La ULA se unifica para exigir el presupuesto que se merece

  

La conformación de la intergremial universitaria, en defensa de los derechos de la universidad y de un presupuesto acorde a las exigencias de su funcionamiento, fue el norte que orientó a la asamblea extraordinaria celebrada con masiva presencia, este jueves 12 de marzo, en el auditorio de la Facultad de Medicina, que por demás, resultó insuficiente para albergar a los presentes. 

A sala llena, la dirigencia del Soula, Siprula, Aeula, Sitraula, Apula, la Presidenta de FAPUV, las autoridades rectorales, la dirigencia estudiantil, la plana profesoral, empleados y obreros, debatieron la radiografía que hicieron los panelistas de la actual problemática financiera que confronta la Universidad de Los Andes.

El profesor Luís Loaiza, presidente de la Apula, moderó la asamblea y ofreció el micrófono a los actuantes en presidium.  Loaiza en su aguerrida voz insistió en una frase "La universidad no cerrará, lucharemos dentro de una universidad abierta hasta que el mismo gobierno la cierre, pero no nosotros. Así que, o nos unimos, o nos hundimos".

El rector de la ULA, profesor Mario Bonucci, describió de manera cronológica la realidad presupuestaria, de necesidades y de convenios contractuales que atraviesa la universidad venezolana y en especial la ULA, desde el año 2006.  Dejó claro que la reconducción debe entenderse como una decisión que aplica el gobierno cuando la institución no presenta proyectos de presupuesto.

 

En el caso de la ULA, sí se han presentado estos proyectos de manera anual y con previsiones inflacionarias,  pero la decisión del gobierno ha sido mantener la misma cantidad asignada desde hace tres años atrás. Desde el 2006 hasta el 2008, el monto ha rondado los 400 millones de Bolívares Fuertes. Este año se aprobó el monto de 700 millones de Bolívares Fuertes, pero se arrastra una inmensa carga de compromisos que aún lo hace totalmente insuficiente.

 

El Rector aclaró a los presentes, la verdad del caso con ejemplos sencillos, de operaciones y movimiento de recursos, a modo de que se pudiera entender el fondo de la grave situación.

 

Tras las palabras de los panelistas, se concedió el derecho de palabra a los asambleístas. Esta sinergia de mensajes consolidó una visión coherente desde la comunidad universitaria en torno al problema planteado. 

La decisión de la Asamblea fue mantenerse en estado de alerta y de lucha, por esta insuficiencia presupuestaria. Estudiantes regulares y de nuevo ingreso, docentes activos y jubilados, empleados, profesionales y obreros, todos entran en el mismo estrato de perjuicios. Esta insuficiencia incide negativamente en los servicios estudiantiles (Transporte, comedor, bibliotecas, residencias y becas). No hay recursos para el mantenimiento de la infraestructura, el equipamiento de laboratorios y la reposición de cargos. El gobierno continúa incumpliendo los compromisos laborales y la deuda con la universidad aumenta cada día.

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