Palabras del Rector ante los recientes hechos violentos

Queridos universitarios:

Se ha convertido en una triste costumbre comunicarme periódicamente con todos ustedes para referirme a las agresiones injustificables de los violentos contra la universidad. En numerosas ocasiones hemos tratado de hacer entender que la violencia desnaturaliza y mancilla el espíritu universitario, degradando nuestra imagen ante nosotros mismos y ante la sociedad que nos arropa.

Definitivamente, ser parte de la universidad no significa ser universitario, como la demagogia nos quisiera hacer creer. Ser universitario es necesariamente ser una persona orgullosa de la institución que lo cobija, que respeta al prójimo y reivindica todos los días el diálogo civilizado como única vía para solucionar y resolver los problemas a los que nos enfrentamos.

El penoso episodio que hemos padecido recientemente es el signo de que la intolerancia irresponsable se apoderó del corazón de personas que hacen vida dentro de la universidad. El saqueo del comedor de La Liria, el secuestro de una unidad de transporte y el posterior enfrentamiento a tiros con la policía en plena vía pública, con el lamentable saldo de heridos que revela el odio irracional que tiene representantes a puertas adentro de nuestra querida universidad.

Lamentablemente, en una comunidad tan grande como la ulandina siempre existirán minorías que intenten dañarnos, pero lo que es aún más nocivo y alarmante es que los violentos encuentren en personas con importantes responsabilidades institucionales inexplicables aliados. La tibieza retórica ante los violentos los hace más peligrosos porque, como los animales salvajes, atacan cuando perciben debilidad en quienes tienen el deber sagrado de proteger la integridad física y moral de la universidad y de los universitarios.

Finalmente, me solidarizo con los estudiantes que no han podido usar el servicio de comedor por los destrozos y saqueos ocasionados, precisamente en estos momentos en que este servicio es vital para muchos de nuestros jóvenes. También me solidarizo con los ciudadanos merideños que han sido víctimas de los violentos, en especial con los vecinos de la zona norte de la ciudad que viven en un estado de sitio intolerable y periódico. A todos los universitarios y ciudadanos de bien, les digo que mientras sea Rector no permitiré que los violentos o quienes los patrocinan o toleran acaben con el espíritu civilizatorio que nos enorgullece.


Escuche el audio del rector Bonucci Rossini

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