DEBE PREVALECER CONVIVENCIA PACÍFICA ENTRE VENEZUELA Y COLOMBIA
De acuerdo a algunas ideas comunes expresadas durante el foro sobre las relaciones colombo venezolanas organizado por la ULA, debe prevalecer el entendimiento entre los gobiernos de ambos países y darse continuidad a las políticas que hagan posible la habitual convivencia pacífica y que generen crecimiento y desarrollo de los espacios fronterizos.
La directora del Centro de Estudios de Fronteras e Integración, profesora Raquel Álvarez de Flores manifestó que en este foro denominado “Visiones encontradas de las relaciones colombo venezolanas: una lectura desde la frontera”, participaron como panelistas los profesores Marina Sierra por la Universidad Francisco de Paula Santander, Jesús Alfredo Conteras por la Escuela Superior de la Administración Pública, ESAP de Colombia, y María Eugenia Bello por el CEFI, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio Colombo Venezolana (Cavecol) Luis Alberto Rusián, el presidente de Fedecámaras Táchira, José Rozo y la estudiante de Comunicación Social, Carmen Ramírez, además de contar con la presencia del excónsul de Venezuela en Cúcuta profesor Edith Guerrero Lugo, el presidente de Fundacite Táchira ingeniero Juan Alberto Sánchez y los cursantes de la maestría en Integración y Fronteras que dicta el CEFI.
Impacto económico y social negativo
La profesora Marina Sierra afirmó que después de alcanzarse cifras record del comercio entre ambos países durante el año 2008 y luego de haberse hecho importantes inversiones y abrirse muchas expectativas en carácter de segundo socio comercial como es Colombia para Venezuela y a la expectativa de que la integración comercial se iba a ampliar, ahora todos estos sectores se ven muy afectados y “el impacto es bastante negativo” para el lado colombiano.
Agregó que es muy grande el número de familias que tradicionalmente han vivido del comercio fronterizo y del diferencial cambiario que a veces favorece a unos y otras veces a los del otro lado de la frontera, que han resultado afectadas por este distanciamiento, e incluso, afirmó, ya hay hasta temor de venir a Venezuela por el trato que podrían recibir de las autoridades venezolanas.
La profesora Sierra, como investigadora de la frontera afirmó que “hay una línea imaginaria que aparentemente hace la división pero los seres humanos estamos ahí para buscarle solución a la problemática, que deben ser conjuntas y coordinadas. Deberíamos tener continuidad en actividades de la zona de integración fronteriza y que no nos sigan mirando –a los pobladores de la frontera- como tradicionalmente hemos sido mirados desde el centro.
Predomina voluntad de entendimiento
La doctora Maria Eugenia Bello, quien revisó las relaciones venezolanas desde el punto de vista histórico, señaló que estas relaciones en algunos momentos estuvieron marcadas por diferencias relacionadas con asuntos limítrofes, pero luego hubo una superación de estas diferencias en el entendimiento de la importancia de impulsar relaciones de orden cooperativo.
De entrada al siglo XXI, afirmó la profesora Bello que “somos vecinos y es inevitable que estemos siempre allí, hemos demostrado en muchas oportunidades que podemos mantener buenas relaciones”, al tiempo de afirmar que aún cuando ha habido algunos discursos de altos personeros que muestran diferencias, sigue predominando la voluntad de acercamiento y entendimiento.
Táchira afectada por rebote
El representante empresarial José Rozo, manifestó que Colombia se ha afectado severamente por este distanciamiento diplomático, por ser Venezuela su segundo socio comercial y representar este destino de las exportaciones el 10 por ciento del producto interior bruto colombiano.
Por otra parte, según la visión de Rozo, Venezuela y el Táchira también se estarían afectando “por rebote” al estar unidas las economías de ambos países, al tiempo de exponer que se ha afectado el 40 por ciento de la producción del estado Táchira que depende de la relación con el vecino.
Producto de ello, se estarían viendo afectados centenares de personas que han perdido sus puesto de trabajo y decenas de empresas que han venido cerrando sus puertas.
Como hombre de fronteras, José Rozo recomendó a los pobladores de ambos lados de la frontera que reclamen a sus respectivos gobiernos que éstos deben ir hacia donde van los pueblos y no al contrario, además de expresar que “los tecnócratas de Caracas y Bogotá ven al hombre de fronteras como un bicho al que deben estudiar”, sin lograr comprender que de lo que se deben ocupar es de resolver los grandes problemas que agobian a los pobladores fronterizos como es combatir la inseguridad y generar empleo, así como promover la convivencia pacífica que ha logrado mantenerse tradicionalmente entre ambos pueblos.