El Acceso Abierto y la Propiedad Intelectual: Visión de la profesora Astrid Uzcátegui
Continuando con nuestro ciclo de participaciones, con las diferentes opiniones de los miembros de la Comunidad Universitaria, en relación al documento realizado por la Unidad de Gestión de Intangibles de la Universidad de Los Andes, en relación al tema de la Propiedad Intelectual y el Acceso Abierto, les presentamos una nueva intervención de la profesora Astrid Uzcátegui, Coordinadora General de UGIULA.
Qué es el documento de Ugiula?

El documento de UGIULA es un texto amplio que se refiere, como su nombre lo indica, a algunos conflictos que surgen en la ULA relacionados con la propiedad intelectual. Su origen se debe a la necesidad de armonizar las políticas editoriales que las revistas aplican en su relación con los autores de las colaboraciones; a las competencias que tienen los editores y a la definición de quien representa a la ULA para que sus revistas se afilien a redes nacionales o internacionales de acceso abierto o cerrado. Por ejemplo, los directores de las revistas se auto califican como editores, asunto con el cual UGIULA está en desacuerdo.
UGIULA consultó esta cuestión con el Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual. Este organismo dictaminó que los directores de las revistas de la ULA no son editores, es decir, está de acuerdo con la opinión original emitida por UGIULA. El hecho de que los directores de las revistas no sean editores, sino que el editor sea la ULA, que es además su propietario, no desmerece para nada su valioso trabajo.
En el documento de UGIULA se tratan muchos otros temas distintos al acceso abierto, como el de la propiedad intelectual sobre las investigaciones que se realizan en la Universidad, asunto de gran relevancia que extrañamente no ha suscitado hasta el momento ninguna reacción en la ULA, sobre todo tomando en cuenta el problema de PDVSA con INTEVEP, un centro de investigación que fue creado para obtener inventos para PDVSA y que el artículo 325 de la Ley del Trabajo declaró que son bienes de dominio público, es decir, bienes que son propiedad de todos, como el aire o la lluvia.
PDVSA está pensando solicitar la nulidad por inconstitucionalidad del artículo 325 de la Ley del Trabajo. ¿Están de acuerdo los investigadores de la ULA en que su trabajo no le pertenezca ni a ellos, ni a la Universidad, ni a la República ni a nadie, sino que sea de dominio público?
¿Qué es el Acceso Abierto?

Acceso abierto es la posibilidad de colocar en un sitio web, generalmente un repositorio, en forma digital, un documento para que cualquiera que tenga acceso a Internet pueda verlo, leerlo, bajarlo, guardarlo, copiarlo y servirse de él. Si quien utiliza el documento cita al autor, cumple la obligación legal y moral que pesa sobre él, pero si no lo hace es reo del delito de plagio que puede perseguir el autor de la obra original o la autoridad pública. La dificultad estriba en ubicar al delincuente, castigarlo y cobrarle los daños y perjuicios. Esto es extraordinariamente difícil si no imposible.
En vista del mal uso de las obras originales colocadas en acceso abierto, en el año 2003 se firmó la Declaración de Berlín, por medio de la cual se obligaron los firmantes (personas naturales, universidades y centros de investigación) a proclamar el acceso abierto como un principio que los científicos deberían tratar de cumplir, con la condición de que se les citara como autores. Hasta el momento solo se han adherido a la Declaración de Berlín 584 instituciones de las 21.000 universidades que existen en el mundo.
La declaración de Berlín no es un tratado multilateral al cual se pueden adherir los países ni sustituye la legislación nacional de ningún país.
A lo largo de los años se han realizado varias conferencias sobre la Declaración de Berlín y se ha tomado nota de que existen dos fórmulas principales para poner en funcionamiento el acceso abierto:
A. La vía verde, por medio de la cual se tiene acceso en forma gratuita e ilimitada y lo único que se debe reconocer es el derecho de autor en forma de cita apropiada;
B. La vía dorada, a través de la cual se tiene acceso pagando por la visita, por la copia de un ejemplar o de parte de la obra, o por una suscripción.
La primera, la vía verde, es la que emplea SaberUla. Los autores no reciben remuneración alguna, a cuyo efecto deben autorizar a la revista para que coloque su trabajo en acceso abierto. Si no existe esa autorización, el editor de la revista no puede colocar el trabajo del autor en acceso abierto. La segunda, la vía dorada, permite a los autores recibir una remuneración, a cuyo efecto los que quieren acceder a una copia o utilizar el trabajo deben seguir las instrucciones que aparecen en la página o sitio web correspondiente.
Recibir o no recibir remuneración es una decisión del autor, no del editor ni del director de la revista donde aparece la publicación. Es el autor quien comunica al editor que su trabajo es una creación propia o un trabajo hecho bajo relación de dependencia y que los derechos de autor son de un tercero;
C. El acceso abierto pagado por los autores. Para atender el deseo de los autores que desean visibilidad mundial en las más prestigiosas publicaciones, las grandes empresas de edición como Elsevier, han fundado redes de acceso abierto en que el pago lo realiza el propio autor, quien abona entre 500 y 5.000 dólares por la publicación de su trabajo, el cual está a la orden de quien lo consulte, obligándose solamente a la cita de rigor.
Además de estos mecanismos de acceso abierto, existe la piratería pura y simple. Hay páginas, como Sci-Hub, que reproducen el contenido de las más importantes y costosas revistas publicadas por las grandes editoriales científicas. Tienen más de 62 millones de artículos y, por supuesto, están demandadas en los Estados Unidos y en otros lugares donde sus sitios de Internet han sido clausurados. Pero siguen operando en otras páginas y sitios y en otros lugares del mundo.
¿Cuál es el Acceso Abierto que practican las revistas de la ULA?
El acceso abierto que practican las revistas de la ULA es el de la vía verde: nadie paga por la consulta o por la copia del documento.

Teóricamente, la obra publicada en una revista de la ULA de acceso abierto puede ser consultada en cualquier lugar del planeta donde haya una conexión a Internet, pero las consultas hechas por los científicos y autores más destacados se limitan a las publicaciones más prestigiosas, que son, precisamente, las revistas pagadas, porque las revistas pagadas tienen los más rigurosos sistemas de selección de los trabajos que publican; utilizan claves de acceso para procurar evitar el acceso de los piratas informáticos; y hay que esperar más de dos años para que un artículo salga publicado, por la enorme cantidad de colaboraciones que se reciben.
Las consultas recibidas por las revistas de la ULA, en el mejor de los casos, son las consultas de científicos del mismo nivel de los que publican en las otras revistas de la red a la cual están afiliadas, es decir, la dimensión de las consultas tienen la dimensión de la red abierta a la cual pertenecen las revistas, que no es otra que el ámbito latinoamericano y caribeño; y, en el peor de los casos, son las consultas de los plagiarios, de los que “fabrican” tesis y trabajos de ascenso sin calidad alguna y que logran escapar a la revisión de los árbitros.
El acceso abierto de vía verde que usan las revistas de la ULA facilita el plagio.
Existen casos famosos de falsos biólogos que se han burlado de las revistas de acceso abierto enviando artículos con errores significativos y que han pasado por el examen de los árbitros que tienen las revistas, poniendo en ridículo su “prestigio”. El acceso abierto tiene de todo, pero es prevaleciente la falta de rigor en le evaluación de los trabajos que se publican en las redes de acceso abierto. A las redes de acceso abierto no parece interesarles la calidad, contrariando así la Declaración de Berlín, sino la cantidad de lo publicado, todo lo contrario de la política mercantilista y capitalista de “vender lo mejor” a un precio muy alto, que es la política aplicada por las revistas pagadas. En estas revistas pagadas es que publican los científicos más prestigiosos y son estas revistas las que son asaltadas por los piratas informáticos. Los piratas informáticos no reproducen los trabajos que aparecen en las redes de acceso abierto.
Por ello es mejor andar solo que mal acompañado en una red de acceso abierto de vía verde. Cuando se pertenece a una red de acceso abierto de vía verde se pone el propio prestigio de la revista en manos de todos los demás miembros pertenecientes a la red. Como quien toma la decisión de admisión a la red no son los miembros de ésta, sino su administrador y éste está interesado, en primer lugar, en el crecimiento de la red y en segundo lugar en su calidad, existe el peligro de la disminución progresiva de la fama de la red, si es que alguna vez tuvo alguna.