Faces es pionera en compensar la Huella de Carbono en Venezuela
Este viernes, en el marco de la celebración del Día del Estudiante, la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes (Faces), se le dio a esta fecha un toque especial, ya que el Proyecto Faces Consciente y la Fundación Kyoto, llevaron adelante la siembra de más de mil árboles con los cuales se buscará contrarrestar la Huella de Carbono.
En este acto estuvieron presentes las autoridades de la facultad, la Comisión de Asuntos Ambientales de la ULA, la Fundación Kyoto, el doctor Alexis Montilla (propietario y creador de los parques temáticos Los Aleros, La Venezuela de Antier, La Montaña de los Sueños), así como estudiantes, profesores y miembros de la comunidad universitaria. Las palabras de apertura estuvieron a cargo del profesor Raúl Huizzi, decano de la Faces, quien destacó que el trabajo sobre la Huella de Carbono fue realizado por un egresado de la facultad y esta actividad, de siembra de árboles, busca convertir a la Faces en la primera facultad de una universidad en el país, que va a ser considerada carbono neutral así como una facultad sustentable.
La Huella de Carbono se midió el año pasado en la Faces, mediante un estudio que utilizó un indicador moderno que permite conocer qué tantos gases, de efecto invernadero o contaminantes, se emiten a la atmósfera por el consumo de recursos tales como: electricidad, agua, papel, movilidad de los vehículos, vuelos, entre otros. Las metodologías de medición son avaladas por la Organización de las Naciones Unidas y el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), las cuales establecen qué tanto CO2 se está emitiendo para la atmósfera.
Gracias al convenio entre la ULA y la Fundación Kyoto, todos los sábados estudiantes y profesores de la Faces, siembran árboles y, la mitad que se produce, es donada para la facultad, sustentando así el proyecto y convirtiéndolo en autogestionable. Con esto se busca poder mejorar el ambiente en los espacios de la facultad, así como crear conciencia acerca del calentamiento global que hay en la ciudad.
“Hoy estamos cumpliendo la meta de ser una institución carbono neutral, buscando compensar con la siembra de estos árboles lo que contaminamos, sembrando así la Huella de Carbono. Se sembraron más de mil plantas entre forestales y ornamentales, es decir árboles y flores. Este es un proyecto que nació hace 5 años, fue propuesto, en un principio, por el economista Daniel Vásquez, egresado de la Faces, quien se vio motivado por este proyecto y calculó la Huella de Carbono y, en función de eso, nos planteamos esta siembra como meta y hoy estamos cumpliendo”, resaltó César Mora, coordinador de Faces Consciente.
En nuestras ciudades se cree que lo ambiental le corresponde a otras personas, lo cual no es así, ya que la siembra de árboles, hoy en día, tiene un componente muy fuerte en el mundo, en la construcción de empresas que llevan a nuevos criterios de sustentabilidad. El hecho de que la Faces se preocupe por esto, es algo muy importante y demuestra que hay un despertar de conciencia hacia lo que necesita el planeta, como lo es la sustentabilidad.
“En Faces se hizo el cálculo de la Huella de Carbono y el resultado fue de 239 toneladas de CO2, las cuales van a ser neutralizadas con la plantación de los árboles. Por qué los árboles? Porque estos capturan el CO2 y lo convierten en madera para el crecimiento del mismo. Al hacer este ejercicio, de medir y compensar, se puede decir que esta facultad, la primera en Venezuela, neutralizará sus emisiones, es decir en la medida que emite-compensa, esto porque contará con los árboles necesarios para compensar estas emisiones. Esta actividad se hace con la participación de toda la comunidad, para que sepan qué hay detrás de cada uno de esos árboles y, una vez que los mismos se siembren, se mantengan, porque el árbol, en unos 20 años, capturará ese CO2”, explicó el economista Daniel Vásquez.
Esta actividad de la siembra de árboles en las distintas áreas de la Faces, busca que todos los estudiantes se estimulen para preservar el medio ambiente, principalmente en su facultad, buscando así rescatar el valor ambiental y también buscando que sea extensivo a la comunidad universitaria y merideña.