El manejo eficiente de los recursos presupuestarios asignados a los decanatos de las facultades de la Universidad de Los Andes, entra en la lupa  de sus propios administradores. La necesidad de destinar los dineros a lo estrictamente necesario, está generando una nueva cultura apegada al “criterio de escasez”.

En el caso de la Facultad de Ciencias, su decano, el profesor Nelson Viloria, fue enfático al aseverar que el recorte presupuestario derivado del decreto presidencial, le has afectado en casi un 70 por ciento respecto a los gastos ordinarios.

“El recorte presupuestario del 6 por ciento,  dirigido solamente a los gastos de funcionamiento, se transformó, para nosotros, en un recorte del 67 a casi un 70 por ciento.  Esto es un golpe fuerte para nuestro funcionamiento, sin embargo, la facultad cuenta con una característica especial que le permite, a través de los grupos de investigación, lograr financiamiento sin mayores dificultades”.

En esta facultad, los investigadores están acostumbrados a elaborar proyectos para institutos del Estado y para el sector privado.  En este sentido, las respuestas han sido favorables. En la  misma medida, el decanato ha estado incrementado los contactos para consolidar futuros entes financistas.

Dijo el decano que en estos momentos, la dificultad más apremiante es la compra de insumos y reactivos para los laboratorios. La adquisición  debe hacerse en dólares y por eso reviste una dificultad mayor.

“Frente a esto, el personal administrativo de nuestra facultad ha comprendido que tenemos una situación difícil, las restricciones al uso de los materiales de oficina es muy grande. Básicamente, estamos comprando tonner y papel para imprimir los materiales, además de aminorar los gastos en otras áreas”.

Las iniciativas propias gestadas desde los decanatos, abren posibilidades de confrontar el recorte presupuestario con el germen de la creatividad. (CNP: 5982)