La ULA aspira volver al modelo de seguridad que tenía en 2006
Durante una visita que realizara al Núcleo Táchira, el director de los Servicios de Prevención y Seguridad de la ULA, el profesor Leonardo Sánchez, se reunió con los responsables de esta actividad, directivos de Soula y el propio personal de seguridad del Núcleo, para dar a conocer la cruda realidad que se confronta en este terreno ante la precariedad de recursos para impulsar las distintas actividades de vigilancia que incluyen la parte operativa con el personal asignado, la vigilancia electrónica, la guardia canina y los bomberos, y en este sentido consideró paradójico que la situación ideal sería “retornar a la forma en que funcionaban estas actividades hasta el año 2006”.
Afirmó el director de Seguridad que “la situación es toda una tragedia y parece que la ULA se estuviera desdibujando” ya que no hay carros ni recursos y la universidad, en lo que va de año, apenas le han llegado recursos para funcionar por un mes y medio, y agregó que la universidad “no escapa al problema de seguridad que confronta el país en general”, puesto que este es uno de los principales problemas que estaría acosando a los venezolanos y a los universitarios.
Aclaró que aunque la seguridad de los ciudadanos es competencia del Estado, en el caso de las universidades, por su principio de autonomía, la institución ha tenido que generar sus propios mecanismos de seguridad.
El director recordó que recientemente observó un video relativo a la forma en que funcionaba esta actividad hasta el año 2006, momento en que “había carros, se contaba con las últimas tecnologías en materia de seguridad, había armas, ahora solo tenemos a la gente, el personal de seguridad, que es lo más importante, claro está”.
El profesor Sánchez afirmó que el sistema de seguridad de la ULA incluye “la parte operativa con el personal asignado, la vigilancia electrónica, la guardia canina y los bomberos”. Al respecto mencionó que la carencia de recursos es tan aguda que “los 60 animales con que cuentan se están muriendo de hambre”, y que han logrado su sobrevivencia con algunas donaciones, al mismo tiempo afirmó que ya no se cuentan con los carros del pasado, en la actualidad solo tienen dos vehículos que son de muy vieja data para custodiar toda la universidad y no hay repuestos, sin embargo no por ello “se deja de realizar toda la actividad necesaria en la búsqueda del reguardo de las personas y bienes de la universidad”.
Narró que desde que asumió sus funciones empezó a trabajar en la armonización de las distintas dependencias y unidades de prevención y seguridad para mejorar su eficacia, sin embargo -mencionó- se deben recuperar algunas prácticas para el buen funcionamiento de la vigilancia.
El deber ser del servicio de vigilancia
El jefe de Vigilancia de la ULA mencionó varios aspectos que considera relevantes a la hora de garantizar un buen servicio de vigilancia en la universidad, como por ejemplo el porte del carnet por parte de todos los universitarios, los equipos de video o digitales para la supervisión de las personas que ingresan a la institución y las prácticas habituales de control directa sobre las personas que ingresan.
Afirmó que el primer mecanismo de seguridad es la identificación de las personas a su ingreso a la universidad, de allí la importancia del carnet porque este es “un primer filtro”, cuya exigencia al portador no es un capricho, dado que quien no sea un miembro de la comunidad universitaria “debe ser monitoreado una vez que ingresa a la institución”.
En segundo lugar, como aspecto prioritario,se requiere del uso de cámaras y monitores para brindar seguridad en los accesos y lugares neurálgicos de la universidad, así como hacer seguimiento de las personas que no se han identificado como miembros de la institución a su ingreso.
Respecto a la actuación de los vigilantes, apunto que “hay poco por inventar, de lo que se trata es de recuperar lo que se hacía antes: supervisión, formación de vigilantes y que se asuma la responsabilidad del cargo”.
En este importante aspecto apuntó que se debe mejorar o recuperar la supervisión del personal, el control de la asistencia tanto en las guardias diurnas y nocturnas, afirmó que “no se debe fallar en horas nocturnas y para ello se creó el bono nocturno”.
En este aspecto apuntó que “nosotros tenemos la responsabilidad del control de bienes de la institución, por ello aunque las personas se molesten debemos abrir las maletas de los carros, muchos bienes se pierden por esta vía”.
Del mismo modo señaló que la supervisión de personal no busca realizar ningún acoso al trabajador porque “yo soy parte de ese equipo, no se trata de perseguir ni pasar factura sino, entre todos, ver cómo hacer las cosas bien” y apuntó que “con la evaluación no se trata de agarrar al trabajador como a un estudiante para rasparlo o pasarlo sino para ver sus debilidades y mejorar”.
Entre otros aspectos, el Jefe de Vigilancia de la ULA afirmó que “el vigilante es la imagen de la universidad”, de allí la importancia de su presentación adecuada con el uniforme respectivo, su identificación y ”el trato correcto con las personas”.
Respecto a las directrices que serán implementadas bajo su coordinación, manifestó que se propone una estructura de seguimiento de este servicio con políticas generales que se emanen desde Mérida, pero atendiendo a las particularidades de cada uno de los núcleos y dependencias universitarias.
Del mismo modo, recomendó “mirar hacia el futuro para prevenir problemas”, dado que afirmó, “tenemos una juventud complejizada que viene ya con problemas de los liceos... Debemos prepararnos ante este fenómeno, hacernos respetar para reforzar la confianza de la comunidad universitaria en su vigilancia, debemos encargarnos de mejorarnos y adecuarnos para cuando el delito no esté fuera sino que ya lo tengamos dentro de la universidad: eso está entre los desafío a sortear y ustedes son los más comprometidos en que esos procesos de mejoramiento se produzcan”.
Hechos puntuales
Como problemas puntuales que se han producido en la universidad mencionó casos como el robo de equipos por el orden de 300 millones de bolívares en el Núcleo de Trujillo –pérdida equivalente al presupuesto de 30 años de ese Núcleo-, pérdida de 10 equipos en la Biblioteca de Ciencia y Tecnología, con alto valor por la data tan importante que albergaba de conocimientos para la universidad y la sociedad, pérdidas de materiales para la construcción de las estructuras de control externo o rejas de seguridad, instalaciones, piezas sanitarias y de otro orden que se han ido “mudando” de la institución hacia sectores residenciales aledaños a la ULA.
La autoridad manifestó que estos problemas tienen que ver, entre otras razones, con ausencias de vigilantes en sus puestos de trabajo, a que no se ha podido hacer patrullajes continuos alrededor de las instalaciones y a que los organismos de seguridad del Estado no han acudido una vez que la universidad ha hecho llamados en determinados momentos para su actuación, además de las fallas presupuestarias para garantizar el funcionamiento de los distintos mecanismos.
El profesor Sánchez manifestó que debido a la impunidad que impera y a la ausencia de una actuación efectiva del Estado frente al delito, los ciudadanos han querido “hacer justicia por su propia mano”, y en la Facultad de Ciencias Políticas después de ocurrir un atraco, las personas cercanas al hecho intentaron linchar al delincuente, actuación que rechaza y considera altamente inconveniente el Jefe de Seguridad de la ULA.
Respecto a estas pérdidas en las distintas dependencias, el Jefe de Vigilancia de la ULA afirmó que “No podemos ser tan indolentes porque estos equipos y materiales iban a beneficiar altamente a nuestros hijos o a la comunidad” y también hizo hincapié en que en la custodia de la universidad se asume el principio de la “corresponsabilidad” mediante el cual todos los miembros de la institución debemos velar por el resguardo de los bienes de la institución.
Correctivos necesarios
El director de Seguridad de la ULA dio a conocer las directrices que se irán implementando con el objeto de mejorar el servicio de vigilancia de la universidad y recordó que el 29 de febrero pasado el Consejo Universitario ordenó para el manejo de la vigilancia la reubicación de funcionarios, efectuar procesos disciplinarios y que se active la rotación de los funcionarios en las distintas dependencias.
Entre otros correctivos necesarios mencionó que la supervisión se efectuará a objeto de eliminar la inasistencia tanto en turnos diurnos y nocturnos, así como impedir la utilización de los funcionarios adscritos a este servicio en actividades ajenas a sus funciones, dado que, expresó, el personal de seguridad está constituido por personas, técnicos y profesionales formados en distintas disciplinas, incluso médicos, quienes en oportunidades se encuentran cumpliendo otras funciones que aunque importantes, no se corresponden con el ejercicio para el que fueron contratados, además, agregó, hay un exceso de permisos para efectuar prácticas deportivas..
Políticas de mejoramiento personal y profesional
De igual modo, la principal autoridad de la ULA en materia de seguridad, expresó que con los correctivos que se impulsan no se busca hacer una persecución de los funcionarios, sino formarlos y capacitarlos para que cumplan a cabalidad sus funciones e instarlos y estimularlos a que asuman con sentido de responsabilidad su alto encargo, como es el de garantizar el cuido de las personas y bienes materiales de la institución, a partir de una identificación con la institución.
En esa dirección, expresó que se han dictado cursos de capacitación, con la idea que las personas una vez formadas repliquen o repitan sus conocimientos a otros compañeros, sin embargo, lamenta que “no ha habido actitud de los funcionarios ya formados en contribuir con la universidad a formar a otros a pesar de la alta inversión que ha hecho en ellos la institución para su formación”.
De igual modo, en la búsqueda de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores adscritos a este servicio, el profesor Sánchez mencionó la posibilidad de solicitar que el manual de cargos con el que se desenvuelven las universidades permita una escala mayor para las distintas funciones que en la actualidad solo contempla los cargos de vigilante y supervisor y, de esta manera, “reconocer la calidad, el esfuerzo y la dedicación de cada uno de los miembros del personal”.
En este mismo aspecto afirmó que “se busca que haya una Dirección de Vigilancia que sea profesional”, en esa dirección habló de “la posibilidad de crear una carrera y el Rector ofreció dar todo su apoyo para profesionalizar esta función en la universidad”.
El Director de seguridad de la ULA, al final de su intervención, anunció la pronta realización de un curso en Prevención Situacional del Delito.
Solicitudes desde el Táchira
Al finalizar la exposición del profesor Sánchez, también intervino el presidente del sindicato de obreros, SOULA y miembros del personal de vigilancia del Táchira, momento en que el presidente de SOULA, señor Roquelito Lindarte, invitó al personal a “tener una alta identificación con la institución porque todo lo que tenemos se lo debemos a la universidad”.
En sus intervenciones, los miembros del personal solicitaron materiales de trabajo tales como linternas y radios, que se pueda ascender por méritos, discutir las fechas en que deben salir de vacaciones, en virtud que según la Ley del Trabajo, expusieron, “éstas deben ser convenidas entre patronos y trabajadores”, la dotación de uniformes porque los actuales “están muy gastados y somos la imagen de la universidad”, así como tener mayor conexión con la Dirección de Seguridad de Mérida.
En la reunión también estuvo presente el licenciado Gilberto Rangel, jefe de Vigilancia de la ULA Táchira.