PROMOVER LA LECTURA ES "LEER PARA SENTIR, LEER PARA VIVIR"

María Elvira Gómez de Rojas, promotora de lectura y creadora de alternativas para su enseñanza.

María Elvira Gómez de Rojas, profesora ex rectora de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda, es una promotora entusiasta del valor de la lectura creadora, del papel pedagógico de las adivinanzas y, en esencia, de un cambio de óptica hacia el enfoque comunicativo en la enseñanza de la lengua.

Es por ello que, al promocionar la lectura, resalta el valor del contexto en el que el niño aprende, donde la familia juega un papel importante. Mediante talleres de lectura creadora y de creación de adivinanzas, la profesora María Elvira ha colaborado con la cátedra “Prácticas de Escritura II”, que dicta la profesora Marisol García en la Especialización en Promoción de la Lectura y la Escritura, un postgrado del Núcleo Táchira de la ULA.

María Elvira Gómez rescata el ideal del maestro Prieto Figueroa, expuesto en su obra “La magia de los libros”: leer ayuda a vivir. En su labor promotora hace ver a docentes y estudiantes que mediante la literatura podemos comunicarnos con los sentimientos de otros seres (personajes, escritores). Por ello, propone enseñar la literatura “como algo para ser sentido, más que como algo para ser estudiado”.  Para ello insta a los promotores de la lectura (docentes, padres, promotores culturales, bibliotecarios) a disponerse para un cambio de mentalidad a la hora de promocionar la lectura y la escritura. Un cambio dirigido a quebrar la docilidad y la dependencia, instaladas por el sistema en quienes aprenden.

Sostiene que el docente de lengua y literatura está obligado a hacer que el estudiante se apropie de la herramienta de la lectura, enseñando y descubriendo una relación armoniosa y amorosa con la palabra escrita.

Adivina adivinador

María Elvira Gómez de Rojas ve en las adivinanzas un extraordinario valor didáctico, para emplearla en el fomento de la cultura oral, en la educación básica. “La cultura oral es fuente inagotable de aprendizaje significativo, porque nos ubica en nuestro contexto, le confiere sentido y significado a nuestras experiencias de vida. Este es el potencial de las adivinanzas y de las leyendas”.

Habiendo sido profesora de Lógica, María Elvira empleaba las adivinanzas para incentivar el razonamiento. “Nuestro cerebro desarrolla muchas operaciones mentales al enfrentarse a la resolución de una adivinanza: catalogación de información, análisis, síntesis, establece relaciones en fracciones de segundos, para dar una respuesta… ello contribuye al desarrollo de su pensamiento lógico, enriquece la habilidad de establecer relaciones entre elementos de la realidad, la creatividad, desarrolla la sensibilidad hacia lo poético –las adivinanzas están formuladas en verso- hacia la realidad misma, le ayuda a los niños a ver lo esencial y lo accesorio de las cosas, pues cuando la adivinanza se construye a partir de los rasgos esenciales de un objeto. El niño que vive la experiencia de las adivinanzas en clases, se vuelve creativo, expresivo, afirma sus sentimientos de seguridad, pues es un recurso para avivar a los niños tímidos, poco participativos. La adivinanza es divertida. Es un texto dialógico”.

Por todas esas cualidades de un texto tan productivo, María Elvira invita a las y los docentes a propiciar la construcción de adivinanzas en el aula de clases. “Su uso en la educación primaria es ideal, como ejercicio de lenguaje y elemento de motivación.”

Nuestro desarrollo como escritores


“Me propongo desmontar el mito de que la escritura es para especialistas, profesionales y literatos”, dice la promotora María Elvira Gómez de Rojas, subrayando que la escuela debe propiciar en la persona la exploración de las capacidades expresivas propias, a través de la escritura.

Para promover la escritura, María Elvira adelanta algunas claves: “Debes tener en cuenta el tipo de textos que propondrás escribir, y los contenidos, que sean significativos y motivadores para quienes escribirán, que sean textos auténticos, o sea, que obedezcan a intenciones y deseos de comunicación”.

En cuanto al tiempo, María Elvira Gómez advierte que no todo se desarrolla en una jornada; a veces hay que madurar los textos escritos. Sobre los espacios de promoción, es importante que puedas alternar de espacios durante las experiencias (el aula y otros ambientes). Y es muy importante reelaborar los escritos, pues la escritura es un proceso, y como tal puede perfeccionarse. Para ello, dice, se han empleado muchas estrategias, entre ellas, la lectura creadora, propuesta por María Hortensia Lacau, argentina, quien en los años 60, con alumnas de secundaria, leía textos literarios, y proponía a sus estudiantes escribir un texto propio, una reescritura a partir de la lectura de un texto literario: una carta, un cuento, una opinión crítica, la escritura de otro final de un mismo cuento, etc.  

El acercamiento al arte es otra estrategia efectiva, propiciando la escritura a partir de la apreciación de una película, una exposición pictórica, o escultórica, una obra de teatro… estas expresiones artísticas sirven como detonantes para desarrollar un texto escrito.

María Elvira Gómez de Rojas es graduada en Filosofía en la Universidad Central de Venezuela, y ha dedicado su actividad profesional a la docencia universitaria, en la institución que la formó, así como en la Universidad Simón Rodríguez, en la Universidad Nacional Abierta y en la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda. En el área de la investigación académica, desarrolló estudios y propuestas sobre Alternativas didácticas para la enseñanza del Lenguaje.

Entre sus publicaciones, se cuentan: el poemario “Un poquito de ayer”, editado por el Conac e INCUDEF, en  Coro, 1992. El escrito “Ser lingüístico y realidad social. Ensayo sobre una didáctica alternativa para la enseñanza del lenguaje”, publicado en la revista Acontecer Educativo, N° 8. de la  UNEFM. Coro, 1993. La investigación “Lectura Creadora, ruptura de límites entre el lector y el escritor”, publicada en la revista CLAVE, publicación especializada de la Asociación Venezolana para la Enseñanza de la Lengua. Caracas, 1996. Y el libro “Ciento y Una Adivinanzas”, editado por Fundacite Falcón y UNEFM.  Coro, 1997.

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