“La naturaleza nos enseña que debemos respetar los ritmos de la vida”
** Jesús Poveda de Agustín, médico psiquiatra y docente de la Universidad Autónoma de Madrid
El ambiente está vinculado con el desarrollo de las distintas etapas de los hombres: niñez, adolescencia y adultez. Es por eso que la armonía entre lo geográfico y lo humano es vital para el progreso de nuestra especie, pues ambos elementos cumplen ciclos vitales que no deben ser alterados.
El doctor Jesús Poveda de Agustín, médico psiquiatra y docente de la Universidad Autónoma de Madrid, amplió este tema durante el programa radial “Aula ambiental”, transmitido todos los viernes por 107.7 ULA FM y conducido por la doctora Nancy de Sardi, coordinadora de la Comisión Universitaria de Asuntos Ambientales.
Nancy de Sardi: Para que existamos como especie necesitamos de todos los elementos que están en la naturaleza, porque Dios no puso sobre la tierra nada que no tuviese una razón de ser.
Jesús Poveda: Muchas veces, cuando se habla de medio ambiente, se menciona el efecto mariposa, es decir, la mariposa que aletea en Japón y produce un terremoto en Los Ángeles… todo está conectado. Entre la naturaleza, el medio ambiente y la salud, no hay compartimientos estancos, todo está vivo e interactivo y de nosotros depende procurar el equilibrio con el medio ambiente porque, si lo conseguimos, podemos promocionar la salud humana sin toxicidad y sin riesgos vitales.
NdeS: La vida es armonía. Todo está hecho para que tengamos un día y una noche, épocas de lluvia y sequía o estaciones climáticas en algunos lugares de la tierra, es decir, todo es un renacer permanente, pero las actividades humanas, muchas veces irracionales, pueden destruir todo eso. Es importante para nuestra salud física y mental respetar la vida y la naturaleza y evitar que las situaciones de crisis sean muy prolongadas… aunque las crisis también son necesarias ¿verdad?
JP: Sí. El nacimiento no deja de ser una crisis al final de la vida intrauterina y la adolescencia no deja de ser una crisis al final de la niñez y ambas son necesarias, lo que pasa es que suceden esas crisis en un momento y un contexto determinados. Ahora se habla mucho de la infancia secuestrada porque a los niños no debemos quitarles su infancia, pues la necesitan para desarrollarse como jóvenes o adultos. La naturaleza nos enseña que debemos respetar los ritmos de la vida porque de esa forma se cuida mejor el sueño, la creatividad, la memoria, el sentido del humor. Con la naturaleza sucede eso, hay épocas de lluvia, sequía, calor, frío y es importante proteger esas reglas y esa armonía.
NdeS: Los desequilibrios afectan nuestra salud física y mental…
JP: Es un tema que cada vez preocupa más porque, cuando se quitan las condiciones mínimas de desarrollo de salud mental, comienzan síntomas que luego pueden convertirse en enfermedades mentales que deterioran a los seres humanos y a la comunidad. De allí la importancia de respetar los ritmos de la naturaleza y, además, promocionar la salud, hábitos alimenticios saludables y los ejercicios. El avance de la tecnología nos permite la adquisición de teléfonos móviles que nos “permiten trabajar las 24 horas”, pero se ha visto que esta actividad disminuye el rendimiento y eficacia de trabajo, por lo que hay que saber cuándo apagar el móvil, la televisión o la radio. Ahora se escucha en el ámbito de la psiquiatría la “Psicopatología de la adolescencia” y allí se empiezan a ver adicciones a temas informáticos y a las redes sociales, a través de las cuales los jóvenes pueden tener amigos virtuales sin percatarse de que el medio ambiente les ofrece algo importante: conectarse con el aquí y el ahora y eso también es un ritmo.
NdeS: Las diferentes etapas de la vida se alternan si no se respetan los elementos de la naturaleza y los ciclos que la vida misma nos va planteando.
JP: El ciclo vital viene a recordarnos que cada momento de la vida tiene su cosa y cada cosa tiene su momento. La adolescencia es un período de crisis entre los 12 y los 18 años, pero en esta etapa no se vale todo, quienes estamos alrededor de estos seres humanos nos encargamos de hacerles ver que hay normas y reglas que deben cumplirse. En mi consulta un adolescente comentó que esta etapa es una “pesadilla que se muerde la cola”, y es que el adolescente aún no tiene personalidad, hay que ayudarle a aceptar esa armonía que también está relacionada con la naturaleza, ese equilibrio entre el control de impulsos, emociones y sentimientos.
NdeS: Nosotros debemos respetar la armonía entre el ambiente natural y el ambiente social.
JP: El ambiente social lo creamos nosotros, me llama la atención cómo en determinadas situaciones lo que era una habitación pasa a ser una biblioteca o una leonera, ese hábitat o entorno que has creado va creando circunstancias para poder desarrollarte en una línea o en otra. El hombre forma parte de los ecosistemas y cuando existe un equilibrio entre éstos nos beneficiamos de ello. Por otro lado, en la armonía hay desarrollo y también creatividad, la cual necesita de un entorno favorable y siempre que en la naturaleza exista armonía y el hombre la propicie, se puede pensar en el futuro.
NdeS: Los seres humanos somos agua, cuando nacemos, más del 70 por ciento de nuestro peso corporal es agua y el envejecimiento es la incapacidad de retenerla. Me gusta su enfoque de cómo en cada etapa de la vida hay que buscar armonía para que los ciclos que la naturaleza plantea puedan ser vividos y respetados profundamente.
JP: Por ejemplo, el sueño y la alimentación son importantes para los niños y, en la medida en que éstos se fortalecen, se crea algo fundamental que se llama “vínculo”, así, el recién nacido crea un vínculo con la madre, con el entorno familiar y luego con el entorno social, pero ese vínculo debe darse en condiciones ambientales óptimas; si no respetamos el sueño y la alimentación, generamos una situación donde se van a producir en el futuro enfermedades con mucha más frecuencia. En el ámbito de la adolescencia es muy importante el deporte como una manera de educar el del control de impulsos, además, conocer las reglas del juego es aprender a vivir en sociedad. Al potenciar el deporte y los ejercicios educamos el cuerpo animal que tenemos y lo preparamos mejor para la edad adulta. Los ejercicios y actividades físicas también nos conectan con la naturaleza.
Para terminar quiero mencionar una frase y me perdonan si suena un tanto utópica: “Dios perdona siempre, el hombre algunas veces y la naturaleza nunca”. Si la reinterpretamos podemos afirmar también que “Si respetamos la naturaleza ésta nos va a respetar siempre”.