Rectores de la Unesur y la UVM rechazan invasiones a la universidad
La Universidad de Los Andes (ULA) no es la única institución de educación superior cercada por el problema de las invasiones en la región andino-occidental de Venezuela. La Universidad del Valle del Momboy, en Trujillo, y la Universidad Nacional Experimental de Sur del Lago (Unesur), también atraviesan esta crisis de defensa de sus espacios para la expansión.
En reciente visita a la ULA, tras la convocatoria que hizo el programa Universia a los rectores de la zona andina, con la intención de actualizar los nexos entre ambos sectores, sondeamos estos casos, cuya preocupación se mantiene latente y a la espera de respuesta de los organismos públicos.
En el caso de la Unesur, su rector Edgar Heber Martínez, dijo que esta institución también ha padecido los efectos de las invasiones y han logrado solucionarlos con diálogo. “Entendemos las necesidades de construcción de vivienda de la gente, pero no sobre la base de tomar extensiones de tierras sobre las cuales ya hay proyectos”.
Al ser consultado en cuanto a la violencia generada en nuestro recinto unlandino, aseveró que la Universidad es un espacio para el conocimiento, el intercambio, para la convivencia, la disidencia y la diversidad. “Nuestra visión es que le demos cauce por la vía del diálogo a las diferencias que puedan existir, La violencia no es el mejor camino de ningún universitario”.
Trujillo también
La universidad privada Valle del Momboy (UVM), tiene ubicado su campus en la vía que, desde Valera, conduce hacia la población de Mendoza. Su rector, Francisco González Cruz, expresó que de igual manera han confrontado situaciones graves de invasión, pese a contar con proyectos en este mismo campus.
“Hemos tenido que hacer muchas diligencias de carácter jurídico, hemos perdido mucho tiempo, esfuerzo e inversión de dineros en estos procesos legales, que no debieron ser, pues hay legislación expresa sobre prohibición de invasiones a terrenos privados. En nuestro caso los terrenos nuestros tiene vocación pública con su proyectos educativos”.
La apropiación de terreno, en el caso del la UVM, afectó una importante área donde está asentado un parque botánico. Dijo que cada uno de los juicios impulsados en tribunales tuvo sus efectos positivos. No obstante, no ha sido posible desalojar todavía a algunos de los invasores.
“El problema de las invasiones, tenemos que enfrentarlo entre todos. Hay que hacerle un llamado muy serio al Estado venezolano, pues está obligado a preservar esos espacios”.
Recalcó que los terrenos de las universidades no son para fines residenciales privados, porque son espacios para desarrollar proyectos para el público en general.
En cuanto a los actos de violencia y amenazas contra autoridades, personas y estructuras universitarias, manifestó que no hay justificación alguna para ningún tipio de agresión.
“El diálogo, el acuerdo, la conciliación, la no violencia, incluso la respuesta del verdadero universitario, no ha de ser de odio y contraviolencia. Ha de ser una respuesta de paz y encaminada al encuentro. En la Universidad deben caber todas las posiciones”.
Lo que sí aseveró es que la Universidad debe saber hacer respetar sus espacios.