Veganismo: más que una dieta un estilo de vida
El veganismo es una forma de vida. Una persona que opta por una dieta vegana aparta de su consumo las carnes, es decir, todo producto de origen animal e inclusive los subproductos de origen animal, como: lácteos, quesos, yogures y huevos. De igual manera los veganos no consumen alimentos procesados como: galletas, chocolates, tortas, panqueques, ni mantequillas o margarinas. Así mismo se apartan del uso de bebidas alcohólicas y vicios como el cigarrillo o el tabaco.
La nutrición vegana es una disciplina que se considera “la alimentación del Dios Creador”. Varios autores aseguran que comer carnes, lácteos y huevos puede ser un placer para el paladar, pero no existe justificación nutritiva o sanitaria para que los humanos la consuman.
Según el criterio del padre Antoine Lootens Impens, uno de los fundadores de las Comunicadoras Eucarísticas del Padre Celestial en la Arquidiócesis de Cali, Colombia, y escritor del libro: “Los secretos de una magnifica salud”. Asegura que la adopción de una alimentación correcta y de un estilo de vida sano, provoca que el cuerpo lo agradezca y se libere de toxinas acumuladas debido a malas costumbres alimenticias y vivencias malsanas.
De igual manera asegura Lootens, que las enfermedades de las personas como: dolor de espalda, presión alta, colesterol elevado, gastritis, úlceras, colon irritable, jaquecas, fatiga, hipotiroidismo, amigdalitis, obesidad, hipoglicemia, diabetes, Alzheimer, Parkinson y cáncer, entre otras, son producto de una alimentación inapropiada y que se aleja de lo que es la verdadera nutrición.
Asegura el autor del libro, que muchas personas refutan la dieta vegana. Sin embargo explica que hay que saber qué funciones cumplen respectivamente los glúcidos, que están presentes en las frutas dulces, cereales y raíces, y son la principal fuente de combustible; las proteínas, que se desdoblan de aminoácidos y las utiliza el organismo para fortalecer los músculos, tendones, piel y uñas; y los lípidos, que dan aislamiento térmico a los órganos e intervienen en la formación de hormonas, además de que funcionan como un banco de carbohidratos.
Existe una necesidad proteica definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), para las personas que su alimentación es omnívora: en niños lactantes o menores de dos años, por su acelerado crecimiento: 2 gramos por kilo de peso; los niños, adolescentes y adultos menores de 60 años: 1.1 gramos por kilo de peso y menores de 60 años 1 gramo por kilo de peso.
Afirma el autor que en los países occidentales las personas, por lo general, consumen el doble de los requerimientos proteínicos diarios, debido a que las incluyen en casi todas sus comidas. “Comer demasiadas proteínas es por tanto más perjudicial que el hecho de no consumirlas con suficiencia”, porque el cuerpo se predispone a la gordura y causa un sinfín de enfermedades. Las personas veganas aprovechan sus proteínas al 100% porque las aprovechan de vegetales y plantas que son más saludables. Un ejemplo de fuentes de vegetales de proteínas, son: frijoles, lentejas y arvejas. Así mismo cereales crudos y germinados; semillas y frutos secos, entre otras.
El padre Antoine Lootens Impens, predica que optar por una alimentación natural y simple como un estilo de vida, hará que la persona conquiste una salud maravillosa y rejuvenezca.
Anny Maldonado/CNP.19.536/PrensaUla
(Imágenes tomadas de la web)