En el páramo o en la playa los viajeros deben ser prudentes
En esta época de vacaciones, si nos dirigimos a la playa o escogemos los fríos páramos, debemos tomar en cuenta algunas recomendaciones para lograr que este tiempo de descanso sea tan placentero como lo planeamos.
Los profesores Nancy de Sardi y José Carrero, ella como entrevistadora y él como entrevistado, unieron sus saberes en el programa radial “Aula Ambiental” de la Comisión Universitaria de Asuntos Ambientales de la ULA, y ofrecieron recomendaciones básicas que también deben formar parte del equipaje.
Además de un vehículo chequeado por profesionales, Carrero sugiere preparar un maletín de primeros auxilios con alcohol, agua oxigenada, gasa, algodón, medicamentos para bajar la fiebre de adultos o niños -preferiblemente acetaminofen- el ibuprofeno como analgésico para aliviar leves cefaleas, dolores musculares o de garganta; una linterna, agua potable, galletas, enlatados, termómetro, curitas o banditas y protector solar de alta numeración porque las radiaciones son igualmente fuertes en la montaña y en la playa.
-¿Qué indumentaria básica debe usarse en zonas frías?
Suéteres de lana amplios en las horas de mayor exposición solar, porque en la montaña los rayos ultravioleta A y B no se sienten, pero pueden generar una quemadura. Protector solar, sobre todo de nueve de la mañana a dos de la tarde, y lentes de sol.
-En la Laguna de Mucubají, por ejemplo ¿cuáles son los riesgos?
Este tipo de aguas estancadas no debe tocarse porque podría poseer sustancias tóxicas para la piel, además, no es potable. No se deben tocar los frailejones u otras plantas porque podrían aparecer reacciones alérgicas. Otro riesgo biológico son las moscas y es por eso que debemos proteger nuestros alimentos. Los niños, por otro lado, deben estar siempre vigilados.
-¿Qué puede decirnos sobre el conocido “Mal de páramo”?
Es una condición clínica que normalmente se presenta en personas que viven en zonas bajas y que, cuando se dirigen a áreas más altas, sienten malestar porque las concentraciones de oxígeno son más bajas. Las personas que no viven en zonas montañosas deben hacer el trayecto en automóvil lo más despacio posible para permitir que el cuerpo se adapte. Los síntomas del “Mal de páramo” son mareo, náuseas, dolor de cabeza, vómito, palidez y sensación de escalofrío. Se revierten de una manera sencilla: arropar a la persona, si ha consumido licor darle una concentración de agua con azúcar (caramelos o chocolate), acostarlo, elevarle las manos y las piernas y darle un descanso de 30 o 45 minutos.
-Y si vamos a la playa ¿cuál es el factor más importante que debemos tener en cuenta?
Las radiaciones solares. Una persona de piel y ojos claros que desea broncearse sólo conseguirá una quemadura. A las personas de piel oscura, por otro lado, difícilmente les pasará lo mismo. El protector solar en la playa o la piscina debe aplicarse cada dos horas aun cuando el día esté nublado y es primordial el uso de sombreros de ala ancha. De 10 de la mañana a 3 de la tarde, además, la piel debe cubrirse.
-¿Y los seres vivos que habitan en el mar?
Las “aguamalas” están presentes en algunas playas venezolanas y al estar en contacto con la piel generan reacciones alérgicas, quemaduras o dermatitis, condición que altera el itinerario vacacional. En presencia de ellas retírese y escuche las recomendaciones de los habitantes del lugar, pues ellos saben a qué hora del día se produce la aparición de estos animales.
-¿Qué hacer cuando no se puede evitar el contacto con las “aguamalas”?
Se presenta ardor, enrojecimiento de la piel y sensación y/o apariencia de quemadura. Se debe acudir al centro asistencial más cercano, pero en caso de que éste no exista, es recomendable lavar la zona en forma vigorosa con agua y jabón y ofrecer un analgésico vía oral como el acetaminofen o un antiinflamatorio como el ibuprofeno, además de una crema con esteroides, siempre y cuando el área no esté infectada.
-¿Y si el destino son las playas de Bobures, Gibraltar o Palmarito?
Allí el elemento biológico imperante son las rayas y cuando se les pisa su mecanismo de defensa es introducir un arpón en el pie, especialmente en el talón, que causa un dolor terrible. Es posible que, además de antibióticos, se necesite una cirugía para sacer ese arpón y no seguir desgarrando la piel. Lo que debemos hacer es usar un calzado adecuado y, de nuevo, escuchar a los pobladores, pues estos animales salen al atardecer o cuando está oscureciendo. Ellos también recomiendan caminar en la playa, pero arrastrando los pies, a fin de no pisar al animal.
En cualquier caso, sea cual sea nuestro destino vacacional, el respeto por la naturaleza y sus ciclos, debe estar siempre presente.