Presentaron libro de Briceño Guerrero en Museo del Táchira

Bautizo del libro de JM Briceño ok Bautizo del libro "Dios es mi laberinto" por JM Briceño Guerrero, lo acompaña el profesor Bernardo Flores y una miembro del comité organizador (Foto: Marlene Otero)

El martes 25 de junio, a las 5 p.m.,  fue presentado en el Museo del Táchira el libro “Dios es mi Laberinto” del filósofo y docente de la ULA, José Manuel Briceño Guerrero.

Comienzo  a escribir sobre un tema poco atractivo. No tendré muchos lectores. Mi tema pertenece a un grupo de temas alejado de los intereses dominantes. Y no porque no sea importante; pero lo importante a veces no coincide con lo interesante.

(Jonuel Brigue, pp. 11)

Portadilla interna del libro Portadilla interna del libro

La presentación del libro  fue organizada por la Fundación Cultural Bordes y  el grupo de investigación en Comunicación, Cultura y Sociedad de la ULA Táchira.

El panel estuvo conformado por el profesor Bernardo Enrique Flores, director del grupo de investigación, la antropóloga Reina Durán, fundadora del Museo Antropológico del Táchira, la psicóloga Fania Castillo por la Fundación Cultural Bordes,  el historiador y escritor José Antonio Pulido Zambrano, quienes estuvieron acompañando al profesor José Manuel  Briceño Guerrero (Jonuel Brigue) en la presentación de su última obra.  El moderador fue Anderson Jaimes.

Panel del evento Panel del evento

Al presentar su más reciente publicación, el profesor Briceño Guerrero exteriorizó una de las preocupaciones o inquietudes que le motivaron a su escritura, como es “el sentido de la vida, si hay algo más allá de la muerte, incluso anterior al nacimiento…cuando llega un momento en el que morimos y queda algo allá, oscuro, esto ha sido descuidado y quizás temido ese debate”.

Más bien, asegura JM Briceño Guerrero,  “la política, el comercio, las relaciones amorosas son el centro de la atención de las personas” en la actualidad.

Comentó así mismo que “el libro, es mi laberinto, es una búsqueda, de dónde viene, cuál es el sentido del sufrimiento, siento que ha habido una huida, la gente está buscando distracción, está ocupada en divertirse”.

Al tiempo de evocar tiempos de su niñez, JM Briceño recordó que en Barquisimeto había una torre gomecista –una prisión-,  que luego fue demolida, “yo presencie la demolición de esa cárcel de Las Tres Torres, cerca de allí alguien fabricó un laberinto, el cual nadie lograba atravesar”,  y muchos trataban de atravesarlo para  recibir un dinero –cuantioso para la época-, que allí alguien ofrecía a quien lograra la proeza, “yo logré hacerlo,  de niño, logré salir”.

El profesor JM Briceño recuerda que logró atravesarlo, dicho laberinto,  colocado al lado de lo que fue la prisión de Las Tres Torres, desde ese momento, lo reconoció,  tomó un gran interés por los laberintos.

El simbolismo de los laberintos

 Sobre la “idea del Laberinto”, recordó el de Creta y los simbolismos del laberinto en varias épocas y culturas, y señaló que “hay laberintos de muchos tipos y laberintos para muchos que no logran vencerlos para encontrarse de nuevo”. Apuntó que “en la antigüedad clásica se decía, se trataba de buscar –a través del laberinto-,  una familiaridad, una posibilidad de comunicación entre lo humano y lo divino”.

El profesor Briceño Guerrero en un momento de su intervención (Foto: Marlene Otero) El profesor Briceño Guerrero en un momento de su intervención (Foto: Marlene Otero)

La divinidad y el aspecto femenino

Supe que en toda la Europa precristiana adoraban a una diosa suprema,

no a un dios.

Supe que en la Europa cristianizada surgieron unos constructores de catedrales,

todas dedicadas a Nuestra Señora: la diosa suprema. Ante esa revancha de las religiones precristianas, la Iglesia cristiana agregó a la trinidad masculina Padre-Hijo-Espíritu Santo,  la Virgen María

(Jonuel Brigue, pp. 57)

Consultado sobre el contenido del libro, el profesor Bernardo Flores,  manifestó que uno de los temas tratados que llamó su atención, es el  que refleja la relación de la divinidad con el aspecto femenino:

-          A pesar que vivimos en una sociedad patriarcal "'Padre-Hijo-Espíritu Santo"', todos masculinos, en la Edad Media los constructores de catedrales las hicieron en homenaje a la Virgen, no a Dios Padre ni a Jesucristo, destacando en primer lugar el aspecto femenino de lo sagrado, un ejemplo de ello es la catedral de París: Notre Dame, también Notre Dame de Chartres. En el libro el doctor Briceño destaca que los chinos en el Yin y Yang del Taoismo, mencionan primero el Yin que es lo femenino del mundo.

 Sobre la propia idea y simbolismo de los laberintos, al observar la obra del doctor Briceño el profesor Flores expresó: 

-          En la antiguedad el laberinto era considerado un '"misterium tremendum"'. El más famoso de todos: el laberinto de Creta, donde estaba el minotauro encerrado. Una estructura arquitectónica misteriosa en la que es fácil entrar, difícil salir, pero más difícil aun es hallar el centro, de modo que, en el caso del libro que se estaba bautizando, el centro del laberinto es Dios. Jorge Luis Borges utilizó muchísimo el símbolo del laberinto en sus cuentos y poemas, se ve que, para él,  esta figura arquetipal era de la mayor importancia. Un libro es un laberinto, una ciudad como Londres, una biblioteca como la de Babel, incluso un desierto puede ser, para Borges, un laberinto, y consideró al universo como el laberinto de todos los laberintos. Así, cada individuo que busca a Dios, aún en religiones ateas, como dice el doctor Briceno en su libro, refiriéndose probablemente al budismo, cada lector que lee el libro siente que la búsqueda de Dios es compleja, insondable, laberíntica.

Parte del público presente en la presentación (Foto: Marlene Otero) Parte del público presente en la presentación (Foto: Marlene Otero)

Al final de su apreciación sobre el contenido del libro, el profesor Flores apuntó queen mi opinión, este libro es testamentario, de una franqueza absoluta, que lo pasea a uno por todas las vías posibles de búsqueda de lo sagrado, sin hacer proselitismo por ninguna”.

Este libro, de 108 páginas, pertenece a la Biblioteca J.M. Briceño Guerrero, dirigida por el Centro Editorial La Castalia y la edición fue auspiciada por la Fundación José Manuel Briceño Guerrero en 2013.La imagen de portada presente en el libro es de El Bosco. “El Jardín de Las Delicias”. Óleo sobre tabla, 220 x 195 cm. Madrid, Museo del Prado.

Categorías: