Martín Andonegui:“La comunicación en el aula de matemáticas promueve la solidaridad grupal de los estudiantes”
Cuando se habla de comunicación en el aula, se plantea como la forma de relacionarse entre los docentes y los alumnos. En el caso de la asignatura matemática, por su esencia, importancia y trascendencia en el desarrollo de las culturas, admite una visión de mayor amplitud, de acuerdo con los expertos.
La reciente Escuela de la Enseñanza de la Matemáticas, realizada en la Facultad de Ciencias, dejó en los espacios de la Universidad de Los Andes, nuevos enfoques y versiones actualizadas sobre lo que contextualiza a esta ciencia dura y su proceso de comunicación en los salones de clase.
Uno de los expertos partícipe de esta Escuela, fue el profesor Martín Andonegui. Este catedrático, llegó a Venezuela procedente de España hace ya 37 años con un título de licenciado en Matemáticas. En nuestro país estudió la carrera de Análisis de Sistemas, en la Universidad Centro Occidental Lisandro Alvarado. Posteriormente cursó una maestría en Investigación Educacional y como colofón post jubilación, consolidó un doctorado en Educación. Actualmente es docente de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, extensión Barquisimeto.
Acudimos a sus conocimientos para que nos amplíe los criterios vigentes sobre el tema que involucra a docentes y discípulos en la dinámica de enseñanza y aprendizaje de la matemática.
- ¿Cómo caracteriza usted esa comunicación en el aula en la materia Matemática?
-El docente debe comprender primero lo que es el ámbito de la comunicación. Asimilarlo como un fenómeno social que abarca los aspectos mediáticos, el enfoque sistémico que tiene la comunicación y un ámbito de entendimiento de la comunicación como un proceso interpersonal intersubjetivo. Estos parámetros son los que nos interesan en el campo de la educación.
En primer orden determinamos cuál es el segmento cultural que compartimos como docentes con los estudiantes, que en este caso es la matemática. En segundo lugar interviene la consolidación de los grupos en la que se encuentran establecidos los alumnos con su acento en la solidaridad.
El tercer aspecto que destaca es la formación personal de los estudiantes.
El docente debe tener muy claro lo que está transmitiendo para poder promover y motivar el aprendizaje y la formación individual de la personas.
- ¿Cuáles son esos vicios que aún considera usted, permanecen en el proceso de comunicación de aula entre los docentes y los estudiantes de la asignatura matemática?
-Los vicios están precisados en las tres claves que acabo de exponer primordialmente en el área de primaria.. En lo que se refiere a nivel cultural del conocimiento matemático que transmitimos, muchas veces se muestran parcializados, desconexos y poco fundamentados. No se explica a los alumnos el significado de las cosas que aprenden.
A veces se propugna un aprendizaje meramente repetitivo y no se hace un análisis de cual es el origen histórico de los conceptos a impartir.
- ¿Cuáles serían las propuestas para cambiar este enfoque?
-En el caso de la primaria, el docente proyecta mucho del clima cultural que se vive en los magisterios. Se enseña a los niños a sumar, restar, multiplicar, a resolver fracciones, a hallar el máximo divisor común, al cálculo de la media, pero no se insiste en los conceptos que serían los elementos claves de los cuales se derivarían las reglas.
Cuando yo como docente doy una regla de cómo se calcula el máximo divisor común de dos números y lo desligo del concepto, el niño puede aprenderlo, puede asimilar fórmulas, pero no asimila el concepto matemático, que después ha de servirle para la comprensión de conceptos superiores que están fundamentados en los más básicos.
También estamos acostumbrados a que el docente constituya sus propios grupos en clases, de acuerdo con el desempeño en la materia. Estos son parcelaciones y parcializaciones espurias, pues no responden a la fortaleza del grupo.
Con la formación individual, descuidamos a los muchachos que son menos participativos y se tiende a abandonar a lo largo del desarrollo de la asignatura.
- ¿Qué están haciendo las universidades en este sentido?
-Lo que he apreciado en la formación del recurso docente en el caso del Pedagógico, y de las escuelas de Educación, es que no se contempla el acto educativo como un acto comunicativo. Esta realidad sustrae la autocrítica que debemos erigir sobre la matemática que estamos enseñando y cómo la estamos enseñando. Procurar en el aula la formación solidaria de los grupos, la formación ciudadana de los estudiantes.
En pizarra
Para Martín Andonegui, también se está dejando de lado la visualización en los métodos de enseñanza. Se están obviando recursos didácticos de formas y figuras que podrían drenar con mejor efecto los conceptos de las matemáticas en los muchachos. De momento, la “tortura” de una materia aburrida de papel, lápiz y pizarrón aún prevalece en las aulas. Aulas donde pocos pueden nadar como pez en agua y muchos aún se ahogan dentro de ese mar de números.
Adoptar la educación de las matemáticas como un acto de comunicación, permite visionar una luz para evaluar lo que acontece en todo su contexto. Es así como se puede mejorar e incluir a la totalidad del aula con resultados satisfactorios.