Visita del Nuncio a la ULA trajo palabra de fe, esperanza, cordialidad y unión
Atendiendo la invitación cursada por la Arquidiócesis de Mérida, la vicerrectora académica de la Universidad de Los Andes, Dra. Patricia Rosenzweig Levy estuvo presente en la solemne Misa Campal que ofició el Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Venezuela, Monseñor Aldo Giordano, en ocasión de cumplirse el trigésimo aniversario de la visita de San Juan Pablo II a Mérida (1985). Esta celebración religiosa tuvo lugar en el sector La Hechicera de la ciudad de Mérida el miércoles 28 de enero del presente mes, en el mismo lugar donde oficiara el Papa Juan Pablo II su misa hace treinta años.
Para la profesora Rosenzweig Levy, Monseñor Giordano inundó de espiritualidad el ambiente al hablar de una manera sencilla sobre la vida y obra de ese santo que vino a Mérida hace treinta años. Expresó que la comunidad universitaria se sintió muy halagada cuando el Nuncio señaló que estaba informado sobre “… la respetuosa y fructífera colaboración que existe entre la universidad y la iglesia arquidiocesana”.
Igualmente, la vicerrectora académica acompañó al rector Mario Bonucci Rossini y al secretario José María Andérez Álvarez en la visita de cortesía que dispensó el Nuncio a las autoridades de la ULA, el jueves 29 de enero en horas de la mañana, siendo recibido en el Salón Fray Juan Ramos de Lora de nuestra universidad bicentenaria. El momento fue propicio para intercambiar impresiones sobre la creación de esta Casa de Estudios Superiores y su vínculo con la iglesia, pues sus raíces partieron del seminario tridentino.
Por tratarse de una visita muy especial, el rector otorgó la condecoración “Dr. Caracciolo Parra y Olmedo” al Excelentísimo Monseñor Aldo Giordano, quien agradeció el gesto de sus autoridades y de su comunidad en general.
Destacó la vicerrectora académica que la visita del Nuncio a la universidad vino a traer una palabra de fe, esperanza, cordialidad y unión entre los universitarios. Pero además de eso, trajo un mensaje de paz para Mérida y el país.
En realidad, Mérida vivió tres días de mucha santidad, la cual motivó al representante del Papa Francisco en Venezuela a decir que ese amor que le transmitió el pueblo se los comunicaría al Papa en el Vaticano. (Ramiro Sánchez T. CNP: 4.766)