FÉLIX ARELLANO: “VENEZUELA ES SUBIMPERIALISTA E INCOHERENTE EN POLITICA EXTERIOR”

Colocar a la política venezolana de hoy en el marco internacional, es contrastarla con los pequeños, medianos y grandes movimientos de naciones o bloques económicos, políticos y sociales que se engranan con objetivos específicos y estratégicos en las diferentes orbes geográficas del planeta.

Frente a esta circunstancia de cambios, la administración actual de Venezuela  asumió la grave tendencia de  simplificar la dinámica interna y externa. Aupó el juego de la bipolarización     en una posición considerada actualmente como perversa. La diversidad que proyecta la globalización, es una tendencia de mayor preponderancia en la relación de los sistemas internacionales.

La  reflexión sobre esta dinámica entre países y gobiernos correspondió al profesor Félix Gerardo Arellano, internacionalista, graduado en la Universidad Central de Venezuela, doctor en Ciencias Políticas y actual director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
El programa de conferencias del Encuentro por la Unidad y la Democracia  efectuado en la ciudad de Mérida los días 20 y 21 de noviembre del 2009, acertó con la invitación de este experto.

Arellano destacó que en el caso de Venezuela, el rol de potencia subimperialista, de propiciar choques contra la gran potencia norteamericana, ha estado soportado por la transferencia de recursos petroleros, reacomodos de nuevas organizaciones y la desestabilización en nuestra región.

Ejemplos a seguir

La errónea reacción del gobierno venezolano contra el Alca no le permitió negociar junto al resto de los países del cono sur de manera armónica o ventajosa con Estados Unidos. El Alba es solo un aparato con sintomatología bélica de países débiles contra Estados Unidos. Unasur nace como una forma de contrarrestar la avanzada bélica de países de la zona.  Al Mercosur le rigen patrones de adherencias bien claros en cuanto al cumplimiento de garantías  democráticas ciudadanas, sindicales, por parte de los países que soliciten su ingreso.

“En el caso del Mercosur, veo una gran dificultad de ingreso por parte de Venezuela, dada la abierta oposición del parlamento brasileño al proceso que lleva el gobierno de Hugo Chávez”.

Asumir  los retos complejos y novedosos en el marco internacional, pasa por revisar el rol de los partidos políticos en el país como organizaciones de demandas de la sociedad civil. Impulsar los retos de las comunidades a la negociación, al diálogo, al respeto mutuo.

En el cono sur hay gobiernos con tendencias de izquierda o ideologías socialistas (Uruguay y Chile). Estos se han sumado a aprovechar todas las oportunidades que ofrece el mundo global, y en particular las oportunidades que plantea la  administración de Barack Obama para la construcción de gobernabilidad.

Diagnosticar a América Latina es asimilable  a lo que ocurre en el resto del mundo. Vale destacar la perplejidad, la fragmentación, el incremento de nacionalismos, la pobreza crítica, las crisis de la política y de los políticos, instauración de nuevos modelos. En esta búsqueda de nuevos modelos ha ido conformándose toda esa tendencia de izquierda, que es heterogénea y de colores diversos. Podemos definir una izquierda democrática, signada por la tolerancia y el respeto (Brasil, Uruguay y Chile), y una izquierda radical (Nicaragua, Bolivia, Venezuela y resto de integrantes del Alba), que hace énfasis en la asimetría, en el descontento social, en la crítica a los modelos liberales, a la apertura económica y comercial, a los modelos de integración etc.

La realidad es que se están generando tendencias nuevas y transformadoras en el mundo, con gran expectativa en el discurso que versa en el humanismo, al hombre nuevo, nuevas sociedades, excluidos, protagónicos.
“Sin embargo, el discurso debe ir a la práctica, y en el caso de Venezuela con estos diez años de gobierno, podemos ver claramente hacia dónde va el discurso, que se muestra signado por tener poca coherencia con las expectativas planteadas”

La exclusión de los que piensan distinto, se evidencia en el Alba, pues sólo pueden incorporarse aquellos que comparten la filosofía del  “Actor Hegemon”. El subimperialismo venezolano también estuvo de una u otra forma activo en la Cuarta República con los acuerdos energéticos y el Pacto de San José.
Hoy esta característica se agudiza, pues el papel de la política exterior o internacional, es prioritaria, de primer orden.

“Pudiera haber escasez interna, no haber ingresos para la inversión en electricidad, agua u hospitales, pero para mantener la agenda siempre habrá recursos. Eso pone en evidencia la importancia que el gobierno la ha dado a su política exterior”.

Arellano aseveró que es muy importante y positivo el acento a la política internacional, pero su orientación excluyente y autoritaria la convierte en negativa. Todo ese protagonismo destinado a promover un proyecto y la figura de una persona.(CNP: 5.982)

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