Bomberos universitarios dieron a conocer sus técnicas de rescate

En el Edificio Administrativo de la ULA

Descenso de lesionados con asistencia de paramédicos fue una de las técnicas de los bomberos. (Foto: Carlos Castro)

Un grupo de alumnos de la vigésima tercera promoción de bomberos voluntarios de la Universidad de Los Andes realizó un simulacro en el Edificio Administrativo de esta casa de estudios, donde demostraron las destrezas que adquirieron durante un año y dos meses de entrenamiento bomberil. 

Aspecto general de otra de las técnicas bomberiles realizada en la estructura externa del Edificio Administrativo. (Foto: Carlos Castro) 

En este sentido, José Guerrero, comandante de los bomberos de la ULA, destacó que estas maniobras estuvieron a cargo del personal instructor, entre las cuales se pueden mencionar: descenso controlado de lesionados con asistencia de paramédicos, la carolina o descenso inclinado y el rapel. “Es importante señalar que los funcionarios que trabajaron en la asesoría y que además fueron instructores, en este caso en el área de rescate, son muchachos con experiencia en el ámbito local, nacional e internacional como rescatistas”. 

Queremos agradecer en esta ocasión al vicerrector administrativo de esta casa de estudios, profesor Manuel Aranguren, por darnos el apoyo en el entrenamiento de estos muchachos y el otorgamiento de la permisología para utilizar las instalaciones para estas maniobras. Igualmente, agradecer al director de Prevención y Seguridad de la ULA, profesor Leonardo Sánchez, manifestó Guerrero. 

Danger en acción: la mascota de los bomberos también participó en el simulacro. (Carlos Castro) 

Este grupo de bomberos voluntarios que participó en el simulacro se graduará el próximo jueves 5 de mayo, a las 3 pm, en el Paraninfo del Rectorado, con otorgamiento de su respectivo título como bomberos profesionales universitarios. 

Dicha agrupación, conformada por trece jóvenes, anunció que esta exhibición de técnicas y procedimientos de rescate fue un examen final de lo que aprendieron en clases durante un año y dos meses, con la finalidad de practicarlas y tenerlas presentes al momento de una situación real, tales como movimientos sísmicos e incendios, entre otros eventos de emergencia, que se puedan suscitar en la institución o localidad merideña.