La retórica violenta de las bandas nocturnas afectas al régimen revolucionario se plasma una vez más sobre las paredes del rectorado de la Universidad de Los Andes, edificio que es  patrimonio arquitectónico de la región y el país. 

El merideño transeúnte que lee los grafitis inmediatamente tiene la respuesta de la procedencia y el interés de estos grupos que actúan en las sombras a apenas media cuadra de la gobernación del Estado Mérida.

Ayer miércoles 11 de mayo  en la mañana, mientras los trabajadores universitarios estaban en plena protesta en la avenida 3 de la ciudad de Mérida, en acción destinada a reclamar  contra los salarios miserables frente a un país que se cae a pedazos, fueron atacados salvajemente por afectos al régimen que habían sido convocados por el partido de gobierno a las afueras de la Plaza Bolívar. Uno de los más afectados fue el reportero gráfico de la institución universitario quién recibió empujones, golpes de casco y patadas por parte algunos integrantes de este grupo violento. 

Este derecho a la protesta ante lo que los universitarios consideran un maltrato laboral, fue interrumpido  en diversas ocasiones con empujones, arrebatos de pancartas, improperios y patadas. La acción vandálica al grito de "Chavez vive"  se efectuó delante de personeros del gobierno regional y del ente parlamentario regional plenamente identificados quienes en ningún momento intervinieron para mediar o detener la violencia de venezolanos contra venezolanos que, por igual padecen la crisis. Es decir, son corresponsables del delito de agresión fisica y de violación de derechos humanos.

Hoy se suman las pintas que aparecieron en las paredes del rectorado y de la ciudad que intentan involucrar a los universitarios con el saqueo a un negocio cántrico, hecho sobradamente aislado y provocado por otros intereses para empañar la justa protesta de los estudiantes. Los estudiantes exigen los recursos para dotar comedores. Los estudiantes exigen el presupuesto idóneo para la universidad. Los estudiantes se cansaron de las bandejas de miseria, bandejas de la escasez, mientras se acaparan miles de combos de alimentos para el proselitismo del partido de gobierno. Tal y como se comprobó en las acciones desesperadas de un pueblo con hambre como lo es Timotes y otras tantas localidades venezolanas.

Cada hecho de protesta, acciones y exigencia de los ciudadanos merideños, donde se incluyen los estudiantes es el simple reflejo del profundo “malestar” contra un régimen al que se le escaparon sus ideales y llevó a un país a una colosal destrucción, traicionando a sus propios seguidores y a quienes les adversan.

La miseria deambula por las calles y las pintas solo  son una muestra lo que está pronto por extinguirse, la gente ya está absolutamente clara, Venezuela se hunde cada día.