Un ecosistema insular configura la Laguna de Caparú

En el conversatorio denominado: “Una mirada al deslizamiento La González”, en el estado Mérida, realizado el pasado mes de junio de 2022, expertos de la Universidad de Los Andes (ULA), explican que un ecosistema insular configura la Laguna de Caparú.

El cuerpo de agua llamado Laguna de Caparú, se encuentra ubicado en la sección media de la cuenca de El Chama, sector de La González, municipio Sucre, al comienzo de la vía que conduce hacia los Pueblos del Sur.  

¿Ecosistema insular?

El profesor adscrito al Instituto de Geografía y Conservación de Recursos Naturales (IGCRN-ULA), Joel Francisco Mejía, señala que son tipologías de ecosistemas de pequeña escala.

Suelen conformarse en torno o alrededor de una característica distintiva del paisaje y en este caso es precisamente la existencia de un cuerpo lagunar en un ambiente marcadamente semiárido.

La existencia de agua y de humedad de forma permanente, que emana del cuerpo lagunar es lo que hace que la vegetación que se estructura a su alrededor sea una vegetación frondosa, siempre verde.

Se diferencia notablemente de la vegetación propia del clima dominante en el entorno, dando lugar a la conformación de un ecosistema insular de tipo hídrico.

Allí suelen encontrarse algunas plantas que normalmente no se localizan en los ambientes semiáridos, sus condiciones fisiológicas y de verdor evidentemente, indican que allí la humedad es permanente.

Este tipo de ecosistemas suelen ser reducidos en superficie, ya que se  encuentran geográficamente anclados al cuerpo hídrico y a su entorno inmediato. 

Estos ecosistemas conforman hábitat de diversas especies de plantas y animales que prosperan y dependen de condiciones de humedad permanentes, lo que contrasta con el ecosistema propio del clima dominante en el entorno. 

Esto implica que la biodiversidad es diferencialmente superior al ecosistema dominante, por lo cual se les considera como “hotspots” o puntos críticos de biodiversidad, apunta Mejía. 

Lo anteriormente argumentado, unido a su carácter reducido en cuanto a escala y extensión superficial, según el catedrático los hace ecosistemas apetecibles desde el punto de vista científico, ya que pueden ser estudiados y monitoreados con adecuada precisión y detalle. 

Además de eso, en estos ecosistemas se pueden detectar con mayor facilidad los síntomas de los cambios que pueden ocurrir debido a procesos como el calentamiento global y la variabilidad climática.

¿Cómo se formó?

El profesor Mejía refiere que la Laguna de Caparú, tiene un origen derivado en la formación y el desarrollo evolutivo del deslizamiento de La González.

La forma como el deslizamiento ha venido evolucionando con el paso del tiempo, y como ha ido cambiando la topografía en ese espacio, creó las condiciones topográficas para que comenzara a gestarse un proceso de acumulación de agua, de origen fundamentalmente subsuperficial y subterráneo, para configurar la laguna. 

¿Es importante?

Esta laguna tiene aproximadamente de 11 a 12 hectáreas de superficie y su importancia radica en el lugar donde se encuentra, el entorno donde este cuerpo léntico se desarrolló.

El catedrático destaca que la importancia de la laguna en ese entorno geográfico se debe a su ubicación en la sección media de la cuenca El Chama, en un área con una condición  climática muy particular que obedece a la dinámica de la circulación atmosférica.

La configuración estructural y topográfica de la cuenca del río Chama, esta signado por el control tectónico que ejerce la falla de Boconó, dando lugar a un extenso valle y cañón longitudinal.

Las masas atmosféricas que penetran a la cuenca desde el Sur del Lago de Maracaibo, van descargando humedad de forma segmentada, generando así patrones climáticos bien diferenciados, subraya Mejía. 

En su recorrido por la sección media de la cuenca, entre Estanques y Ejido, las masas atmosféricas no llevan humedad suficiente para descargar, lo cual genera unos regímenes de precipitación intra anuales notablemente bajos en comparación con otros sectores de la cuenca. 

Esa es la razón por la cual se ha configurado en esta sección de la cuenca, el paisaje semiárido denominado: bolsón semiárido de Lagunillas; allí la sección baja de las laderas y el fondo de valle donde se encuentra la laguna.

Humedad atmosférica insuficiente

Señala Mejía que la humedad atmosférica en ese entorno es insuficiente, ya que en este sector las precipitaciones están entre los 500 y 800 mm/año, mientras que la evapotranspiración anual supera los 1220 mm/año, indicando que la zona presenta un balance hídrico netamente negativo. 

Por tal motivo, existe en este entorno un tipo bioclimático denominado monte espinoso premontano, caracterizada por una condición de semiaridez permanente. 

En un entorno como este, la  existencia de cuerpos de agua de tipo lagunar, o bien, algún humedal, les confiere a estos una notoriedad e importancia enorme, ya que la humedad permanente de estos cuerpos en zonas de climas secos y semiáridos suelen configurar lo que se denominan “ecosistemas insulares”. 

Concentración de minerales 

Precisamente por ser una laguna básicamente alimentada por flujo subsuperficiales y subterráneos y no por flujo superficial, destaca Mejía sus aguas tienen unas concentraciones de sales y minerales notablemente superiores a los cuerpos lénticos alimentados por flujo superficial.  

De hecho, la laguna de Caparú presenta concentraciones de sodio que están por encima de las de la Laguna de Urao, un cuerpo léntico de mayor tamaño.  Ambos cuerpos lagunares son, de hecho, distintivamente únicos en los Andes venezolanos. 

Importancia ecológica 

La Laguna de Caparú quizás no tenga tanta biodiversidad en comparación con las otras lagunas como Mucubají, La Negra y La Victoria, pero allí existen especies muy particulares de esa laguna.

Para la fauna, la Laguna de Caparú es una fuente confiable de abastecimiento de agua en el ámbito local, con aguas en remanso, ideales para la reproducción de muchas especies de insectos.

También es fuente de hidratación y de alimento para especies de aves y establece un confort micro climático que es refugio permanente para diversas especies.

Aportes ambientales 

Tomando en cuenta las tipologías de servicios ambientales, el profesor Mejía, deriva al menos ocho servicios ambientales que la Laguna de Caparú aporta al medio ambiente y en particular, a los humanos.

La laguna representa un elemento de regulación atmosférica y climática significante a nivel local, garantizando la fluidez en los ciclos biogeoquímicos terrestres. 

La vegetación permanente garantiza el almacenamiento de CO2, contribuyendo con ello a la estabilidad química de la atmosfera. 

También facilita la regulación hídrica y a garantizar los procesos ecosistémicos a diferentes escalas tróficas; contribuye de forma indirecta, a través de la biomasa,  a la sujeción del suelo y al control de la erosión. 

Otros beneficios ambientales tienen que ver con el potencial de desarrollar actividades propias de la recreación y el turismo local, y también de actividades científicas.

Ambiente frágil

Los ambientes de climas secos y semiáridos, como el que existe en la sección media de la cuenca del río Chama, refiere Mejía son considerados por científicos y especialistas como entornos particularmente sensibles a cambios y a variaciones propias del clima, y a las perturbaciones generadas por los humanos.

Por tanto, le confiere a la laguna de Caparú, un  mayor valor ambiental y una mayor importancia, que amerita que este cuerpo léntico deba ser objeto de mayor atención científica y de cuidado por parte de los organismos e instituciones competentes.  ES/CNP 18723 . 

Fotografías facilitadas por el profesor Joel Francisco Mejía 

 

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