Las actividades administrativas y docentes de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad de Los Andes (Faces), podrían reiniciarse la próxima semana. De manera alterna se procederá a reconstruir y acondicionar los espacios destruidos por los recientes hechos violentos.

La autoridades del Decanato de la Faces, se encuentran en plena evaluación de  los daños inflingidos  por los grupos violentos, la madrugada del  27 de enero del año en curso.

La destrucción total de la oficina del Decano, archivos, memoria histórica,  obras  de arte de altísimo valor patrimonial, centros de estudiantes y el cafetín central, entre otros,  forma parte del inventario de daños reducido a escombros y cenizas.

Las pérdidas son millonarias y, para efectos de inversión, apelando a la inflación, triplicaría casi el costo original, en una institución universitaria con el presupuesto reconducido.

De momento, y tras las experticias de la Dirección de Ingeniería de Mantenimiento de la ULA, se requieren  (extraoficialmente) cerca de 600 mil bolívares  fuertes para el acondicionamiento y una proyección de 500 mil bolívares fuertes para el equipamiento. En todo caso, ambas aproximaciones no son definitivas.

Este lunes 1 de febrero, el Decano, como miembro del Consejo Universitario, introducirá en este cuerpo una moción de urgencia para la solicitud  de los recursos.  El martes 2 del venidero mes se realizará el Consejo de Facultad para dirimir la situación y decidir la fecha de retorno a actividades.

Igualmente, el Decano aspira la realización de una Asamblea Extraordinaria de Facultad, en la que toda la comunidad de la Faces exponga sus criterios sobre lo que considera un ataque atroz y criminal a la institución universitaria.

La comunidad estudiantil de la Faces, en una avanzada colectiva que denomina “Defendamos las Faces”, propicia también un encuentro para evaluar lo acontecido y así definir acciones al respecto. El decano Raúl Huizzi dijo que la familia de la Faces, se siente profundamente dolida e indignada ante un lamentable episodio terrorista, nunca visto y perpetrado contra un bien del Estado, cuya función es formar a los profesionales del país.