En la avenida Urdaneta se deben tumbar las especies y reforestar el espacio

Octavio Briceño Monzillo, profesor jubilado de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la ULA (Fotografía A.H.)

El pasado mes de julio, debido a vientos huracanados, un árbol del Parque Tibisay, ubicado en la avenida Urdaneta de Mérida, se desplomó sobre dos automóviles, causando la muerte del ocupante de uno de estos. Tan terrible acontecimiento encendió las alarmas e hizo que las autoridades municipales y regionales se preguntaran qué hacer con los altos árboles sembrados en este parque y en otras partes de la ciudad de Mérida.

En este sentido, Octavio Briceño Monzillo, profesor jubilado de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de la Universidad de Los Andes, afirma tajantemente que la única salida es tumbar las especies y hacer una nueva reforestación… en contra de lo que digan los ecólogos.

“Esas especies sembradas en el Parque Tibisay y en la Plaza de Milla se llaman ‘Casuarinas’ y son de ciclo corto o, como dicen los forestales, de turno temprano; tienen un promedio de vida de unos 30 a 35 años y a partir de allí comienza su decrepitud, comienza el árbol a morir. Tengo entendido que esas ‘Casuarinas’, tienen mucho más de cuarenta años”.

Sin embargo Briceño, en el espacio radial Aula ambiental –conducido por la doctora Nancy de Sardi y transmitido por 107.7 ULA FM- añadió que tumbar las especies, no solo llevaría mucho tiempo, sino que habría que hacerle frente a la reacción de los ecólogos, quienes lo considerarían un ecocidio. “En este caso no se puede llamar así, es una cuestión de seguridad ciudadana y es prácticamente vital tomar en cuenta este problema. Es un poco antipolítico, pero hay que hacerlo necesariamente porque esas especies fueron mal escogidas al momento de la ornamentación de la ciudad”.

Este docente jubilado de la ULA, opina que Mérida es una de las ciudades peor arborizadas de Venezuela y advierte un divorcio entre la universidad y la ciudad, pues no se consultó a expertos en ornamentación urbanística. “Para el caso de Mérida reviste mayor importancia lo que estoy diciendo, pues tenemos una Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales a cuyos integrantes se les debe tomar en cuenta al momento de hacer planeamientos de la ciudad con visión de futuro. Los errores de ornamentación en el mundo forestal son bastante difíciles de enmendar porque los turnos forestales son a muy largo plazo”.

Octavio Briceño Monzillo mencionó ciudades como Valencia, Maracay y Barquisimeto, que poseen una arborización óptima, además, aclaró que hay una cantidad de especies ornamentales que son bastante aptas y se aclimatan dentro del medio ambiente de Mérida como el Flamboyan, Caoba, Tulipán africano, Ceiba (que son árboles centenarios), Apamate e, incluso, Araguaneyes.

Según Briceño Monzillo la única salida es tumbar los árboles y hacer una nueva reforestación (Fotografía A.H.)