Investigador ULA gana Premio Nacional mención Ciencias de la Salud

Áñez dedicó este reconocimiento a la ULA, a la cual pide tome en cuenta al Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Francisco Torrealba” de la Facultad de Ciencias, porque existe y trabaja por ella con actitud para honrarla (Fotografía: R. Pico)

** El profesor Néstor Añez, coordinador del Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Francisco Torrealba” de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, recibió el Premio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015, mención Ciencias de la Salud por un artículo científico publicado en el que explica las razones del seguimiento y estudio clínico, bioquímico y molecular, a nivel serológico, que por 23 años han realizado a pacientes con dolencias generadas por la enfermedad de Chagas y Leishmaniasis

La calidad académica y de investigación aunado al trabajo y dedicación que tienen los investigadores dentro de los laboratorios de la Universidad de Los Andes, una vez más es premiada y reconocida, en esta oportunidad el profesor Néstor Añez, coordinador del Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Francisco Torrealba” de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, recibió el Premio Nacional, mención Ciencias de la Salud, que promueve el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Mppeuct). 

Tratar de conocer la labor científica del profesor Néstor Añez, implica destacar  que durante 43 años ha trabajado en la Universidad de Los Andes para brindar respuestas a enfermedades parasitarias tan complicadas como lo son el Mal de Chagas y la Leishmaniasis, estudios que ha realizadod de manera integral, es decir, desde el análisis holístico de lo que son las parasitosis, o bien como él mismo señala “haciendo un estudio bio-eco-epidemiológico, el cual incluye desde el estudio de los parásitos, sus transmisores o vectores, la ecología donde se desarrollan, el panorama epidemiológico, y por supuesto, lo más interesante, la población expuesta al riesgo. Todos aquellos que se infectan, se convierten en nuestros pacientes”.

El Premio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2015, mención Ciencias de la Salud, lo recibe el profesor Áñez gracias al seguimiento realizado a pacientes a quienes han atendido durante 23 años, y a quienes lograron realizar un estudio complejo tanto clínico, como bioquímico y molecular a nivel sero-parasotológico, que lo llevó a concluir, junto a su equipo de trabajo Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Francisco Torrealba” de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes que el tratamiento hasta ahora utilizado es insatisfactorio. “Nosotros tenemos más de cuatro décadas de trabajo sobre aspectos fundamentales de las dos dolencias, enfermedad de Chagas y Lesihmaniasis”, afirma el investigador.

En cuanto a las estadísticas de las enfermedades objeto de estudio, el profesor indicó que se concentran en los estados occidentales, con estudios en más de 80 localidades endémicas de más de 12 estados del país que van desde el extremo occidente en la Sierra del Perijá del estado Zulia, hasta el estado Sucre. “El resultado obtenido con nuestras investigaciones es que, en promedio, el 11,2 por ciento de la población estudiada tiene prevalencia a la enfermedad de Chagas, es decir, los estudios serológicos arrojan una cifra preocupante, por eso hemos mantenido una campaña antichagásica por más de 50 años, la cual funcionó al comienzo porque estuvo asociada con la campaña antimalárica, manejada por nuestro ilustre Arnoldo Gabaldón quien fue el artífice de que la malaria en Venezuela llegara a ser casi controlada”.

Laboratorio de Investigaciones Parasitológicas “José Francisco Torrealba” mantiene permanente contacto con las unidades cardiológicas de los hospitales de Mérida, Barinas, Portuguesa, Cojedes, pero hacen énfasis en la atención en sus ambulatorios rurales, por lo que el Premio en Ciencias de la Salud representa un reconocimiento a la investigación realizada y un apoyo al trabajo que desde la institución universitaria ofrecen a las comunidades. “La Universidad tiene recursos humanos y de investigación con valores, capaces de concursar a nivel nacional e internacional y obtener galardones, por lo que para nosotros es una especie de contribución a la institución, y para nosotros como grupo, representa un estímulo mayor”.

La oportunidad fue propicia para que el galardonado expusiera necesidades sentidas dentro de los laboratorios de investigación y docencia, pues indicó las dificultades que para el momento confrontan para la adquisición de reactivos y equipos de alta tecnología. “Estamos trabajando, y ello se refleja en los resultados, con gente que padece la enfermedad y que ha sido olvidada por el mundo porque no da dinero ni para los que venden drogas para curarla, ni para los que la practican, por lo que para nosotros tiene una doble significación, primero por estar trabajando en lugares de difícil acceso, y segundo, por trabajar con personas a quienes la naturaleza los ha mantenido como más desfavorecidos”.

Para finalizar, el investigador en Chagas y Leismaniasis, recomendó a las autoridades del Estado venezolano decir la verdad y no tratar de invisibilizar la problemática en las zonas endémicas con poca o mucha prevalencia, pues considera necesario decirlo y que la población en riesgo conozca acerca de la problemática, y así podrán tener la posibilidad de cuidarse, de tener la actitud de enfrentarse a una problemática compleja.

“No se trata de un parásito versus una persona, ahí hay transmisores y 120 especies, de las cuales el 10 por ciento pudieran estar en los alrededores convirtiéndose en transmisores de la infección. Hay condiciones ecológicas que prevalecen, donde la biocenosis existen naturalmente, y ha existido no por poco tiempo, sino por millones de años. Cuando el hombre irrumpe en esos nichos ecológicos se produce el encuentro del parásito y el hombre que es el nuevo hospedador, es decir, la edad que tiene el hombre como poblador de esas regiones,  la que tiene el parásito y la edad que tienen los transmisores son significativamente distintas, de tal manera, que cuando el parásito llega al hombre como susceptible, le causa impacto desde el punto de vista biológico y clínico, por eso lo enferma”. (Yasmira Carrasquero. CNP 12405. Prensa ULA)