"Basta de tanto atropello e indiferencia al deporte más hermoso de la vida: Ciclismo de montaña" (Opinión)

El ciclismo venezolano hoy pasa por unos de sus peores momentos en la historia. Esto no es responsabilidad de los cientos de jóvenes que practican este deporte, puesto los vemos en cada competencia, nacional o internacional dando lo mejor de sí. Sin embargo no basta con el trabajo que cada deportista realiza con disciplina y pasión. Detrás de esto, debe estar el apoyo por parte de La Federación Venezolana de Ciclismo y de sus Asociaciones, como del propio Gobierno nacional, los cuales lamentablemente en los últimos años han venido desinteresándose por este deporte y abandonando el respaldo real a los deportistas.

¿En qué consiste el apoyo o respaldo real de un corredor?

Recientemente durante el mes de abril, se celebró en Cota, Colombia el Panamericano de MTB. Allí pudimos constatar como la mayoría de los ciclistas en las modalidades de DHI (ciclismo de descenso, Downhill en inglés) y XCO (ciclismo a campo traviesa, Cross Country en inglés) que participaron procedentes de distintos países de América, gozaban –según sus propios comentarios- del mayor respaldo de sus Federaciones y Gobiernos para asistir a ese importante evento. Por ejemplo, el equipo colombiano de DHI contó con el uniforme, pago de las inscripciones y comida (y los miembros de la selección del alojamiento y transporte). También pudimos constatar que los ciclistas colombianos de la modalidad de DHI reciben de parte de las alcaldías y la Federación de ciclismo, bajo la modalidad de comodato o donación, las respectivas bicicletas tanto para la práctica como para la carrera. Esto es comprensible cuando vemos la inversión que realiza el país colombiano en este deporte. Un ejemplo es el Departamento de Boyacá, que destinaba 4.000 millones de pesos al fútbol y 1.000 millones al ciclismo, y ahora la Gobernación de Boyacá decidió invertir más en la Liga de Ciclismo de Boyacá que en equipos como Boyacá Chico y Patriotas, que juegan en el fútbol profesional colombiano. Y esto muy a pesar que Colombia posee un puesto de reconocimiento en el futbol mundial y ocupó el quinto lugar en la Copa Mundial de Fútbol de 2014. Claro, alguien diría, es que “Boyacá es la tierra de Nairo Quintana”, para lo cual responderíamos: pero “Mérida es la tierra de José

Rujano y de Ñaña Pastrana, Liliana Uzcátegui, Ariana Tucci, Daniel Moreno, Carlos Terán, Herbert Hoeger, Andrea Angulo y muchos más”, y que se ha logrado con ello? Saque el lector sus propias conclusiones…

Es realmente sorprendente la veneración con la cual tratan a los corredores de DHI (ciclismo de descenso, Downhill en inglés) en Colombia, Chile, Perú, Argentina o en cualquier parte del mundo. Y esto es comprensible puesto ninguna otra modalidad del ciclismo requiere de tanta destreza, habilidades, coordinación neuromotora, determinación y coraje para enfrentar las inmensas y extraordinarias dificultades técnicas que encuentra en la pistas un corredor de DHI.  Sin embargo, ¿cuál es la realidad en Venezuela? Si el lector desea una respuesta concreta, debemos decir que el corredor de DHI es el “leproso” del ciclismo de montaña y muy particularmente esta es la apreciación (consciente o inconsciente) de los miembros federativos de este deporte.

¿Qué apoyo reciben los ciclistas venezolanos de parte de las asociaciones y federación y muy especialmente los de DHI? Si utilizamos los mismos criterios que anteriormente fueron identificados en el caso de Colombia, diríamos que ninguno!! La representación de DHI que participó en el pasado Panamericano de Cota, Colombia fue de 16 personas, en edades comprendidas entre los 15 y los 53 años, las cuales viajaron desde distintas regiones de Venezuela durante dos a tres días por tierra con sus propios recursos hasta esa localidad, cercana a Bogotá, cubriendo así TODOS los gastos de hospedaje, alimentación, pago de inscripción (50 USD), franelas y otros. A parte del cansancio acumulado del viaje y solo teniendo dos días para practicar (puesto si se viajaba antes se incrementaban los “gastos”), surgía la necesidad de aclimatarse a los 3000 metros en 48 horas!! Puede un equipo de ciclismo que va a representar a su país en el segundo evento más importante del mundo en ciclismo de montaña, ser competitivo bajo esas miserables e indignas condiciones? Y muy a pesar del esfuerzo realizado por nuestros jóvenes representantes, recibió alguno de ellos una suerte de reconocimiento de parte de nuestras autoridades? Pues no!! Bien merecido tu esfuerzo joven Cristian Vera de Tovar, por haber culminado en el Top 10 en tu reñida categoría, felicitaciones!!!!. Que sencillo y cuán importante y estimulante constituye para un deportista este acto… 

Un caso de “apoyo” digno de recordar fue durante el Campeonato Nacional de MTB celebrado el año pasado en Cabudare, estado Lara. La llamada “selección de DHI” de Mérida, fue transportada en un espacioso autobús, esos que el gobierno ha adquirido numerosamente, demostrando que tiene recursos para comprar esas cosas para las cuales presenta un gran gusto e identificación… Lo cierto es que durante los días de la jornada dichos jóvenes no recibieron adecuadamente ni oportunamente tanto la hidratación como la comida respectiva, y fueron alojados en una verdadera pocilga…. El argumento, “que no se contaba con mayores recursos”…. Cuanto te extrañamos de verdad, Dra. Ana Allegue!!

El proceso de formación de un ciclista se ve truncado por la falta de recursos que como en todo deporte deben provenir del estado y de las empresas privadas y es allí donde la Federación y las Asociaciones juegan un papel fundamental como gerente y como orientador de las necesidades técnicas y psicológicas del atleta. Pero, cuando el gobierno resta importancia a la empresa privada, la sataniza y la excluye para el patrocinio “del deportista”, el gobierno asume una tarea para la cual ha demostrado ser absolutamente INEFICAZ.

Hay muchos jóvenes que quieren iniciarse en el ciclismo y otros continuar, y no tienen los medios para tener una formación o para mantener sus bicicletas. Se necesita de apoyo, de la empresa pública y de la empresa privada para adquirir una bicicleta, para tener con que educarse y saber cómo entrenar, cómo alimentarse, la realidad es que se pierde mucho talento por falta de apoyo. Ese talento perdido viene a constituir una lamentable generación de seres frustrados, fracasados, con inmensas cargas de razonable resentimiento. A quien le importa en este país que esto ocurra, cuando innumerables jóvenes y niños mueren cada día producto de la violencia y de la criminalidad y lo consideramos un hecho “tan normal”?

Vemos como atletas destacados en las distintas modalidades del ciclismo como Daniela Larreal, Liliana Uzcátegui y Carlos Terán han tenido que mendigar ante el gobierno un apoyo y patrocinio que rara vez han visto para representar a “SU PAIS” en eventos tan importantes como Panamericanos, Copa Mundiales y más recientemente como es el caso de Larreal, en los Juegos Olímpicos de Brasil 2016.

Es indignante el caso de jóvenes talentosos como Giovanny Márquez Moreno y Alberto Díaz Mercado que independientemente a la posición socioeconómica de sus familias, “ELLOS” no tienen los recursos para continuar definitivamente persiguiendo el sueño más grande de sus vidas que es el de convertirse en grandes y dignos representantes de este deporte a nivel mundial. Hablamos de jóvenes con amplia experiencia en campeonatos Panamericanos de MTB, triunfos sobrados en los campeonatos nacionales de MTB y a la hora de dirigirse y solicitar algún tipo de apoyo para asistir a un evento nacional o internacional o repotenciar sus bicis, no encuentran más que rechazo y frustración…Pero lo más lamentable de todo es que cuando obtuvieron sus logros, allí si muchos representantes de las autoridades nacionales y federativos obtuvieron los mayores provechos, como dice el dicho, “con escapulario ajeno”…

 Las presentes líneas constituyen una reflexión, una denuncia y sobretodo un llamado para todos los que en Venezuela practican el ciclismo en sus diferentes modalidades, de tal manera, que no podemos continuar arrodillándonos de manera sumisa, cabizbaja  e indigna, ante el atropello que este gobierno genera con su apatía, desestimación e indiferencia a la práctica del ciclismo. Debemos levantar la voz y luchar por salvaguardar el deporte más hermoso de la vida.

Profesor Vicente Marcano Universidad de Los Andes marvin@ula.ve

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