Un Hospital de Niños para Mérida ampliaría el servicio asistencial del IHULA

Hospital de Niños en terrenos de Campo de OroEl edificio consta de dos pisos, rampas y escaleras de emergencia, además de espacio para 80 camas y seis quirófanos (Imagen cortesía del doctor José Goyo Rivas)

Uno de los proyectos que formaría parte del terreno que la Universidad de Los Andes posee en el sector Campo de Oro es el Instituto de Investigaciones Pediátricas Hospital de Niños de Mérida, cuyo diseño arquitectónico pertenece a especialistas de la Dirección de Planificación y Desarrollo (Plandes) de esta institución universitaria.

El 17 de septiembre de 1996 los integrantes del Consejo Universitario de la ULA, órgano presidido para ese entonces por el profesor Felipe Pachano Rivera, otorgaron en comodato una extensión de 4 hectáreas para la construcción de este hospital materno-infantil el cual es, quizá, uno de los proyectos más anhelados por la población merideña, pues garantizaría atención adecuada a parturientas y niños y descongestionaría, además, el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula), principal centro asistencial de esta ciudad.

Su nombre alude, no sólo a la extensión, una de las actividades que en la ULA se desarrolla desde hace muchos años, sino también a la docencia y la investigación, pues allí se concentrarían los especialistas y residentes de postgrado que esta institución universitaria, además, se encarga de formar.

El doctor José Goyo Rivas, jefe del Departamento de Puericultura y Pediatría del Iahula, es la cabeza visible de este proyecto, pues su experiencia como pediatra le ha hecho soñar con un sitio adecuado para atender a las parturientas y  brindar a los niños enfermos los cuidados que merecen.

“Se trata de un hospital tipo cuatro, con 80 camas, seis quirófanos y cuatro módulos que pueden ser construidos de manera secuencial: Emergencia, Hospitalización, Consulta Externa y Hospedería, ideado este último para los familiares de los pacientes recluidos”.

En el diseño –donde se destaca el trabajo de las arquitectas Evelyn Cadenas y Viviana Moreno- se incluye también un laboratorio de diagnóstico molecular, una Unidad de Cuidados Intensivos, Sub-unidad de Quemados, áreas de radiología e imagenología y banco de sangre. Pudimos observar también que sólo consta de dos pisos, detalle que, según el doctor Goyo Rivas tiene su explicación.

“En el Iahula los niños están hospitalizados en los pisos siete y ocho, y no contamos con rampas ni escaleras de seguridad para poder evacuarlos en caso de un sismo o un incendio, es por eso que el Instituto de Investigaciones Pediátricas Hospital de Niños de Mérida está concebido para ofrecer seguridad a las parturientas y niños y también para mantener la belleza ambiental, es decir, que no sea agresivo desde el punto de vista de cemento y cabilla, sino una construcción más adaptada a la estabilidad emocional y espiritual del niño”.

Cuando hablamos de descongestionar el Iahula nos referimos a que este centro asistencial cuenta con 14 quirófanos, 7 de los cuales se destinan al área de Ginecología y Obstetricia y los demás para el resto de las especialidades quirúrgicas. La operación matemática es sencilla, tal y como lo explica el doctor Goyo Rivas: “si eventualmente se sacan las áreas de Obstetricia y Pediatría del Iahula, éste aumentaría el cien por ciento de su capacidad operativa pues, en vez de 7 quirófanos, tendría 14; además de unas 250 camas para adultos al liberar las plazas pediátricas y las obstétricas. Sin duda esto resolvería un problema de hacinamiento y la incapacidad que se tiene en la prestación de servicio de nuestro hospital”.

Reiteradas cartas enviadas al Ministerio del Poder Popular para la Salud dan cuenta del deseo que tiene el doctor José Goyo Rivas de echar a andar este proyecto en beneficio de los niños merideños. “Mi llamado es para las autoridades universitarias, a fin de que no descansen hasta conseguir los recursos económicos necesarios para construir este hospital.

Tampoco tengo la intención de desconocer el trabajo desplegado por las comunidades organizadas en el terreno Campo de Oro, pues su único fin es hacer que se cumpla su derecho a la vivienda, pero creo que desde la ULA se debe asumir la responsabilidad de garantizar la construcción de esta edificación”.

Campus Biomédico

El doctor José Goyo Rivas dijo que el Instituto de Investigaciones Pediátricas Hospital de Niños de Mérida cuenta con cuatro hectáreas para su construcción (Fotografía A.H.)

Nuestro entrevistado advierte también algo que, quizá, no es conocido por muchos: los fundamentos humanísticos, científicos y tecnológicos de lo que ya conocemos como Campus Biomédico de la ULA pertenecen a su persona y al ya fallecido profesor Ernesto Palacios Prü.

“Ese nombre fue propuesto por nosotros con la idea de concentrar en un solo lugar todas las actividades universitarias relacionadas con el quehacer médico”.

Los fundamentos de este proyecto -publicados en el año 2001, en el Volumen 1, Número 2, de la Revista de Investigación y Clínica Pediátrica- incluyen varios objetivos, entre los cuales podemos mencionar la creación de facilidades para la docencia de postgrado, investigación y asistencia médica de alta calidad; la modernización del aparato universitario regional mediante la orientación de la educación biomédica hacia carreras o programas que permitan darle pertinencia social a sus egresados, y la internacionalización de la ULA en los campos de la salud y la biomedicina gracias a la instalación en el campus de programas de investigación y de postgrado interesantes para América Latina.

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