norteamericana en la materia, sino que “los sordos producen y aportan a la comunidad, tanto como los que oyen”.
De allí, el facilitador del taller deriva las riquezas que también le han entregado a la universidad estas personas por lo que "hay que hacer saber a la comunidad uletense que el aporte de ellos sería de tanta importancia como los aportes de cualquiera de sus demás miembros".
Al mismo tiempo, Guerrero expresa que “la comunidad uletense tiene una riqueza en esa minoría lingüística”, como la tiene con los que hablan otros idiomas como el inglés y el francés y “esa riqueza debería ser aprovechada para crear cátedras con ellos porque ellos son nativos naturales de su lengua, nosotros apenas somos intérpretes de esos signos pero ellos usan sus signos reales, esta comunidad debe ser vista como la de una minoría que posee una riqueza y un potencial lingüístico y al mismo tiempo forman parte de ese patrimonio cultural de la ULA” el cual debería ser aprovechado para que ellos mismos –los miembros de esta pequeña comunidad o minoría-, puedan dictar cátedra a otros miembros de la comunidad, en especial a quienes se forman para ejercer la función docente.