?Cáncer infantil, agresión adolescente y hábitos de fumar entre estudios realizados por estudiantes de Medicina

Los profesores de la Cátedra de Psicología Social de la Salud de la Facultad de Medicina de la ULA crearon unas jornadas con este mismo nombre a fin de ofrecer a los estudiantes del tercer año la posibilidad de realizar trabajos de investigación y de presentar sus resultados.

Este año se celebró la tercera edición de esta actividad en la que 135 estudiantes dieron a conocer las características de más de 35 investigaciones en el área de la psicología social. En esta oportunidad nos centraremos en tres de ellas: Factores emocionales y familiares asociados con la adaptación del niño con cáncer, Consumo de alcohol y otras drogas y niveles de agresión en adolescentes, e Internalidad y autoestima como factores mediadores en la adquisición del hábito de fumar.

El primero, realizado por Luis Araujo, Evelyn Pérez y Joeliana De Souza, se centró en diez niños de 6 a 14 años de edad que reciben tratamiento de quimioterapia en el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes.

“Hicimos un estudio –nos cuenta Luis Araujo- sobre cómo la participación familiar y del personal médico influye o afecta al niño en la evolución de su tratamiento. Es duro ver cómo estos niños, en lugar de vivir al máximo su niñez o su juventud, están sumergidos en su tratamiento contra el cáncer. Sus conversaciones normalmente giraban, no en torno a sus juegos o juguetes, sino alrededor de los efectos provocados por los medicamentos que les suministran”.

Estos estudiantes de Medicina descubrieron que estos niños que padecen de cáncer sienten mucha ansiedad y presión por parte de sus padres, pues éstos les conminan, por ejemplo, a cumplir con el horario establecido para tomar las dosis de los medicamentos. “En el caso de los progenitores sienten depresión, frustración, impotencia y miedo”.

Uno de los instrumentos utilizados en este estudio fue la encuesta y también solicitaron a los niños la realización de dibujos para proyectar sus emociones. En esta oportunidad el 80 por ciento de los niños participantes de este estudio padece de Linfoma de Hopkins,  un cáncer del tejido linfoide que se localiza en los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y la médula ósea (concepto tomado de http://www.clinicadam.com/Salud/5/000580.html).

Los adolescentes y el alcohol
El segundo trabajo, realizado por María Corti, Manuel Escalante, Jenny García y Naisbet Ortega, se desarrolló en un liceo privado y en un liceo público ubicados en la ciudad de Mérida. Tomaron como muestra 100 jóvenes de cada institución, todos estudiantes del Segundo Año de Ciencias.

María Fabiola Corti explica que descubrieron una relación significativa entre la agresión y el consumo de alcohol y drogas: la primera aumenta ante la presencia de licor y otras sustancias y disminuye cuando los niveles de alcohol o drogas son bajos. “Al comparar los resultados de la institución pública con la privada, nos dimos cuenta de que son los mismos, es decir, no importa a cuál liceo asista el joven, la agresión está íntimamente ligada con las drogas y el alcohol”.

Estos futuros médicos, al tratar de identificar los niveles de agresión en los encuestados, se centraron en el maltrato de éstos hacia sus compañeros de clases y las relaciones conflictivas que tienen en el hogar después de ingerir licor u otras sustancias.

Las encuestas, cuyas respuestas fueron anónimas, revelaron que la droga más usada, en un 15 a 20 por ciento, es la marihuana, mientras que la mayoría admitió tener el hábito de fumar. En cuanto a los licores la cerveza ocupa el primer lugar, seguida del vodka y la sangría. “El 70 por ciento de los jóvenes entrevistados consume alcohol y lo hace constantemente. En este caso no influye el estrato socioeconómico, pero sí notamos que el sexo masculino consume más alcohol y drogas que el sexo femenino”.

El hábito de fumar
La tercera investigación que describiremos se centró en 78 estudiantes de primero y segundo año de ciencias de un liceo público de la ciudad de Mérida a quienes, a través de encuestas, se les midió la autoestima, las características de su entorno y las razones que les llevaron a fumar.

“A pesar de que la literatura indica que a menor autoestima, mayor posibilidad de adquirir el hábito de fumar, nosotros no pudimos demostrarlo –explica Naif Nasred- es por eso que nos planteamos, como segunda hipótesis, que es la publicidad la causante de difundir mensajes que asocian la idea de fumar con el placer, la socialización, la libertad y la independencia”.

La tercera hipótesis está relacionada con la autoestima y la internalidad, definida la primera como el sentimiento valorativo de uno mismo y la segunda como la actitud que se tiene ante las circunstancias.

“La persona interna es aquella que puede modificar las cosas que le suceden y mejorar su conducta, la persona externa cree que todo lo que le sucede es causado por factores ajenos como el destino o el azar, por tanto, no está en capacidad de cambiarlo. Luego de aplicar las encuestas nos dimos cuenta de que había un mayor porcentaje de personas internas entre los no fumadores y una menor cantidad de personas externas entre las que tenían el hábito de fumar”.

De 78 estudiantes de secundaria entrevistados, con edades entre los 14 y los 17 años, 38 son fumadores. Este trabajo fue realizado por Yaribith-Rey Moreno, Raif Nasre, Dairelis Nieves, María Ordaz y Carmen Pérez.

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