En las sociedades democráticas consolidadas no se justifica el Estado Docente que plantea la LOE

El Estado Docente, tal como lo concibieron en su momento histórico intelectuales y políticos venezolanos de la talla de Rómulo Gallegos y Luis Beltrán Prieto Figueroa, ya cumplió su misión como orientador de la política educativa venezolana. 
“Lo que se requiere hoy es un gobierno que contribuya a estimular procesos de negociación y concertación política con todos los actores sociales para las tomas de decisiones educativas, y que procure la equidad, sin menoscabo de los intereses generales”.
   
El profesor Luis Caraballo, docente de la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y Educación, retomó estas palabras del ex vicerrector académico de la Universidad Central de Venezuela, Eleazar Narváez, para recordar que la nueva Ley Orgánica de Educación consagra y declara textualmente la existencia en Venezuela del Estado Docente, con atribuciones que le permitirán asumir todas las decisiones en materia educativa, en vez de dar paso a una nueva concepción de lo que debe ser la  política educativa del gobierno nacional.
   
Caraballo fue invitado al programa Voces de la ULA, transmitido por ULA FM, para reflexionar un poco sobre los procesos históricos ocurridos a partir de que el general Antonio Guzmán Blanco, en 1870, decretara la educación pública, gratuita y obligatoria en Venezuela.
   
“Ese decreto es el primer ejemplo, a mi juicio, de lo que es una política de educación pública acertada, pues el proyecto de gobierno de Guzmán Blanco se sustentaba, en primer lugar, en crear una red de transporte de ferrocarriles y comunicaciones en Venezuela, ya que se consideraba que la causa fundamental del atraso del país se debía a la dispersión de las regiones por la incomunicación y la falta de vías de comunicación, y en segundo lugar, crear las condiciones para un mercado interno que permitiera estimular la agricultura, la ganadería y las primeras señales de industrias. De allí que una de sus primeras decisiones es que el Estado tiene como responsabilidad la educación pública, porque para lograr ese proyecto, se requería de una población que supiera leer, escribir y, como mínimo, dominar las cuatro tablas del razonamiento lógico matemático, es decir, sumar, restar, multiplicar y dividir”.
   
Recordó que para entonces el analfabetismo alcanzaba al 90 por ciento de la población del país y era necesario educar con urgencia a la población. Sólo así se podrían abrir las inversiones extranjeras, y contar con personas que supieran manejar telégrafos, teléfonos, tendidos de electrificación y de rieles, manejar ferrocarriles, sistemas monetarios, de medidas de pesos y volúmenes. En ese momento histórico se necesitaba la intervención del Estado con una política pública de educación que, hasta el momento, era manejada por la Iglesia. 
 
El proyecto de gobierno y de Estado Docente de Guzmán Blanco no se cumplió a cabalidad, argumenta Caraballo, pues el nivel de atraso de Venezuela era demasiado alto y, a pesar del repunte de la agricultura en las tres últimas décadas del siglo XIX, el país siguió sumergido en el caos, las guerras civiles y los problemas sociales. Todavía en los primeros años del siglo XX, cuando se conjugaron los esfuerzos de las inversiones extranjeras en materia de tecnología y la mano de obra venezolana para iniciar la explotación petrolera, las tasas de analfabetismo de la población eran muy elevadas.
    
“No es sino hasta 1948, cuando la presidencia de ese gran hombre de las letras hispanoamericanas que fue Rómulo Gallegos, y su no menos relevante Ministro de Educación, nada más y nada menos que el maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, que se  establecieron las bases modernas del estado democrático en materia de educación, mediante un proyecto de ley, fundamentado en la doctrina de Prieto Figueroa,  donde el Estado se asume, ya no sólo como el garante de la gratuidad, obligatoriedad y carácter público de la educación, sino también como conductor del proceso educativo, pues era demasiado pertinente que en una democracia naciente, el Estado creara esa conciencia democrática en el venezolano, y sacar al pueblo de la ignorancia luego de 45 años de dictaduras”.
    
A partir de allí se logró transformar la estructura social venezolana, se permitió el ascenso laboral de miles y miles de empleados y obreros, se consolidó una moderna clase media productiva, y el país pudo iniciar un proceso de sustitución de importaciones y crear una economía más o menos industrializada. 
    
“Ya el Estado Docente ha cumplido su misión histórica, puesto que la educación venezolana se hizo de masas: diversa, plural, amplia, ha propiciado las transformaciones culturales, sociales y económicas. En una sociedad democrática consolidada, el Estado no puede continuar como el conductor ideológico y político de su población, a través de los curriculum, programas y contenidos, que los niños y adolescentes van a estudiar en las escuelas”, aseveró Caraballo. (CNP 4682)

Categorías: