Migración de profesionales venezolanos hacia el exterior preocupa a la universidad
Desde hace unos cuantos años, las autoridades universitarias han visto con preocupación la gran cantidad de profesionales egresados de la ULA que deciden irse del país para ir a atender contratos que se les ofrece en el extranjero, ya sea en países europeos o americanos, así como en Indonesia, Malasia, India, Australia o Nueva Zelanda. En algunos casos a través de internet o por contactos personales, estos profesionales venezolanos, muchos de ellos con títulos de maestría y doctorados, son contactados por los busca talentos internacionales, quienes les ofrecen condiciones laborales ventajosas. Lo mismo sucede con profesores de la ULA, quienes deciden renunciar a sus trabajos, los cuales, a pesar de estar muy mal remunerados, brindan una cierta estabilidad laboral.
Un país que tenga una economía sana, que tenga seguridad personal, que cuente con un buen sistema educativo, en el que haya seguridad legal, entre otros aspectos importantes, siempre tendrá un flujo de entrada y de salida de personas, las cuales vienen a probar suerte y otros que se van a otros lados en busca de nuevos rumbos, sin embargo lo que está viendo nuestro país hoy, es un flujo de salida que va en una sola dirección y que se ha agravado durante los últimos 18 meses.
“Como Secretario de la Universidad de Los Andes, dentro de mis competencias está la certificación de documentos para que los egresados puedan ejercer tanto en el territorio nacional como en el exterior. Nos hemos visto desbordados por la cantidad de solicitudes y la gran mayoría con motivo de urgencia, las cuales son habilitadas por jóvenes que se van, a lo que se suma también una gran captación de personal venezolano jubilado y activo, por parte de países latinoamericanos como Perú, Chile, Ecuador, Bolivia y Colombia. Cuando hablo de la premura con la que requieren los documentos, se ve que hay un desespero por irse y cuando les preguntamos por qué no se quedan acá, aducen que no hay un campo laboral acorde con la preparación, por lo que cada vez es menos la gente preparada que quiere trabajar en organizaciones del Estado, ministerios y universidades. El bajo nivel de los sueldos y salarios, comparados con los sueldos internacionales que se pagan, incluso a la gente recién graduada, hacen que se vayan. Por ejemplo en países limítrofes con Venezuela, un ingeniero recién graduado puede ganar un equivalente a los 2 mil dólares, con maestría puede ganar un poco más y con un doctorado y con experiencia, en torno a los 4 y 6 mil dólares, inclusive hay salarios mayores”, dijo José María Andérez, secretario de la ULA.
La inseguridad personal, la cantidad de robos y atracos que hoy sufren las familias venezolanas, el deterioro de la seguridad jurídica, la baja calidad de los sistemas de salud han sido otras causas de esta migración y, a pesar de que en las universidades se hacen cursos de capacitación para que estos jóvenes profesionales puedan independizarse, muchos tienen temor a usar sus ahorros o hacer algún préstamo para formar una empresa nueva.
“Es imperativo que el Gobierno Nacional, que conoce bien la situación, tome medidas en este aspecto, con el objeto de que este flujo de personas hacia el exterior vaya disminuyendo, porque estamos formando venezolanos de alto nivel profesional que luego son aprovechados por otros países. Venezuela se ha transformado de un país que recibió en la década del 40, 50, 60 e inclusive del 70, una gran inmigración de países europeos, en un país que genera una gran cantidad de migración, en la universidad estamos analizando esta situación y deben hacerse los estudios respectivos que permitan al gobierno tomar las medidas necesarias para que esta situación, que afecta la capacidad instalada en términos de talento humano en el país, y que la afecta negativamente, pueda resolverse en un futuro cercano”, dijo finalmente el profesor Andérez.