Un historiador desempolva los terremotos y los posiciona en nuestra memoria

Cuando leemos la historia venezolana podemos aprender bajo qué circunstancias ocurrieron diversos acontecimientos y/o cómo se tomaron las decisiones que marcaron el rumbo de nuestro país; pero en ese andar también es factible, por ejemplo, toparnos con las características de El terremoto de Venezuela registrado el 26 de marzo de 1812 y de El gran terremoto de Los Andes ocurrido el 28 de abril de 1849.

Pero ¿a qué viene esta alusión a los sismos?, la respuesta es que el historiador Rogelio Altez dedicó tiempo y esfuerzo a investigar los terremotos venezolanos con el fin de posicionarlos dentro de nuestra memoria histórica y reducir el miedo a los temblores, es por eso que su libro “Si la naturaleza se opone: terremotos, historia y sociedad en Venezuela” está dirigido a todo tipo de lector, conocedor o no, de los sismos.

En el espacio radial “Aula ambiental” –conducido por la doctora Nancy de Sardi” y transmitido los viernes por 107.7 ULA FM- Rogelio Altez comenzó diciendo que no se conoce ningún documento que demuestre que fue Simón Bolívar quien expresó la célebre frase “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”; su investigación lo llevó a concluir que José Domingo Díaz, opuesto al proceso de Independencia, atribuyó esta frase a El Libertador en su libro “Recuerdos de la Revolución de Caracas”; de hecho, clérigos y frailes hicieron creer a la población que el terremoto de 1812 (que causó aproximadamente de 10 mil a 20 mil muertes en Caracas, Barquisimeto, Mérida, El Tocuyo y San Felipe), por ocurrir un jueves santo, había sido un castigo divino debido a estas “impías y extravagantes palabras”.

La doctora Nancy de Sardi recordó El Gran Terremoto de Los Andes y cómo aún en Mérida, 162 años después, aún se celebra una misa en la Basílica Menor para dar gracias por la recuperación de la ciudad. Es por eso que la pregunta que formuló: “¿este terremoto dejó una huella histórica profunda en los merideños?”, fue totalmente pertinente.

“Es importante subrayar eso –dijo Altez- porque generalmente, en nuestro país, los grandes desastres no generan memoria; grandes destrucciones que afectaron decididamente a la sociedad y que contribuyeron a cambiar el rumbo de la historia han pasado desapercibidas y no son recordadas. Creo que la conmemoración del terremoto de 1812 es fundamental dentro de los desastres de la historia venezolana y es, quizá, el más significativo”.

Para Rogelio Altez, los desastres son eventos que desequilibran a una sociedad y cuando éstos producen gran destrucción se suelen perder los referentes materiales o aquellas cosas que logran poner orden. Es aquí cuando los habitantes se comportan de manera desestructurada y desordenada, dando lugar a robos, crímenes o saqueos. “Es muy importante que hoy día, dentro de las estrategias que diseñamos para entender los desastres, se incluya este factor social”.

¿Son los desastres procesos históricos?

Este historiador sostiene que a los desastres no se les puede apellidar como “naturales” o “socio-naturales”, sino como lo que son: el resultado de procesos que no aparecen intempestivamente, por eso es necesario conocer los procesos históricos, cómo se produjeron los desastres, cuáles son las variables que actuaron para ese resultado catastrófico, tomar ese conocimiento para preparar herramientas y estar preparados para su retorno.

“En el caso de los eventos naturales es un axioma fundamental que lo que ocurre una vez, ocurre dos veces, de manera que el terremoto de 1812 volverá a suceder alguna vez, igual que otros. En el caso de las lluvias, por ejemplo,  es más fácil predecir su regularidad en el tiempo histórico, no obstante, el conocimiento de la interacción sociedad-terremotos y cómo ésta contribuyó para esos desenlaces, es fundamental para prepararnos para el futuro”.

Raúl Estévez -docente e investigador de la Facultad de Ciencias de la ULA y coordinador nacional del Programa de Gestión de Riesgos y Reducción de Desastres del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela- quien también estuvo presente en la entrevista, indicó que el afrontar desastres se ha dirigido a prepararse, pero para las consecuencias, es decir, para recoger a los muertos y atender a heridos y damnificados. “Hoy día gracias a los historiadores, sociólogos y antropólogos, los más técnicos empezamos a entender que el villano no es el desastre, sino nuestra vulnerabilidad social y económica, pues no hemos aprendido a establecer un pacto con la naturaleza y entender su forma de ser y de actuar”.

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