Nuevos hechos violentos generan suspensión del CU de la ULA

El Consejo Universitario de este lunes 11 de abril del 2001, fue suspendido, a las 9 y media de la mañana, debido a lo que lo que la mayoría de los consejeros  consideraron como actos violentos de parte de un sector  laboral universitario, liderados por los sindicatos de obreros y  de trabajadores de la Universidad de Los Andes, respectivamente.

A tempranas horas se instaló, en el hall del Rectorado, una asamblea convocada por los sectores gremiales, en la cual intervinieron representantes de los sindicatos citados.

En sus discursos, informaron sobre el resultado de las mesas de discusión realizadas en Caracas. Además, alegaron incumplimiento por parte de las autoridades universitarias de una serie de peticiones aún en espera. También rechazaron lo que sería la aprobación de recursos para cancelar la vigilancia de la empresa privada que custodia el Núcleo del Táchira.

La voz de la dirigencia insistió en la aplicación del artículo 34 de la  Ley Orgánica de Educación, relativa a la escogencia de autoridades y representatividad del sector laboral en el CU, pese a que en los actuales momentos el Tribunal Supremo de Justicia ya admitió un recurso de nulidad contra la LOE, interpuesto y refrendado por las diversas autoridades de universidades autónomas.

Detonante

Culminada la asamblea,  se suscitó una confrontación en la cual se irrumpió por la fuerza a los accesos del CU. En la refriega, dos vigilantes que custodiaban la reja aledaña al despacho del Rectorado, resultaron agredidos y sometido en el piso.

Una vez vulneradas las rejas del pasillo, el grupo solicitó las llaves de las puertas que permite el acceso a las escaleras que llevan al Salón de Sesiones. De allí subieron en masa a éste, el cual se vio volcado y se presentaron momentos de alta tensión verbal, con frases altisonantes y actitudes amenazantes hacia consejeros y autoridades. Igualmente  no se permitió, por momentos, la salida del lugar de algunos consejeros que querían hacerlo a voluntad.

En medio del airado ambiente, fue doblegada por la fuerza la dinámica reglamentaria del CU.
Dada la situación, el Rector solicitó la presencia de la Defensoría del Pueblo, para que corroborara lo que para algunos consejeros fue un acto de secuestro, al no permitírseles la movilización hacia áreas de resguardo personal.

Ánimos en declive

Transcurridos los minutos, y una vez  distendido  el ambiente de violencia, la defensora del pueblo hizo acto de presencia para intervenir y lograr apaciguar los ánimos.

El Secretario del CU, profesor José María Andérez, dijo que resultan intolerables los actos de violencia contra los propios compañeros de trabajo como fue el caso del vigilante.

Informó que el CU tenía una agenda por discutir, en la cual había un punto del sector obrero y trabajador. No obstante, los hechos devinieron en la suspensión.

Insistió  ante uno de los reclamos de la representatividad trabajadora en el CU, que dicha representación ATO ya se sometió a 4 votaciones y el consejo aprobó, en iguales ocasiones, la moción original de un representante con derecho a voz.  Dijo que el reglamento  del CU no permiten violentar decisiones y que una vez dada esta situación, los afectados no tienen otra ruta que acudir a los organismos jurisdiccionales.

Asamblea en salón

Una vez ocupado el lugar de sesiones, se trasladó hasta allí la asamblea de los obreros y trabajadores, y dieron continuidad a la discusión de sus peticiones frente a un grupo menor de consejeros que decidieron quedarse en el salón.

Atendidos en Camiula

Delegados de seguridad  del Edificio del Rectorado, actuaron en auxilio del vigilante sometido por el grupo, lo que permitió su inmediato traslado al Centro de Atención Médico Integral (Camiula).  Otro  de los trabajadores de vigilancia, en similares funciones, recibió agresiones leves en el forcejeo.

El vigilante agredido fue evaluado por especialistas del Camiula quienes le diagnosticaron traumatismos en un brazo y una pierna.

Se supo también de la afectación auditiva del profesor José Rafael Prado, a razón de un artefacto explosivo detonado en cercanías de su persona, al momento de la irrupción. El estado salud de estas personas fue dado a conocer por el propio director del Camiula, doctor Roberto Lobatón.

 

 

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