Miguel Alejandro Ramírez logró su meta al graduarse de Químico en la ULA

Miguel Alejandro Ramírez Rodríguez, agradeció a la Universidad de Los Andes, a su familia, profesores y compañeros de estudios, y especialmente a su mamá y papá por el apoyo brindado, para quienes dijo no contar con las palabras debidas para describir su emoción. “Me llevo una cantidad de enseñanzas en lo académico y social, he madurado, he crecido obviamente, he compartido y mejorado”. (Fotografía: L. Altuve)

** La edad ni la distancia geográfica fueron impedimentos para que en plena pubertad y adolescencia, Miguel Alejandro Ramírez Rodríguez, de 14 años de edad, ingresara en la carrera de Química en la Universidad de Los Andes, institución de la cual egresó con 19 años y un promedio académico de 18,86 puntos

El pasado 27 de abril de presente año, el joven merideño, Miguel Alejandro Ramírez Rodríguez, de 19 años de edad, recibió de manos del rector de la Universidad de Los Andes, el título universitario que le acredita ser Licenciado en Química, sueño que vislumbró cuando apenas contaba con once años y cursaba sexto grado de su educación primaria.

La historia de Miguel Alejandro Ramírez, se diferencia a la de otros estudiantes universitarios, debido a que su asistencia a la actividad de extensión que realiza la Facultad de Ciencias de la ULA denominada el Encuentro con la Física, Química, Matemática y Biología y su acompañamiento a la presentación de una tesis de grado de un amigo de su natal Bailadores, le permitió soñar con un rápido ingreso a la Universidad de Los Andes a estudiar Química, pues en ambas actividades sintió atracción por los experimentos observados.

El salto académico que aspiraba dar Miguel Alejandro parecía casi imposible, pero su inquietud, anhelo, aspiración inteligencia no se quedaron sólo en eso, pues con el acompañamiento familiar y docente, logró importantes avance en su sueño luego de culminar su sexto grado e iniciar el primer año de bachillerato que completó, pues de ahí en adelante su proyecto de llegar rápidamente a la Universidad a estudiar Química progresó al presentar y aprobar las evaluaciones de segundo y tercer año en el Liceo Ezequiel Zamora de Tovar, y tras aplicar con igual éxito las de cuarto y quinto año en el Ministerio de Educación, en la ciudad de Caracas, finalmente logra que a sus trece años le fuese otorgado el título de bachiller. 

Pero obtener el título no fue suficiente, dado el que el sueño de Miguel Alejandro era ingresar a la Facultad de Ciencias de la ULA a estudiar Química pura, por lo que solicitó una petición de cupo ante el Consejo de Facultad, siendo ésta aprobada en primera instancia, pero su petición también debía contar con la ratificación de los miembros del Consejo Universitario dadas las características de ingreso y la modalidad de postulación, que para aquel momento hiciera la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu), pues los lapsos de trámite ya se habían cumplido.

La aceptación de ingreso por parte del Consejo Universitario permitió, al adolescente de Bailadores, iniciar con catorce años sus estudios en Química dentro de la ULA, ímpetu que no perdió al cursar con éxito la totalidad del pensum académico, así como realizar una investigación correspondiente al trabajo de grado que culminó con la máxima calificación, recomendación de publicación y mención honorífica especial.

Miguel Ramírez, ya con el título de Licenciado en Química entre sus manos, recordó la primera visita que hiciera a la Facultad de Ciencias de la ULA a los 11 años, cuando acompañó a su amigo en la presentación de de su tesis, al tiempo que conoció a la profesora, Iris Martínez y a su esposo, ambos de Electroquímica, por lo que tuvo la oportunidad de recorrer los laboratorios de Electroquímica y Analítica. 

“Para ese momento estaba con la idea de estudiar Química, y la verdad que me llamó la atención, fue como una iniciativa en un principio. Apenas cursaba el cursaba sexto grado, intentamos realizar los procedimientos para adelantar años e ingresar a la Universidad, fue un proceso complicado, por lo que cursé el primer año de bachillerato, y fue hasta el segundo año, cuando el Ministerio de Educación dio respuesta y la Oficina de Planificación del Sector Universitario, envió una comunicación a la ULA, solicitando un cupo adicional para la carrera de Química. Sin estar inscrito formalmente, comencé a asistir a clases mientras transcurría el trámite que logré el 28 de septiembre de 2012, curiosamente el día del cumpleaños de mi mamá”.

Finalmente, el ahora profesional de la Química expresó que durante los años de estudios universitarios le fue bien, por lo que no tiene quejas en el aspecto social, la atención de los profesores y compañeros que para él fue agradable. “No tuve problemas con los compañeros por la diferencia de edad, hice muchos amigos en la carrera, mi experiencia fue buena, e incluso el Departamento de Química me asignó un tutor académico, el profesor Daniel Morales, quien durante los primeros semestres me ayudó en el aspecto de los diversos trámites que se realizan entre un semestre y otro, y con él, el horas de la tarde compartí discusiones de varios temas, una experiencia productiva”. (Yasmira Carrasquero. CNP 12405. Prensa ULA)