Editorial de LUZ: Medios universitarios bajo amenaza
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Aun con los equipos de transmisión confiscados, la televisión de la Universidad de Los Andes se ve en Internet con el mismo espíritu libertario que la guía desde el inicio de sus emisiones en 1999
«No nos han silenciado. Seguimos al servicio de la libertad», responde ULA TV a la censura de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). La señal abierta del canal universitario ha sido clausurada, pero el rechazo de los ulandinos a la medida gubernamental para silenciarlos se expresa en la renuencia a desaparecer. Aun con los equipos de transmisión confiscados, la televisión de la Universidad de Los Andes se ve en Internet con el mismo espíritu libertario que la guía desde el inicio de sus emisiones en 1999.
Ese acto de resistencia al abuso oficial en el control de los medios informativos es acompañado con la defensa del derecho de los universitarios a tener presencia en el espectro radioeléctrico. El procedimiento administrativo sancionatorio de la Conatel contra la ULA se funda en una supuesta usurpación del canal 29 de la banda UHF, sin contar la debida habilitación administrativa y la correspondiente concesión. Tal actuación del órgano regulador se hace desconociendo que la Universidad de Los Andes cursó la solicitud de regularización de sus licencias en noviembre de 2013, reiterándola cada año desde entonces. La respuesta de Conatel ha sido el silencio administrativo.
La confiscación de los equipos de transmisión para la señal abierta y la orden del ente gubernamental a los operadores de televisión por suscripción de sacar de sus grillas a ULA TV, constituye una violación indudable de la Constitución y de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones. Conatel acumula 15 años de mora en la transformación de títulos y en la actualización o renovación de habilitaciones y concesiones de numerosas radioemisoras y televisoras en todo el país. Con tal retraso en el cumplimiento de sus obligaciones, es una excusa inaceptable que el órgano regulador pretenda justificar el cierre de ULA TV por una falta de papeles.
Hace un año, la Red de Emisoras Universitarias de Venezuela (REUVe) denunció ante la Comisión de Medios de la Asamblea Nacional la desatención de la Conatel a «las solicitudes formales de transformación y actualización de permisos del régimen jurídico anterior de las telecomunicaciones; renovación de las concesiones y habilitaciones vencidas, y estudio para el otorgamiento de las que han sido solicitadas y no respondidas de las radios y televisoras universitarias». Por años, Teveluz, la red de emisoras LUZ Radio, la Universitaria 104.5 FM (UC) y el Circuito Radiofónico de la ULA han hecho peticiones al regulador, en muchos casos sin lograr siquiera el acuse de recibo. La Universidad Central de Venezuela ha presentado proyectos para el uso de frecuencias para radio y televisión, pero ni una respuesta obtiene.
Es este un tiempo de cercos informativos, manipulación descarada de los hechos desde los medios controlados por el gobierno, de censura directa e indirecta a los medios independientes y de amenaza de criminalización a las voces disidentes en las redes sociales y medios digitales. Y en consecuencia es tiempo de una respuesta firme al bloqueo de las libertades de expresión y de información. Es un momento crucial para el periodismo que denuncia y para el desafío comunicacional al control autoritario, ese que clausura canales de información e intimida para que adoptemos el silencio.
Así como ULA TV aguanta y responde al abuso oficial, los medios universitarios de toda la nación resistimos este embate y nos plantamos frente a la violación del derecho a saber. Si ya no hay garantías para la libertad, nos comprometemos a su rescate.