José María Andérez: “Estamos muy orgullosos de todo lo que nuestra gente hace por su universidad”
Con mucho beneplácito la comunidad universitaria recibió los resultados del Ranking Latinoamericano de Universidades, de parte de la Consultora QS Quacquarelli Symonds, reconocida internacionalmente por ser la compañía que realiza el “THE-QS World University Ranking”, en el que la ULA participó en el ranking latinoamericano “QS Latin American Rankings 2011”.
La Universidad de Los Andes, salió muy bien posicionada en este ranking, quedando como la primera universidad del país en varios renglones que ellos miden y los cuales son muy variados en tanto que, en el posicionamiento general, se ubicó en el segundo lugar con respecto a las demás universidades de Venezuela.
“Estamos muy orgullosos de todo lo que la ULA y nuestra gente hace en momentos de muchísima escasez de recursos. Los problemas para la reposición de personal, un presupuesto repetido y problemas para la adquisición de bienes y servicios, han permitido lograr, muy a pesar de ese marco referencial negativo para las universidades venezolanas, que la ULA y las demás universidades venezolanas, sigan trabajando, produciendo investigación, desarrollo y sigan haciendo esfuerzos por tener una mayor visibilidad en la red, para colocar contenidos temáticos en la red nacional, a pesar de las graves deficiencias que las redes universitarias tienen en estos momentos”, indicó el profesor José María Andérez, Secretario de la ULA.
Mucha alegría ha causado este nuevo logro por parte de la ULA, pero a la vez hay aires de tristeza por otras cosas, como por ejemplo cuando miden a la ULA en referencia a los contenidos colocados en la red, la universidad llegó a ocupar el puesto 17 en el año 2006, en el ámbito latinoamericano, hoy ya no ocupa ese puesto, lo que ha dado a entender que mientras otras universidades se han mantenido, la ULA ha ido descendiendo poco a poco. “Nos sirve ser la mejor universidad del país en muchos aspectos, pero no nos sirve que cada vez que nos miden, sacamos menos puntuación en los indicadores y estamos perdiendo muchas posiciones con respecto a otras universidades de América Latina a las cuales ya habíamos superado hace mucho tiempo y le llevábamos una gran diferencia”, agregó el profesor Andérez.
Este es un mensaje positivo que involucra a toda la comunidad universitaria desde el obrero, el estudiante, el personal administrativo y profesional, hasta las autoridades universitarias, quienes apoyan con sus actividades todos estos aspectos que hoy dan renombre y, a pesar de tantas dificultades, la gente continúa con la misma mística y el trabajo para seguir adelante.
“En un país razonable, con un gobierno razonablemente bueno, este tipo de noticias generarían, por un lado alegría, y por otro apoyo, esperemos que el Gobierno Nacional a la vista de todo esto, entienda que la Universidad Venezolana tradicional le rinde al país un sinnúmero de beneficios más allá de lo que tiene que ver con la resolución de los problemas nacionales, en término de investigación; desarrollo; trabajo comunitario; labores de extensión; el apoyo a la industria nacional; los desarrollos que hacemos en salud, áreas médicas y farmacológicas; desarrollos en el área ambiental y asesorías que hacemos para que el país se oriente más hacia una nación que respeta el medio ambiente. Todos esos productos universitarios se unen a este logro que hoy nos permite que se nos vea a nivel internacional con respeto y afecto universitario, gracias a esa productividad sostenida en el tiempo”, resaltó el profesor Andérez.
Agregó que la comunidad universitaria requiere, con urgencia, la reposición del personal tanto profesoral como ATO, la creación de nuevas infraestructuras que permitan alojar los laboratorios y los centros de investigación que tiene la universidad, además de un apoyo solidario, en términos de equipamientos, ya que la mayoría de sus laboratorios se están volviendo obsoletos y la asignación de los recursos para la compra de insumos y suministros son ínfimos, por ello es necesario que permitan una verdadera repotenciación de la universidad, para que ésta vaya al ritmo que la sociedad del conocimiento reclama, tomando en cuenta las exigencias de un mundo cada vez más globalizado.