La ULA volvió a conversar en honor a Perucho
En el patio central de la escuela de música de la Universidad de Los Andes (ULA), este 18 de mayo, se realizó el segundo conversatorio café en honor a Pedro Rincón Gutiérrez, Perucho.
Ese edificio conocido como el antiguo colegio San José, donde cursó estudios en sus primeros años y luego residió mientras se formaba como médico, fue el espacio ideal para recordarlo.
El mejor padre
Su hijo, Pedro Rincón Chalbaud, quien fuera profesor de música de la ULA también en ese edificio, se refirió a su progenitor como "papito" destacando su ocupación por la gente humilde.
Resaltó que en el primer periodo de 15 años en el rectorado, logró una continuidad para desarrollar su labor y para él, su obra maestra es el actual núcleo de La Hechicera, que lleva su nombre.
"Tuve un padre correcto, amoroso, de buen trato, no hablaba de más y políticamente fue independiente" recordó Pedro Rincón.
Perucho para todos
Luisa Elena Molina, hija de Mamá Chela, la madre putativa de las estudiantes que vivían en las Residencias Femeninas de la ULA, la que hoy lleva su nombre, muy emocionada revivió anécdotas enriquecedoras.
"La gente humilde de Mérida fue la que comenzó a llamarlo Perucho, luego los estudiantes, posteriormente los amigos más cercanos y después toda la ciudad. Sin embargo, en la ULA empleados y profesores con mucho respecto le decíamos doctor Rincón. Edificó una manera de entablar la democracia desde el primer día de su rectorado, igualándonos como seres humanos" expresó Molina.
Anécdotas a granel
Algunas historias simpáticas, graciosas, ocurrentes, otras muy significativas, narraron parte de los demás asistentes, destacando su empatía, humildad, valentía, inteligencia, maravillosa memoria y su visión de futuro, entre otras virtudes.
Ramón Puccinni, su chófer, se refirió al famoso secuestro accidental. Era de madrugada, dormía el Rector en la parte trasera del vehículo, él se baja a buscar una llave y al volver ve que alguien se lleva el carro sin darse cuenta que tenía un pasajero.
"La ciudad fue tomada policialmente, apareciendo sano y salvo la mañana siguiente. Sólo le quitaron el reloj, que todavía lo estamos buscando" acotó Puccinni, en medio de las risas de los asistentes.
El doctor Álvaro Sandia, miembro de la comisión centenaria del natalicio de Pedro Rincón Gutiérrez, recordó su amor por el deporte, la caída de Marcos Pérez Jiménez y como el 24 de enero de 1958, muy temprano fue a su casa a participarle la noticia, la que recibió con júbilo brindando con un café.
El director de teatro Freddy Torres, narró cómo Rincón Gutiérrez conoció a César Rengifo y lo convenció para que se quedara en Mérida y fundara el teatro universitario.
Asistir a estos conversatorios es recrearse con la historia contemporánea de Mérida, su universidad y una época inolvidable. (Prensa ULA/N.P/6.549- Fotos L.A.)