Eventos naturales son una amenaza cuando el ser humano corre peligro
La lluvia acecha. Se han registrado por estos días derrumbes y deslizamientos en varias localidades merideñas que afectan sembradíos, carreteras, viviendas y la salud de los que habitan en éstas… un alto costo que debemos pagar –al decir del profesor Carlos Ferrer- por vivir en una zona montañosa, pues la naturaleza puede ser “traicionera”.
Según Ferrer, especialista en evaluación de amenazas naturales y profesor de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales de a ULA, en los últimos años, el comportamiento de las lluvias en los Andes Venezolanos y en gran parte de nuestro país, es difícil de predecir.
“No sabemos si es por el cambio climático, pero no tenemos datos precisos para hacer pronósticos, por tanto, debemos suponer las cosas. Cuando se habla de vulnerabilidad y en catástrofes por las lluvias siempre se piensa en quebradas que crecen o laderas que se desploman, pero estos peligros también se trasladan a centros urbanos vulnerables en donde el crecimiento demográfico ha sido explosivo”.
En el programa radial “Aula ambiental” -conducido por la doctora Nancy de Sardi, coordinadora de la Comisión Universitaria de Asuntos Ambientales y transmitido todos los viernes por 107.7 ULA FM-, Carlos Ferrer explicó que los eventos naturales se convierten en una amenaza cuando el ser humano corre peligro.
“Cuando hablamos de lluvias debemos recordar siempre lo que sucedió en el Estado Vargas en 1999 y en Santa Cruz de Mora en 2005, experiencias que nos enseñaron a tomar medidas para evitar la pérdida de vidas humanas. Además, un área delicada que entra dentro del concepto de vulnerabilidad, son las epidemias”.
En este sentido, el doctor José Carrero, epidemiólogo y docente de la Facultad de Medicina de la ULA, dijo que desde el punto de vista médico las enfermedades y epidemias (gripes, problemas respiratorios, infecciones en la piel) son la factura final de la mala planificación urbana y de la construcción de asentamientos humanos en lugares prohibidos. “Los ríos buscan sus cauces naturales, no importa que el hombre se encuentre justo en el centro de su camino”.
En el programa radial, el profesor Miguel Alvarado, también de la Facultad de Ciencias Forestales y Ambientales, mencionó los riesgos que corren, por ejemplo, los pobladores de Timotes en este período de lluvias, situación que pudieron constatar en un recorrido que varios profesores de la ULA hicieron, invitados por representantes de la alcaldía de esta localidad.
“En Las Lajitas, por ejemplo, se presentó un deslizamiento que dejó al sector incomunicado y aún sigue la amenaza latente. En las partes altas de la montaña existen varias acequias o canales rebosados que se infiltran en la montaña y la cargan de agua. En Las Lomas también están asustados porque las rocas han comenzado a desprenderse de la parte alta de la ladera y podrían caer sobre algunas casas”.
Para esta situación en particular los especialistas de la ULA recomendaron sembrar arbustos para fortalecer el terreno y sustituir así un bosque de pinos que se incendió durante la época de sequía. Las quebradas Chipuá y María Lionza constituyen también una amenaza porque en este momento sus cabeceras presentan deslizamientos de tierra que pueden provocar crecidas.
“En el lecho de estas quebradas y en sus laderas hay casas construidas y todos los torrentes están saturados de agua. Esos pobladores deben saber que si siguen allí pueden perder la vida, no sólo los bienes materiales, pues la lluvia y la amenaza continúan”.
Según cifras aportadas por representantes de la Alcaldía de Timotes son 50 las viviendas más vulnerables en este momento.