Conflictos en eje fronterizo Puerto Santander - Boca de Grita provocan deserción escolar

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De izquierda a derecha, el profesor Omar Pérez Díaz, el sacerdote Orlando Neira, el profesor Pascual Mora y el conferencista (Foto: Marlene Otero S.)

De acuerdo con Carlos Villamizar, licenciado en filosofía y docente en instituciones educativas ocalizadas en el eje fronterizo Puerto Santander-Boca de Grita, este es un territorio de alta vulnerabilidad en materia de derechos para la población en general y en particular la infantil, dada la presencia de "actividades ilícitas no declaradas como el bachaqueo, la prostitución, la trata de blancas y otras formas de violencia".

Así lo expresó el especialista en el marco de un coloquio impulsado en la ULA con motivo de la conmemoración de la semana Internacional de la Paz, en el simposio "Territorio, conflicto y derechos humanos" quien estuvo acompañado de los doctores Pascual Mora, Omar Pérez Díaz y el sacerdote Orlando Neira.

En su intervención, el especialista apuntó que en dicho límite que "es artificial" porque apenas hay una separación de 60 metros a través del puente, realmente se comparten "infraestructuras, vivencias, valores y un imaginario común", ideas de progreso y bienestar pero también espacio en el que ha habido la presencia de fuerzas irregulares cuyas actuaciones han desvirtuado las relaciones humanas y la convivencia y que, a su vez, han generado formas de violencia que han tocado desde las relaciones entre las familias y demás grupos humanos, hasta la institución escolar, y a través de las cuales cualquier tipo de conflicto se busca resolverlo solo a partir de distintas expresiones de la violencia.

- A nuestros escolares se les están violando sus derechos al tener que dejar la escuela para ir a buscar dinero fácil y rápido a partir de actividades ilícitas, apuntó Villamizar.

Caldo de cultivo de la violencia

Al hacer un diagnóstico de los principales problemas en el eje fronterizo mencionado, el expositor señala que aunque en la parte venezolana no hay un conflicto interno declarado, como sí lo hay en Colombia, menciona como “partes en conflicto” a los padres de familia quienes no se ocupan de sus hijos, en especial en Puerto Santander, espacio en el que existe una gran cantidad de madres solteras y hogares no constituidos por todos sus miembros lo cual considera un caldo de cultivo para la descomposición social y en el que operan fuerzas irregulares que vinculan a estas personas a prácticas ilícitas, entre ellas, la trata de niños, actividad que "es silenciada por la fuerza de las armas" y porque dichas prácticas hacen llegar dinero fácil a estos hogares desintegrados.

Es por ello que el docente señala que “no hay políticas de Estado para enfrentar estos graves problemas y que busquen la permanencia de los escolares en las instituciones educativas, por ello es vulnerable la frontera, también debemos declarar una educación en emergencia”.

De igual forma el especialista propone la intervención de ambos Estados para realizar políticas en función de “retomar el lenguaje dialogal entre las personas, tenemos que tener un diálogo de igualdad en el marco de nuestras diferencias”.

El diálogo para el encuentro entre iguales

Ante una realidad en la cual los conflictos se resuelven solamente con el silencio mediante amenazas de quienes pretender denunciar o la liquidación del adversario, "el único medio que nos puede hacer compartir frente a las diferencias, es el lenguaje que es el elemento de representación de una sociedad”.

- En el preámbulo de la constitución de la Unesco se plantea que toda guerra nace en la mente del hombre, si tomamos ese principio, entonces la paz también debe nacer en la mente del hombre.

El analista apunta además que en la línea fronteriza “puede que se haya perdido el sentido de la alteridad, el sentido de lo ético” y ha habido un cambio generacional sobre el que han operado fuerzas irregulares, de allí la importancia de la intervención del Estado que busque una articulación entre Escuela y Familia.

Crear escuelas de protección en derechos humanos

Es por lo anterior, que el profesor Villamizar señala que “nosotros como entes educativos, tenemos que ver qué medidas tomar, no tanto para erradicar -porque no somos entes sancionatorios ni investigativos-, sino para prevenir a través de la educación en emergencia estas formas de violencia, a través de la formación con los padres y del cambio de actitud frente a la violencia intra familiar e intra escolar”.

- Nosotros en las instituciones escolares hacemos de cuenta como si no existiera la violencia, pero allí tenemos un problema intestinal que se vive dentro de la institución escolar, hoy día los problemas se solucionan es a través de la violencia porque se olvidó el dialogo entre pares, por ello la idea es generar dialogo entre iguales.

En este mismo orden de ideas apuntó que “desde la universidad, desde la academia, tenemos que ver cómo logramos recuperar o re contextualizar ese proceso de afirmación de valores en derechos humanos, que no es culpa de los niños, sino de una brecha generacional que se dio donde ya no se interesa uno del que vive al lado ni junto a nosotros, sino que importa solo el yo, el yo y el super yo, entonces se trata de ver qué ejercicio es el que se puede hacer y como lograr crear unas escuelas de protección en derechos humanos, por ello la importancia de aunar esfuerzos entre los dos países”.

Ampliar las capacidades del ser

Al final de su intervención, el profesor Villamizar apuntó que se requiere trabajar los diferentes aspectos que amplíen las capacidades del ser humano, relacionadas con el “yo soy”, “yo puedo” y yo tengo” del habitante de dichos espacios, en especial los jóvenes y escolares.

El "yo soy" lo relaciona con la fortaleza de la formación, las capacidades y la formación en valores y del carácter del niño o del joven para que “ellos mismos se conviertan en defensores de sus propios derechos”.

En segundo lugar, en el “yo puedo”, se relaciona con la actuación del Estado a través de sus instituciones, en especial las educativas en dichos espacios y la intervención de los propios padres de familia para que retomen los valores perdidos en dichos hogares y se dé un cambio de actitudes de éstos hacia sus menores hijos. Solo con “la recuperación de la dignidad de sus propios padres”, apuntó es que se puede repetir estos mismos valores y actitudes en sus propios hijos.

Finalmente, el “yo tengo”, lo relaciona con una “educación de altura del estudiantado” y con un lenguaje acorde con el entendimiento y las capacidades del niño, con lo cual “debemos bajarnos al nivel de ellos”.

- Hay que ir a la misma altura del niño para ser reconocido por éste, recuperar ese valor de educar a distintas generaciones a través de su propio lenguaje. Y hay que hacer que los niños y las niñas valoren su intimidad, sus capacidades, así no tendremos promiscuidad y se respetará la integridad del ser.

Entre otras recomendaciones, hizo hincapié en que se deben recuperar los valores y la ética tanto en padres como en algunos docentes porque los valores "están siendo vencidos por la riqueza fácil” y se deben establecer convenios inter institucionales para conectar las actuaciones de las instituciones educativas porque “estamos tan cerca pero morimos de soledad”.

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