ULA ayuda a empresarios merideños a confeccionar productos de buena calidad

     Un proyecto para ayudar a los productores merideños de alimentos a procurar la pureza de éstos y disminuir los riesgos de contaminación física, química y biológica, llevan adelante profesores de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis y de la Escuela de Ingeniería Química de la Universidad de Los Andes.

     En la actualidad, trece empresas forman parte de este proyecto y, para mostrar sus avances, el jueves 16 de julio, de 8 de la mañana a 12 del mediodía y en el auditorio de Corpoandes, serán los mismos empresarios -apoyados por profesores de la ULA-, quienes den a conocer a los representantes de 43 empresas más, sus avances y logros obtenidos en esta área. Es por eso que se organizó un taller de inducción que recibió el nombre de “Fortalecimiento del manejo de la inocuidad en Redes de Innovación Productiva (RIP) y en Pequeñas y Medianas Empresas (Pyme) de alimentos en la región andina”.

     La profesora Elvira Ablan, del Departamento de Ciencias de los Alimentos de Farmacia y Bioanálisis e integrante activa de este proyecto, dijo que en Venezuela, desde el año 1996, existe la Norma 36.081, la cual es de obligatorio cumplimiento sobre las Buenas Prácticas de Fabricación, Almacenamiento y Transporte de Alimentos para Consumo Humano (BPF). “Lamentablemente nuestro retraso en la materia es notable, por un lado, si bien lo obligatorio debería ser cumplido por todos, esta norma está lejos de ser observada, en particular por las pequeñas y medianas empresas pero, además, entendiendo que la inocuidad es un asunto que compete a toda la cadena, no ha habido desde esa fecha el desarrollo, ni siquiera del marco normativo, que conduzca a la introducción de las buenas practicas en otros niveles tan íntimamente relacionados, como son la agricultura y los servicios de alimentos”.

     La profesora Ablan indica, además, que el progreso de estas competencias en el Sistema Alimentario Venezolano requiere de inversiones y del desarrollo de programas de capacitación, lo cual arroja limitaciones y es la comunidad en general la que se perjudica debido al incremento de las Enfermedades Transmitidas por Alimentos.

     “A eso se debe la existencia de este proyecto, pues deseamos ayudar a las pequeñas y medianas empresas procesadoras a introducir mejoras en aspectos sanitarios y de manipulación de los alimentos”.

     Mérida se convierte así en el estado piloto -en el ámbito nacional-, de esta actividad y, desde el año 2007, con la ayuda de profesores y estudiantes de la ULA, se fortalecen las capacidades de las empresas y se ayuda a sus propietarios e integrantes a fabricar productos de calidad.

     Este proyecto es promovido y financiado por el Centro Nacional de Tecnología Química, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, el cual lleva la batuta en todo lo referente al fortalecimiento de las capacidades de las empresas productoras de alimentos.

     Las trece empresas merideñas que forman parte de este proyecto producen granola, cremas para untar, productos deshidratados, productos en aceite y productos congelados, entre otros. Todas y cada una de ellas, con la ayuda de la ULA, procuran el desarrollo de correctos procesos de manufactura. 
     
   

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