Vive La ULA: Los cambios se hacen con voluntad

Para Gerard Páez Monzón, la Universidad de Los Andes se saca adelante con la voluntad de hacer las cosas y no pensando, en lo que no se puede hacer. “Hay que levantar todo” expresa.

“El pasado noviembre de 2021 tomé la jefatura del Departamento de Computación que se encontraba en muy malas condiciones y en dos semanas logré un programa a distancia con un equipo que contó con 24 profesores residenciados en 18 ciudades del mundo"

Con este accionar, Paez logra el alcance de 18 asignaturas, excepto tres secciones presenciales, y ya concluyó el semestre.

La Universidad se mantiene por un grupo de profesores bien formados que aún continúan en la lucha. Muchos están jubilados pero siguen apoyando. Sin embargo, es claro que se mantiene sobre un hilo”.

Un país de oportunidades

Gerard Páez comenta cómo era la Universidad y el país cuando regresó de Estados Unidos egresado de Vilanova University donde tuvo la oportunidad de estudiar mediante una beca “Gran Mariscal de Ayacucho” y obtener su título de ingeniero.

“Con 22 años regresé y recorrí el país y sus grandes empresas en busca de trabajo. Las oportunidades se conseguían sin conocer a nadie, sólo presentabas los documentos o leías la prensa para seleccionar.

Finalmente me decidí por la Universidad de Los Andes donde concursé y comencé como profesor instructor en la Facultad de Ingeniería.

Miro atrás y observo todas las cosas que se realizaron. Era una Universidad de las mejores del mundo, en la que sólo mirábamos el mapa y escogíamos el país donde queríamos realizar los estudios de quinto nivel.

Raíces fecundas

El haber nacido en casa de dos profesores universitarios marcó la diferencia para alcanzar éxito profesional, aunado a la práctica del deporte, que a él como a todos sus hermanos los convirtió en una generación futbolística.

A ello suma la Universidad de Los Andes con la que toda su familia ha estado vinculada. Comenta “el único mis hermanos que no tiene diploma de la Universidad de Los Andes soy yo, pero lo he compensado vinculado a ella académicamente”.

Trayectoria profesional

La ULA le permitió ir a París donde realizó el máster y el doctorado y al regresar invirtió toda esa formación con sumo placer.

Al regresar comenzó a construir asignaturas, desarrollos y continuar con las investigaciones que realizaba en esas universidades.

“Realicé un post doctorado como profesor visitante en la Universidad de Toronto haciendo investigación nueva. Al regresar estuve varios años y se creó el postgrado de Computación.

Pertenecí a un centro de investigación número uno de la ULA, conformado por mi hermano Charles Páez con quien coincido en el campo de diseño digital y sistema distribuido.

Ese laboratorio fue el padre de otros como el de Biomédica, el de Sistemas Discretos, Automatización e Integración, Lasdai, todos con un desfile de personas destacadas.

"En 1996 decidí irme a la industria, para ello solicité un permiso no remunerado y estuve 9 años en California trabajando en mi campo de microprocesadores"

"Ahí estuive realizando circuitos microscópicos, parecidos a los que realiza la compañía Intel compitiendo también con AMD como jefe de arquitectos, lo que constituyó el climax de mi experiencia en el Valle del Silicón"

"Dirigí con equipo de más de 120 personas diseñando un chip competidor al Pentium 3 en ese momento que llamamos el X86. Viví mucho estrés pero saludable y con gusto haciendo tecnología de alto nivel”.

Apoyo a la juventud

“Veo a los muchachos universitarios que con excelencia están en la diáspora venezolana. El haber estudiado en el exterior me ofrece un buen nivel de calibración y no tienen que envidiarle a ningún otro joven de otras universidades del mundo.

He continuado apoyando para enviar talentos al extranjero. Dos a mi laboratorio donde hice mi doctorado donde han realizado postgrados. Una de ellas, Liliana Andrade y su esposo César Fuguet, liderando en conocimientos que me han superado.

Reyner Fernández summa cum laude quien terminó su doctorado en tiempo récord, es otro de ellos.

Ese apoyo me da paz porque son jóvenes que merecen esos caminos y niveles  que actualmente con tristeza la ULA no les puede brindar” (PrensaULA/NP/6549).

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