¿Dónde va a estar el país dentro de cinco años?


¿Dónde va a estar el país dentro de cinco años? preguntó Carlos Fernández, a la audiencia del Aula Magna de la ULA en su discurso conmemorativo a esta casa de estudios de Venezuela.

DISCURSO DEL PRESIDENTE DE FEDECÁMARAS CARLOS ALBERTO
FERNANDEZ GALLARDO CON MOTIVO DEL 237 ANIVERSARIO DE LA
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Mérida,  29 de marzo de 2022

Muy buenos días. Muchas gracias al Consejo Universitario y a las autoridades por darnos la oportunidad de participar en este tan importante y tan sentido evento. 

Creo que va a estar contrastada la rigurosidad de la academia con el discurso del Rector y de la estudiante con la osadía quizá de los empresarios que tenemos otra manera de dirigirnos a los auditorios y con antelación pido que sepan entender que no es nuestro ambiente natural y esperamos estar a la altura de ustedes y de lo que la institución requiere.  

(Lectura de los vocativos de rigor)

Obviamente que son muchas las coincidencias que tiene este acto y que las mencionaré y que me producen una emoción inmensa. La emoción más grande que tengo es estar precisamente en este recinto.  

Quiso la divina providencia que a Fedecámaras se le invitara en un año muy especial para nosotros a participar en la fundación o en el inicio de las actividades universitarias en la ciudad de Mérida y para mí que soy amante de la lectura y que creo muchísimo en el progreso de la ciencia, de las artes y de los estudios es realmente un acto de honor y yo quiero comenzar con Miguel de Unamuno quien tuvo un acto central e importantísimo en la Universidad de Salamanca frente al vencedor general, y tuvo aquellas frases tan importantes que han marcado dealguna manera todo lo que significa la Universidad para la sociedad.

Quiero comenzar con una frase amable cuando en defensa de los ataques decía: Estamos en el templo del entendimiento, y yo quisiera agregar que para mí el Paraninfo es un sagrado recinto, así que me siento muy honrado en participar en el paraninfo en un evento del templo del entendimiento de una Universidad con la tradición y la profundidad dentro de su sociedad que tiene la Universidad de Los Andes.

Y yo decía que es una bonita coincidencia, porque este año tenemos el evento más importante del empresariado venezolano o de Fedecámaras, que es su asamblea  que se celebrará en la Cámara de Comercio de Mérida, Mérida es el anfitrión, aprovecho desde ya de invitar a todos en el mes de julio tendremos nuestra asamblea, pero también este año se cumplen 60 años de un elemento fundamental en la historia de Fedecámaras que también sucedió en Mérida, que no es otra cosa que la famosa “Carta de Mérida”.

¿Y por qué fue para nosotros un elemento fundamental? Y es probablemente lo que sucedió en Mérida en el año 62 lo que permite que hoy en día nos hayan invitado a nosotros como orador. En el año 62 se dio una discusión muy importante que parte en dos la historia de nuestra institución. Se decidió incorporar como elemento estructural en los estatutos de Fedecámaras, la defensa y propagación de la democracia y de la libertad como elementos esenciales de nuestro quehacer.

Hasta     ese     momento,     Fedecámaras     fue     probablemente     una     institución reaccionaria, protectora de sus privilegios, protectora de sus derechos y protectora de lo que muy bien se había ganado con el trabajo de sus miembros desde su fundación hasta el año 62 y con esa nueva definición se consustancia muchísimo más con los problemas del foro económico y comienza a peregrinar y profundizar hasta el día de hoy para entender la realidad venezolana para contribuir e ir mucho más allá en su solución del hecho económico.

También tiene la Mérida del 62 y este preciso recinto un elemento importantísimo y también para mí que quiero concatenarlo un poco con lo que fue ese modelo de desarrollo anterior.

En el año 62 y en este Paraninfo se graduó mi papá de ingeniero civil y lo digo no solamente con el cariño y el orgullo de hijo, sino que en el año 62 cuando él sale a trabajar está en el proceso, en el epítome del proceso de transformación material más vigoroso y entusiasta que haya visto este país en toda su historia.

En el año 62 se crean las grandes obras de infraestructura. Del año 60 al año 68 en las gestiones del presidente Betancourt y del presidente Leoni y fundamentalmente bajo el impulso creador de Leopoldo Sucre Figarella, se dio la transformación material más importante que ha visto este país.

¿Y por qué digo eso? porque cuando en el año 62 sale mi padre a colaborar como ingeniero en la transformación material de ese país, Venezuela vive su epítome de modelo de integración y desarrollo económico y social.

En el año 62  y cercano a esa época para acercarnos a la “Carta de Mérida” y el cambio de Fedecámaras, esta misma Universidad recién inauguraba este recinto a finales de los años 50. En los años 60 es también el impulso enorme que tuvo esta Universidad, producto no solamente de la gestión del doctor Pedro Rincón Gutiérrez, sino también del momento que vivía el país.

Recuerden que en el año 60- 62  cuando el doctor Pedro Rincón Gutiérrez, magnífico, se hace Rector de esta Universidad, recién se había aprobado el año anterior la Ley de Universidades que declara después de más de 60 años, desde el movimiento de Córdoba en el año 17 cuando se dio y se defendió perfectamente la importancia de la autonomía universitaria, hasta el año 57 tuvimos que esperar nosotros para que se aprobara la ley de autonomía.

En la ley de autonomía hay un proceso de transformación enorme de lo que era la relación de la universidad con la sociedad porque trajo una cosa fundamental en el término de la autonomía que es la importancia de incorporar las diferencias, la importancia de incorporar la diversidad, el entendimiento pleno de cuando hay una discusión sincera y honesta de ideas que tiene como un fin último y superior que une a todos los espíritus involucrados en esa discusión, la síntesis de las propuestas que cada uno esgrime, pero también la sociedad del 62 tenía unos oídos para incorporar.

No es lo mismo sentarse a discutir con la intención de incorporar el argumento que trae tu opositor o el que está del otro lado de la mesa a sentarte a discutir por el sólo afán de discutir por sí mismo, de llevar la contraria o de quién tiene el argumento más importante.

Los aires transformadores del 62 y ese epítome de modelo de desarrollo económico y social, se sintetizaba en esa época en un elemento que fue fundamental y de gran éxito del modelo –que yo siempre defiendo- extractivo y productivo que se creó en el año 20 y que en mi opinión comenzó a dar trastabillazos y aldabonazos de avisos de que se estaba comenzando a agotar y digo que estaba en su momento de epítome o de más alta ascendencia porque estamos en la época en que Venezuela casi logró la plena implementación de la modernidad logrando construir la educación como el vehículo de ascenso y de movilidad social.

Esa fue la gran conquista de nuestro modelo y la gran conquista que nos hace a nosotros todos los días salir a trabajar e implementar un modelo que pueda llevar a la sociedad a esos niveles.  

A mí me gusta decirlo con números, con elementos. Un profesional que salía de esta Universidad, cuatro o cinco años después tenía una casa propia, mucho antes de eso podía tener su vehículo y son centenares de los compañeros de mi papá de los amigos de su época, que no solamente a los cinco años tenían una casa propia, sino que a los siete a los diez años estaban mudando a sus padres a lugares mejores de donde ellos habían vivido toda su vida.

Eso es movilidad social, eso es un elemento transformador enorme que nuestra sociedad perdió y una atracción que nosotros necesitamos recuperar.

No estamos en un momento fácil y esa estrella ascendente del progreso social del venezolano y de su índice de desarrollo humano obviamente ha venido dando golpes, desaceleración, comenzando en 1980 y magnificándose en estos últimos 20 años muchísimos más complejos donde ha entrado en juego cosas que quizá eran ajenas a nuestra propia idiosincrasia y a nuestros propios elementos donde incluso se ha puesto en cuestionamiento la importancia, la preponderancia de lo profundo de nuestros valores occidentales.

Lo que la sociedad ha tenido que enfrentar en estos últimos años es muchísimo más allá que un deterioro económico, de las condiciones políticas, de las condiciones físicas y probablemente un deterioro de todo lo que se llama el tejido social.

Nosotros hemos venido recorriendo el país, hemos estado en 19 entidades federales acompañado por el comité gerencial de Fedecámaras y por muchos de los sectores, y por supuesto que comenzamos como una visita electoral tratando de llevar el mensaje de quienes pretendíamos dirigir la institución, pero después de la pandemia y de la profunda crisis económica que vivió el país y sobre todo la caída tan brusca de la producción en los años 19 y 20, superior al 25% en cada uno de esos años, nos encontramos con una realidad muy potente y muy dolorosa.

Siento que se está deshaciendo el tejido social venezolano. Lo que vemos en la educación, en la salud, nos lleva a esas escenas que quizá no quisiéramos recordar de las películas más tristes de las grandes hambrunas, de las grandes situaciones difíciles de postguerra, etcétera, que han pasado en otros lugares del mundo.

No solamente es eso, sino que nos hemos dado cuenta y hemos podido ver y lo decíamos en nuestro discurso de inauguración, el efecto terrible que significa la diáspora venezolana.

Se dice muy fácil que hay 6 millones de venezolanos o 5 o la cifra que ponga cada quien, cuando empezamos a ver sus perfiles y empezamos a ver que hay dos millones de universitarios y comenzamos a sacar la cuenta de horas hombre invertidas en la formación de esos profesionales, y la cantidad de angustias también que los han llevado a salirse del país, llegamos a la cruel situación de qué hemos hecho, qué estamos haciendo o qué le estamos ofreciendo al país, que los jóvenes, lo más importante o lo más valioso que puede tener una sociedad porque es su futuro, se están yendo.

Creo que es una reflexión propicia en espacios como éste y creo que a la discusión política tenemos que darle más contenido y somos llamados los que tenemos instituciones gerenciales y sobre todo las academias y las universidades las que deben ayudarnos a colaborar a darle contenido y subir el nivel del contenido del debate político.

La sociedad venezolana no puede concentrarse en una ecuación de desplazamiento, sino que tiene que concentrarse en una ecuación de buscarle soluciones a los problemas de los venezolanos.

No olvidemos que la lucha política, la actividad política como la económica, profesoral, todas las actividades, tienen como fin último y como centro el pleno desarrollo de la dignidad humana y para desarrollarla plenamente se necesitan condiciones materiales e inmateriales.

No podemos enfrascarnos sólo en buscar el desplazamiento. Las grandes sociedades de la humanidad se hicieron con la inclusión. Roma fue lo que fue porque incluía a sus territorios conquistados, la Francia de hoy, la inmensa y poderosa Francia de hoy es porque seducía a tus territorios conquistados y por eso es que nosotros en Fedecámaras en los últimos años hemos quizá sido adalid y hemos querido dar el ejemplo de que el país se tiene que construir con inclusión, con incorporación, con espacios de encuentro.

Espacios de encuentro como éste, en el que hoy estamos en el que tenemos la posibilidad de transmitirnos mensajes y firmar acuerdos que nos permitan en esa integración y en esa incorporación y en esos encuentros, la búsqueda de soluciones para todos los venezolanos.

Soluciones que pasan por supuesto por lo que decía al principio, tenemos que tener la actitud de escucharnos. Si algo saben en las universidades después de muchísimos años de estar enfrascados en la búsqueda de la verdad, y hoy en día lo sabemos, es que lo más importante es la búsqueda del saber, porque la verdad no la tiene nadie.

Lo mismo sucede en la lucha política, la verdad no la tiene nadie, la verdad tenemos que construirla entre todos.

Cuando me refería la desintegración por la diáspora, era básicamente porque de tanta diatriba, de haber escalado la discusión a tal nivel, donde nosotros incluso muchas veces pensamos que se podía poner en riesgo la propia paz de la convivencia ciudadana, yo creo que es importante que entendamos la necesidad de que este es un país, solo uno, podemos tener muchas cosas materiales, pero un solo país es éste y se llama Venezuela.

Nosotros sentimos una angustia existencial cuando vemos el deterioro de la calidad de vida del venezolano y nos preocupa aún más porque sentimos que no estamos en la discusión de cómo resolver ese problema.

La matemática es una ciencia exacta y no nos miente y la economía se mide en guarismos. El producto interno venezolano y el tamaño de la economía venezolana del 2021 fue una cuarta parte del 2013.  

A veces pensamos que eso es la economía y ¿Qué tengo que ver yo con ello? La segunda manera de medirlo es el producto interno por habitante. Entonces usted tenía que dividir 320 mil millones entre 30 millones de habitantes y le daba un producto interno bruto por habitante de 10 mil dólares. Divida hoy 50 mil millones de dólares entre 26 millones de habitantes y le da menos de 2 mil dólares por habitante.

Tenemos que entender que la economía nos pega a todos, porque de ser un ente que en teoría producía 10 mil millones de dólares, ahora soy un ente que produzco 10 mil dólares. Allí es importante reflexionar y lo decimos mucho en nuestras reuniones y discusiones en las cámaras empresariales usando esta metáfora: vamos a cerrar la laptop, vamos a cerrar las cifras y vamos a ver el rostro humano de lo que significa una economía de 2 mil dólares por año, sobre todo cuando vienes de una economía de 10 mil dólares por año.

Venir de la bonanza y caer en la pobreza tiene muchas cosas malas y tiene algunas buenas. Siempre me gusta decir las buenas. El haber acariciado el haber conocido los beneficios de la modernidad es como venezolanos lo que nos ha hecho resistir ese embate sutil pero permanente de desplazar los valores occidentales.

Nos ha traído retrocesos a niveles de vida que no conocimos sobre todo en la dificultad de mantener el nivel de vida que teníamos. La sociedad venezolana en general, su tejido social y económico y las familias en particular, hemos soportado estos últimos 7 años de tragedia económica por los ahorros que teníamos. Los economistas dicen hemos soportado por los inventarios.

Teníamos en un hospital 5 equipos de rayos x y hoy en día nos queda uno. Teníamos 2 tomógrafos y ahora no queda ninguno. El que tenía un teléfono inteligente ya no lo puede tener y al que se le dañaba la nevera, ahora no la tiene y así vamos viendo.

A mí me gusta poner este ejemplo y suena feo y antipático, sobre todo si está ante las cámaras, pero mucha gente piensa que el presidente de Fedecámaras es el empresario más representativo de todo el país, pero los carros del presidente de Fedecámaras son del 2005, entonces tampoco hay capacidad de reponer.

A veces no entendemos que la sociedad, la modernidad y la productividad no se alcanza si no hay unos mínimos necesarios para tener una masa crítica que impulse la actividad económica.  

Nosotros estamos en modo de supervivencia y cuando veo esta angustia porque no conseguimos el camino para salir de esto y aquí también me quiero referir un poco a Unamuno, nosotros no queremos vencer con nuestra propuesta, nosotros queremos convencer a la sociedad de la necesidad que acompañe un nuevo modelo de desarrollo económico.

El modelo de desarrollo económico que el país tuvo y que le dio muchísimo éxito se agotó. Tiene 40 años tratando de reacomodarse, tratando de asirse de cualquier esperanza que le viene, tratando de justificarse con cualquier precio de los commodities y del petróleo para mantener y justificar sustentabilidad.

El modelo rentista que de alguna manera amortiguó la  queja social y las exigencias sociales se acabó y no puede dar. Basta con leer el presupuesto dela nación para el año 2022 presentado en diciembre del año pasado no llega a 11 mil millones de dólares.  
Afortunadamente la educación tiene el 9,65% de ese presupuesto. Mil millones de dólares para toda la educación básica, diversificada y el sistema de universidad. ¿Alcanzarán 90 millones al mes para mantener ese tejido social? ¿cuánto cuesta nada más el programa de alimentación escolar del centro del país?  

Tenemos una realidad que tenemos que entender como sociedad: la economía es importante. El dinero hace falta. Nosotros no podemos pretender conseguir niveles superiores de desarrollo, de calidad de vida si no generamos los recursos suficientes para eso.

La economía privada es importante. La crisis económica no se va a resolver con la subida del petróleo y de todos los commodities porque no estamos en capacidad de producir y de exportar.

El país está muy claro en qué fue lo que pasó y en quiénes son los culpables. A nosotros nos toca mirar hacia adelante. Lo trágico de la sociedad es que se agotó el modelo rentista - extractivista y sin solución de  continuidad vamos al garete a un modelo que nadie sabe hacia dónde nos lleva.

A mí me gustaría preguntarle –aunque sé que no es la ocasión- a lo más granado de la intelectualidad venezolana sentada en esta mesa, si alguno de ellos nos puede explicar ¿Dónde va a estar el país dentro de cinco años?

Yo me devano los sesos tratando de entender hacia dónde vamos y es que no tenemos un modelo y como buena sociedad que se acostumbró que controlaba los espacios públicos e imponía el ritmo económico y del país, todavía estamos esperando que venga un hombre a caballo a decirnos cuál es el modelo que vamos a desarrollar.

Nosotros no queremos vencer, pero queremos convencer a la sociedad de la necesidad de un nuevo modelo económico y de desarrollo que de fin definitivo al modelo rentista – extractivista.   

Un modelo económico que debe ser acompañado de valores ciudadanos, de contenido académico y de espacios de estudio que parten del principio y de la aceptación de la realidad de que la riqueza no es un regalo de Dios o de la naturaleza, la riqueza en el bolsillo de los ciudadanos es sólo producto del esfuerzo, del trabajo, de la inversión, dela inventiva, de la innovación, de lo más caro y profundo de los sentimientos y valores occidentales, así es como se construye la riqueza.

Nosotros tenemos hoy más conocimiento de petróleo del que teníamos en 1920. Las nuevas técnicas geológicas nos dicen que tenemos miles de millones de barriles.  

Cuando comenzó la explotación petrolera en Venezuela en los años 20, el horizonte de inversión era de 60 años y decía que en los años 80 se iba a acabar el petróleo, obviamente vinieron los descubrimientos y vino el fin de las concesiones en el año 57 porque había que preservar el poquito petróleo que quedaba.

Hubo la discusión famosa que se bajó de 3 millones de barriles de petróleo en el año 67 a 1 millón 300 mil porque había que preservar el petróleo. Hoy en día sabemos que tenemos todo el petróleo del mundo en la Faja Petrolífera. No quiero defender con esto que tenemos que volver al petróleo, pero lo importante no está allí, lo importante es que el petróleo abajo no hace nada.

El petróleo para sacarlo necesita esfuerzo, dedicación, inversión, planificación, etcétera, etcétera, que lo hubo en 1920 y por eso soy optimista y he reiterado muchísimas veces que a nuestra generación le va a tocar el inicio de repetir ese milagro portentoso económico y social que fue la Venezuela de 1920 a 1980.  

Nuestros abuelos y bisabuelos lo hicieron bajo tres condiciones: con el petróleo – ahora hay más-, en este territorio, -que tenemos el mismo- y lo hicieron entre venezolanos pero no había en aquella ocasión los más de dos millones de profesionales universitarios que han salido de diferentes universidades del país y que además han acumulado un conocimiento preciosísimo en esa misma industria.

¿Qué hubo en 1920 que no ha habido ahorita? Hubo la capacidad de crear un consenso sobre cuál era el modelo que se iba a aplicar y no estuvo exento de polémica. La historiografía venezolana registra muy bien la propuesta entre Torres y la de Cárdenas de cómo se iba a manejar el petróleo.

No sé si afortunada o desafortunadamente la razón que lo habría llevado, el presidente de la república en su momento, el general Juan Vicente Gómez, tomó una decisión y tomó un camino. La suerte del país es que lo acompañó esa decisión durante muchísimos años.

Nosotros tenemos que darnos un modelo y tenemos que acompañarlo. Nosotros hemos recorrido el país escuchando las realidades de las regiones, porque no se trata de hacer una propuesta por las mentes más lúcidas pero más apartadas de la realidad. Nosotros hemos querido ir a cada región a escuchar lo que los agentes económicos tienen que decir sobre su problemática, sus potencialidades y un elemento que nos parece fundamental, tienen que decir sobre su vocación.

Diferentes espacios del país, tienen vocaciones distintas por tradición, por historia, por las facilidades de los recursos, etcétera, y esa vocación tenemos que incorporarla como elemento humano en el planteamiento de ese modelo de desarrollo.

Nosotros queremos proponer un modelo de desarrollo productivo y esa es una palabra muy compleja. Productividad es una palabra enorme porque para ser productivo hay que manejar muchísimas variables.

La productividad implica un cambio de perspectiva, porque en el modelo rentista – extractivista sobre todo del año 80 para acá, cuando el estado se hace dueño no sólo de la renta sino de la producción y se cambia la relación entre la generación de riqueza y la sociedad, nosotros nos volvimos perseguidores de presupuesto.

La persecución de presupuesto tiene una visión temporal de corto plazo. La construcción de la riqueza y de la competitividad es una visión permanente y de largo plazo por lo que requiere esfuerzo, trabajo, perseverancia y lamentablemente esas tres cosas cansan, por eso es que no sólo queremos proponer sino convencer de la importancia que sea un modelo productivo pero también inclusivo socialmente.

Nosotros en nuestra historia reciente, muy reciente y no tan reciente, varias veces hemos declarado el triunfo sobre la pobreza y cuando se van las vacas gordas nos damos cuenta que no están porque no logramos la inclusión social.

Nosotros tenemos que crear los mecanismos de que la economía privada que es importante logra traer incluida los beneficios de la formalidad y de la modernidad a cada uno de los habitantes de este país.

La inclusividad no se basa en decretar la universalidad de derechos, se trata de la igualdad de acceso al beneficio de esos derechos decretados y en eso tenemos una deuda inmensa e histórica, por eso es que nuestro planteamiento de modelo tiene que tener el rostro y el carácter humano de la inclusión de todos y nos referimos no tanto a la inclusión política, sino a la inclusión por la preocupación que tenemos por esos muchachos que en los años recientes sufrieron déficits nutricionales entre 2 y 5 años que se calculan en 600 mil, que probablemente no van a tener las herramientas cognitivas para incorporarse al mundo del trabajo y a las exigencias de las plataformas digitales a las cuales se enfrentarán.

No van a ser ciudadanos de pico y pala sino de iPad, los modelos de desarrollo económico van hacia allá y tenemos que formar a nuestra gente para que tengan la capacidad de incorporarse.

Tenemos que tener un modelo que no sólo pueda mirar al mercado venezolano, porque la capacidad de consumo en el país no existe.

Nosotros hoy en día si producimos la mitad del maíz que produjimos en el año 2010 abastecemos todo el mercado venezolano y podemos exportar porque no hay consumo.

Llegamos a consumir 47 kilos de proteína de pollo en el año 2014 y el año pasado consumimos 12 y consumíamos 9 cerdos el año pasado y ahora consumimos uno y consumimos 107 litros de leche y el año pasado consumimos 57 y así por donde usted vaya y se mida, estamos en los mínimos por detrás de lo que establecen las Naciones Unidas y sus diferentes oficinas.

Los encargados de protagonizar la transformación material del país también tenemos que abrir nuestros ojos y salirnos del modelo rentista y salir de pedir ayuda a quien no puede darla.  

Hace 30-40 años los colombianos eran muy orgullosos de que se tomaban el mejor café del mundo pero se dieron cuenta que lo que tenían que hacer, era que el mundo tomara el café de ellos y ese cambiecito de palabra por supuesto que les trajo una transformación total de como entendieron el negocio del café y hoy en día son de las principales potencias productoras.

Ayer lo decíamos en Pueblo Llano, en Santo Domingo y también lo decíamos en Bailadores, no piensen en satisfacer el mercado venezolano, piensen que vayan tus papas y tus zanahorias a satisfacer los mercados del mundo, porque en el estudio de perspectiva que estamos haciendo en Fedecámaras tratando de imaginar cómo va a ser la economía en el año 2035 y cuáles son los actores que pueden tener competitividad, la agricultura sale en todos los escenarios por las razones que es muy difícil que otros tengan y que nosotros por la providencia tenemos: más agua que la mayoría, más suelo fértil que la mayoría y más días de sol que la gran mayoría.

Si bien no tengamos la productividad más alta de maíz, podemos tener la mayor productividad en muchos rubros y por qué no, convertirnos en la despensa del mundo.

Muchas veces cuando hablamos de esta forma nos llaman optimistas, soñadores, panglosianos como fuera de la realidad y quiero hacer dos paralelismos, quise decirlo al principio y se me olvidó y quiero aprovechar el alto nivel cultural de este auditorio, porque en la Venezuela actual, la única mayoría que hay es la silenciosa de la que todos formamos parte.

Hay cosas que trato de decir, otras de dibujar y otras las pondré en algunos contextos para que se entienda la fuerza del mensaje. No soy de los que creen que estamos en el peor momento de nuestra historia y yo creo que la historia de esta Universidad, hace enormes paralelismos para demostrar que muchas veces hay la oportunidad para transformar la realidad a una positiva y distinta, pero tiene que pasar para transformar los cánones que hoy en día estamos cuestionando.

No podemos pretender cambiar la realidad, siguiendo los mismos cánones,  códigos y principios de los errores que nos trajeron hasta aquí.

La osadía del entendimiento y la búsqueda del saber es la que se tiene que plantear el conocimiento iconoclástico de las cosas que erróneamente nos han traído hasta aquí por muy beneficiosas que puedan ser para la élite que la implementa o para aquellos que la usufructúan.

Hay que tener la sensibilidad que da el cultivo del entendimiento, es el que da la sensibilidad para disfrutar de las bellas artes y de todos los inmensos contornos que te ofrece la naturaleza y esa sensibilidad también debe cuestionar esos cánones y esos valores.

¿Qué hicieron nuestros padres fundadores? Aquí hay un bonito ejemplo en esta Universidad que comenzó como un acto de rebeldía y además comenzó con una polémica que a mí siempre me ha gustado entre la Diócesis de Mérida y de Maracaibo y como yo tengo las dos nacionalidades, yo digo que en esa polémica igual salgo ganando.  

En el contexto histórico entre la Nueva Granada y nos devolvían para Santo Domingo y en ese contexto nació de la mano del Seminario y de la Iglesia Católica, pero hubo un momento importantísimo porque las cosas no coinciden por obra y gracia de la naturaleza. Las cosas coinciden como producto de los procesos. Esta Universidad nace cuando muere la Compañía Guipuzcoana y para mí es el primer acrisolador de la nacionalidad venezolana. Nosotros empezamos a sentirnos venezolanos y no zulianos, andinos, orientales, -los empresarios venezolanos- cuando empezamos a enfrentar el monopolio de la Compañía Guipuzcoana.

La fundación de la Universidad tuvo etapas cruciales y allí yo quiero destacar una que me parece importantísima y quizá es sutil. Leía hace unos días el decreto del Consejo Universitario sobre la publicación de la historia de la Universidad y yo decía que magnífico fue Pedro Rincón Gutiérrez, no sólo en su obra física, sino en la obra inmaterial.  

Hay que ver lo que es la historia de la Universidad. Son 12-14 volúmenes con un nivel de detalle y hay un elemento interesantísimo en el decreto donde se ordena  la publicación de su historia.  

Dice en uno de los considerando, y me llamó mucho la atención, que esta Universidad en el paso de Bolívar, creo que fue en el año de 1813 en la Campaña Admirable cuando decretó que esta fue la primera Universidad republicana de América y eso no es poca cosa.  

Quiero significar con esto que el Seminario pudiera estar dentro de los cánones y de la orientación que pudiera tener la iglesia de aquellos tiempos con un sentimiento republicano y así lo vio y lo sintió el Libertador en su paso por aquí.

Yo he leído muchísimas veces sobre el Rector Heroico y siempre lo identificaba con la resistencia que hizo cuando Cipriano Castro a su paso guardó sus caballos en los jardines de la Universidad y quizá se metieron en el otro Paraninfo y habrán llenado eso de estiércol, pero no fue eso lo que lo hizo el Rector Heroico según Chalbaud Cardona, él va más allá porque tampoco fue heroico porque resistió a Guzmán Blanco, porque fue Rector después de Guzmán Blanco, pero sí enfrentó a varios sátrapas y allí es donde creo que la heroicidad está en muchos lugares.

Mi papá tenía en su biblioteca unos libros formidables de los cuales algunos me leí que se llamaba “Historia y Vida de los Santos” yo creo que ese es muy común en las bibliotecas de la ciudad de Mérida y leí como 10 biografías y siempre hubo lo que me llamó mucho la atención y es que eran santos porque habían vivido de manera heroica las virtudes cristianas y otros vivieron tal heroicidad que los había llevado al martirio.

Yo creo que Venezuela está llena de héroes. De héroes que están viviendo con heroicidad el rol que les toca jugar en la sociedad. Yo vi muchos héroes el domingo en Bailadores, yo vi muchos héroes ayer en Pueblo Llano, vi muchos héroes ayer en Santo Domingo.  

Es increíble la tragedia de los agricultores venezolanos con la semilla. Imagínense ustedes hacer agricultura sin semilla, eso es una cosa que cuando a uno se lo dicen y se lo explican, no se entiende, pero en los últimos dos años en Venezuela no han faltado los productos de los agricultores venezolanos para satisfacer nuestra mesa porque han vivido su responsabilidad con sentido heroico.

En una oportunidad resalté con la visita a Boconó lo que me llamó muchísimo la atención. Estaba un señor en una ladera labrando con bueyes porque el tractor no tenía diésel y dije que maravilla que este señor a pesar de las adversidades está buscando su viejo arado y está trabajando su tierra. Muchos me decían eso no es sustentable y ese no es el país que queremos. No! ése no es el país que queremos pero hay que vivir de manera heroica las circunstancias que se tienen porque también es importante avanzar en la precariedad.

La precariedad es espacio para el avance y quizá lo ideal lo maximalista sea lo panglosiano y yo veo que los profesores universitarios, las autoridades, los maestros de escuela, los médicos, los enfermeros, están viviendo de manera heroica su trabajo y sus responsabilidades como lo hizo Caracciolo Parra y Olmedo.

Hay una frase de Chalbaud que me pareció fundamental y muy importante y concluye no en el libro sobre la historia de la Universidad sino sobre la historia de la ciudad de Mérida y el concluye que el Rector fue heroico “no sólo por enfrentar al déspota, sino por haber mantenido encendida la llama de la ciencia y la cultura en una Venezuela arruinada por el monstruo de la guerra civil” por eso nuestro empeño en la paz “luchando contra el vendaval de las luchas fratricidas” como la que vivimos nosotros en nuestra realidad política de hoy “y contra la glaciar apatía de un gobierno centralista y sórdido enfrentando además el torbellino de martingalas de sus propios colegas”

Cuando el Rector entrega la Universidad le debe la bicoca de cien mil bolívares de la época, debió ser mucha plata. El rector Heroico debe servir de fuente de inspiración para los venezolanos que estamos viviendo también de manera heroica nuestras responsabilidades.  

Quiero decir con absoluta responsabilidad y después de haberlo meditado mucho y comprometiéndome en lo que puede significar, yo creo que el Consejo Universitario de los últimos años también ha vivido momentos de heroicidad y yo se los quiero reconocer.

En la frase “centralista y sórdido” y cuando escuchábamos las palabras del Padre Kike y cuando oíamos las palabras del Rector y cuando recordábamos la tragedia del profesor universitario recientemente rescatado de su casa con las condiciones paupérrimas, cuando vemos el estado actual de la seguridad social de los venezolanos, no tengo que explicarles cuánto ganan los jubilados porque se me olvida el número, pero es que el número que diga es absolutamente insignificante y además absolutamente preocupante porque sobre todo en las pensiones de los retirados, yo quiero recordar que eso no es una dádiva.

Nosotros hemos contribuido al seguro social todos los meses durante muchos años para que cuando nos retiremos nos den no lo que alguien quiera que nos toque, sino que nos den lo que nos toca. Yo pongo mi ejemplo personal. Yo tengo 37 años cotizando en el seguro social y yo espero que el día que me retire me den más de dos dólares, porque es que yo lo puse, a mí nadie me lo está dando, ese dinero es mío.

La seguridad social en Venezuela no existe y nadie la reclama porque la economía no es importante y allí es donde yo quiero entrar al tema que más me preocupa del aspecto universitario y de su autonomía. Yo creo que estamos claros en que la autonomía es diversidad, en que la autonomía es libertad, pero también estamos claros en que la autonomía necesita recursos y no es posible sostener el sistema educativo si no tenemos recursos.

Probablemente nuestra presencia aquí y la importancia que le hemos querido dar a este evento es que nosotros no podemos permitir como organismo rector del esfuerzo empresarial privado del país, la desaparición ni la mengua de las universidades.

Las universidades son uno de los motores fundamentales del desarrollo. La Universidad es libertad, saber, búsqueda del progreso, es luces,  bellas artes,  creación, innovación, pero es un motor de desarrollo, porque la universidad en primer lugar forma a los generadores de políticas públicas.

Lo que tengamos que discutir aquí, revisar, vayamos a enseñar aquí tiene que realmente comenzar a cuestionar algunos de los pilares fundamentales de lo que hoy es el valor del sistema económico del venezolano.

Si nosotros seguimos considerando que la riqueza es algo que está allí no vamos a poder remontar la cuenta y no vamos a tener los recursos de lo que va a requerir la universidad. Si nosotros vamos a seguir con el presupuesto que tenemos y yo creo que va a aumentar, probablemente el año que viene tengamos un presupuesto que sea el doble y el año siguiente tengamos uno que sea el triple, igual no alcanza o no alcanza para la universidad que conocemos o no alcanza para la universidad que deseamos, porque las universidades que deseamos necesitan no solamente formar a sus alumnos, sino que necesitan desarrollo e innovación y esa es la razón de nuestra invitación.

¿Cómo podemos de alguna manera en las propuestas de esos modelos de desarrollo crear juntos los elementos educativos que le den sustancia y convencimiento a la sociedad de que ese es el modelo que vayamos a acompañar? Yo estoy totalmente persuadido que si nosotros lanzamos ese modelo hoy probablemente la sociedad no se vaya a resistir a aceptar.

Hace seis meses era un poco más optimista, a veces siento que la coyuntura de lo que se está viviendo de la recuperación del negocio petrolero con los Estados Unidos y todo lo que se habla de Chevron, etcétera, en los medios de comunicación, parece que nos están dando una ilusión de que volvimos a la época que no va a volver.

El concepto de la universidad adaptable se refiere a que la universidad también tiene que revisar su misión, su visión, sus valores, sus productos, su gobernanza, su interrelación inclusive con el poder y creo que es una tremenda oportunidad la discusión de la Ley de Universidades, a ver si podemos tener unas universidades que tengan mayor capacidad de adaptarse mucho más rápido a los cambios que está teniendo la sociedad.  

Si no logramos de alguna manera acompañar a la sociedad, difícilmente la sociedad podrá sostener la universidad como la desea. Una de las cosas fundamentales es ver como logramos aterrizar la realidad. La razón fundamental de este tipo de convenios es el intercambio de conocimiento.

La universidad genera, produce conocimiento pero la empresa privada también porque conoce el mercado, el cliente, los métodos y muchos de ellos se pueden armonizar y profundizar de la mano con la universidad.
El intercambio de conocimiento no sólo tiene que ser con el sector privado sino con todos sus grupos de relación para lograr una universidad adaptada a las realidades de esa sociedad.

La universidad tiene básicamente tres elementos que producir que para nosotros son importantísimos. En primer lugar, los graduados. El país necesita profesionales competentes como los que ha tenido hasta el momento. Hoy en día las universidades se enfrentan a la tragedia de tener que terminar de formar a muchos de los bachilleres que llegan del sistema porque no tienen las habilidades mínimas para la carrera y allí viene también otro planteamiento: en qué lo queremos graduar.

Yo he estado en círculos de discusión donde se me ha planteado que graduemos ingenieros en dos años y no estoy de acuerdo, porque si lo vas a graduar en información y en tecnología en cuatro años esa tecnología va a ser obsoleta y probablemente en dos años no podrá desarrollar los conceptos fundamentales y son los que te permiten adaptarte a las instituciones y al cambio dinámico de la sociedad y la incorporación de conocimientos. Es muy importante la calidad y la cantidad de los graduandos.

En segundo lugar tenemos que avocarnos más al desarrollo y entenderlo como la ampliación del campo del conocimiento ya existente para la aplicación productiva de nuevas maneras de trabajar y de hacer las cosas y también el tema de la innovación, de la creación, de la generación de nuevos productos, de nuevos artefactos, herramientas y también de nuevos métodos.

Nosotros necesitamos nuevos modelos de negocio porque los que se están enseñando en el mundo no se adaptan a la economía venezolana porque estamos viendo hoteles en Venezuela que tienen más de tres años con menos del 10% de ocupación y sobreviven y su mejor expectativa es llegar a 30. Cualquier nuevo hotel en cualquier lugar del mundo exige el 50-60% de ocupación durante todo el año.

La industria venezolana que tiene dos años en medio de pandemia, sin electricidad, sin combustible, con problemas de tránsito interno y con el deterioro de la infraestructura ha podido garantizar con el empeño de todo el sistema de valor los bienes y servicios del venezolano en el rincón más apartado del país, no han faltado los productos hechos en Venezuela, con la calidad, el sabor, la consistencia de siempre para satisfacer las necesidades de los venezolanos.

No me canso de reivindicar no para Fedecámaras, sino para cada uno de esos empresarios venezolanos que han asumido su responsabilidad y su tiempo con signos de heroicidad.

Es muy importante desarrollar nuevos modelos de gestión. La industria venezolana sobrevive con un 27% de ocupación. Normalmente en el mundo para que sobreviva debe estar entre 60-65% ocupación. Por qué digo esto, porque nosotros tuvimos una economía que albergo 320 mil millones de dólares y ahora alberga 50 mil.  

Cuando a mí me dicen que tenemos la economía de Panamá o de Guatemala, siempre la defiendo y digo tenemos el PIB, pero no tenemos la economía y el profesor Huizzi se asombra y me dice pero ¿Por qué dices eso? porque nosotros tenemos una infraestructura instalada que es mucho más fácil de recuperar que hacerla de nuevo.

Nosotros no tenemos que hacer el Guri, probablemente tengamos que ajustarlo y no tenemos que hacer los puertos y aeropuertos, probablemente tengamos que arreglarle algunas cosas y ponerlos a tono. Tenemos miles de galpones que están desocupados llenos de máquinas que probablemente habrá que instalarles electricidad y hacerles algunas reparaciones. Eso no es lo mismo que transformar todo nuevo.

El gran problema y la última parte de ese modelo de desarrollo que no se ha terminado y es quizá la más polémica en la que nosotros no aspiramos vencer pero si convencer a la sociedad venezolana y la universidad nos tiene que ayudar. Todos los espacios de la actividad económica deben ser abiertos a la actividad ciudadana, todos sin excepción.

No hay razón para que nosotros ocupemos nuestros precarios ingresos fiscales en generar electricidad, tener empresas petroleras, petroquímicas, siderúrgicas, puertos, aeropuertos… y yo quisiera que en la universidad sin sesgo, con los diferentes sectores, hagamos un análisis de los que se ha reservado el estado para sí y veamos su nivel de actualización, productividad, modernidad y  competitividad.

Me ofrezco a que los comparemos con aquellos espacios donde está la actividad privada en su desarrollo. ¿Dónde está el nivel petrolero venezolano, la industria petroquímica, la siderúrgica, las telecomunicaciones, la electricidad? Y por qué decimos que tiene que ser abierto a todos los actores, a todos los sectores y a la iniciativa ciudadana. Debería decir iniciativa privada, pero tengo que entender el contexto en el que estamos.

Siempre pongo este ejemplo, que yo creo que la mitad de los que están aquí lo habrán escuchado, y es que cuando salgamos dela universidad coincidan con nuestro planteamiento y no con el del interlocutor que voy a mencionar, el tema de la electricidad.

Nosotros hemos buscado la manera de que se arregle el problema eléctrico en occidente. Había unos fondos disponibles en la Corporación Andina de Fomento para arreglarlo y las visiones políticas no se entendían. Unos decían que arreglar el sistema eléctrico era darle oxígeno al señor A y el otro decía que arreglar eso era darle oxígeno al señor B.

Nosotros nos cansamos de oír eso y terciamos en la discusión y decíamos es que no se trata de darle oxígeno al señor A o al señor B, lo que se trata es de darle electricidad a 7 millones de venezolanos. El típico problema de la discusión en que todo suma 0 y todos perdimos.

Estábamos muy preocupados por el problema eléctrico porque por el tema geopolítico internacional no se han podido hacer las inversiones necesarias para mantener la capacidad operativa y mucho de esos sistemas se han hecho con algunos países que de alguna manera no pueden entrar en negociaciones por el tema sancionatorio sobre el cual no queremos entrar en discusión, simplemente poner el tema de la electricidad como modelo de desarrollo.

Si algo es fundamental como las universidades para el desarrollo es la electricidad. Los interlocutores que quieren seguir manteniéndolo en manos del estado, dicen que la electricidad es un tema estratégico y nosotros coincidimos en eso, pero lo estratégico es que haya electricidad no quién es el dueño. Si estratégico significa que tiene que ser el dueño el estado para que no haya electricidades, está perdiendo su sentido estratégico.  

Las facultades de Derecho de todo el mundo y las de aquí también han desarrollado unos contratos hermosísimos donde el estado le da la concesión, el territorio, le crea los incentivos para que la empresa privada se genere  electricidad y si incumple  los contratos, el estado tiene la facultad de ejercer su poder soberano y poner control en lo que determine.

¿Para que le vamos a quitar 10 mil millones de dólares a los hospitales, a las escuelas y a las universidades si lo puede hacer la inversión privada? Por eso digo que nuestro modelo va a chocar con el país y allí es donde las universidades nos tienen que ayudar a convencer.  

Queremos persuadir de la necesidad de que tenemos que entender que el camino por el que nos estamos llevando no ha cambiado su curso. El camino es el mismo, se ven algunas mejoras, quizá porque llovió se ve un poquito más verde pero el camino nos sigue llevando a profundizar la situación que hoy en día tenemos.

Para finalizar quisiera destacar un elemento muy importante y es el tema de la libertad, porque yo creo que una de las luchas fundamentales y subyacente en todo el tema venezolano es la interpretación que nosotros le podemos dar a la libertad.

Cuando Marcos Delgado me comunicó la invitación de ustedes para dar esta conferencia yo comencé a pensar y me dije tengo que buscar la manera de inspirarme en alguien y me acordaba que había leído algunas cosas sobre las universidades y recordaba el discurso del santo e lCardenal John Henry Newman en la inauguración de la Universidad de Dublín quien además dicen que era pariente de mi abuela y de mi mamá quien es Gallardo Newman,  pero dije no voy a decir eso porque van a creer que lo que estoy tratando de exaltar al pariente.  

Entonces me concentré en los discursos más importantes en el tema de educación por el que tengo sensibilidad y fue el discurso de Andrés Bello en la instalación de la Universidad de Chile. Por razones obvias no solo es el más importante humanista venezolano sino que gracias a su impronta y al papel rector que jugó en la Universidad de Chile y también por la pasantía que haya tenido Sarmiento en un tiempo por Chile, ese país tiene uno de los mejore sistemas educativos.

Andrés Bello dice unas cosas muy importantes para la universidad pero que se aplican también para la industria, para el comercio, para las bellas artes. Él dice: “La libertad es el estímulo que da vigor sano a las actividades fecundas de las instituciones sociales” y la universidad es sin duda quizá la creación más alta de la institucionalidad social promovida por los ciudadanos pero la empresa privada es una institución no solamente del mercado sino también del derecho y fundamental en el sostenimiento de la familia.

Una de las cosas que hay que tener presente es la libertad para el pleno desarrollo de la actividad productiva y eso nos va a llevar a enfrentarnos si todos estamos de acuerdo y si la sociedad lo ve así, es que el hombre es también un ente productivo. Hay consideraciones que piensan que no, otras que sí pero lo que queremos enfocar fundamentalmente es a entender que el ciudadano también tiene que ser un ente productivo.

La libertad tiene que ver mucho con las luces, el conocimiento, el entendimiento y por eso he mencionado la palabra la osadía del conocimiento porque a veces conocer las instituciones y tener el conocimiento claro nos da la osadía de dar el paso siguiente y eso nos corresponde a nosotros, a los empresarios.

Está el conocimiento, el proceso, los métodos que muchas veces se han identificado y desarrollado en las universidades, pero nos falta también a nosotros tener el coraje de entender que tenemos que retar a las probabilidades, a los números, a la posibilidad de triunfo y de éxito para también con la osadía del conocimiento tratar de implementar modelos, gestiones y negocios que le traigan provecho y generación de riqueza a la sociedad y para ello también es necesaria la libertad.

Me gusta asociar el tema de la libertad con la ilustración francesa porque después de siglo de oscurantismo los franceses logran rescatar los valores de Grecia y de Roma y eso no es otra cosa que los valores y principios fundamentales en los que se basa nuestra civilización y también el empeño y el desarrollo económico.

Occidente es una idea. Occidente lo define muy bien Ortega y Gazet, “Occidente es la suma de todos los países y más allá” y a nosotros en la empresa privada nos insufla y nos motiva el pensamiento occidental.

La Ilustración también coincide con los años de surgimiento del liberalismo y los años de la Revolución Industrial.

Para buscar el pleno desarrollo de la libertad y para que el ser humano pueda desarrollarse plenamente en todo su conocimiento y en toda su integridad la libertad necesita un sustento económico que mantenga un mínimo de vida digna y que disponga de los recursos suficientes para esa lucha permanente de la verdad y para el provecho permanente del saber.  

Quisiera dejar un mensaje final.

Necesitamos que nos ayuden a convencer a la universidad. Soy de los que creo que Venezuela está ahorita en una lucha muy importante por la preservación de los valores de occidente y por reivindicar su principio republicano.

Nosotros estuvimos a la vanguardia de la modernidad en nuestra región con esa estrella ascendente en las épocas que mencioné. Yo le quiero pedir para mí y para toda la providencia porque voy a citar un poema que cité hace muchos años en 1983 cuando me gradué de bachiller y mis compañeros me pidieron que leyera unas palabras y hoy pensando en el tema de la libertad, de la importancia de la universidad y del tema de la modernidad quisiera terminar con esta reflexión que decía más o menos así: “En cualquier lugar de en la tierra cuyo pueblo se afane incesantemente en busca de la modernidad, allí donde la palabra sólo exprese compromiso, permíteme Señor establecer mi morada hecha de libertad, de saber y de verdad”

¡Muchas gracias!
 
Transcripción: Nereida Pacheco
Mérida, 29 de marzo de 2022
 
 
 
 
 

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