Declaraciones de corte político no muestran verdadera preocupación por la situación de la educación superior

El Gobierno Nacional no termina de entender que el proceso de admisión, es una parte del complejo sistema universitario (Foto Ramón Pico)El Secretario de la Universidad de Los Andes, José María Andérez, se pronunció acerca de las declaraciones dadas por la presidenta de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, Maria de Queipo, en las que se refiere a la solicitud que hará a la Fiscalía General para la intervención de las universidades por presunta violación de la Ley de Educación al realizar pruebas internas.

“Entendemos que es una declaración de corte político, más que una muestra de preocupación por la situación de la educación superior. El tema de la admisión a la universidad es un tema muy discutido, hay una comisión del CNU  en la que está trabajando gente de la OPSU, el Núcleo de Secretarios y asesores de las universidades nacionales, que intentamos generar un mecanismo de ingreso que tenga credibilidad, que sea auditable y que deje satisfecha a todas las partes”, señaló el profesor Andérez.

La materia educativa es un problema de Estado, la Ley Orgánica de Educación indica que esto es su competencia, y las universidades también son parte del Estado, indicó el profesor Andérez. “Si colocamos dentro de la discusión los temas políticos e ideológicos, nunca nos vamos a entender. El gobierno ve a las universidades autónomas, como enemigas, porque mayoritariamente son instituciones plurales dedicadas a cumplir sus funciones fundamentales, donde se permite la libertad de expresión, pensamiento, conciencia y en donde los universitarios pueden disentir y diferir sus opiniones sin que les acarree problemas”, afirmó.

Hay estudios que muestran una serie de detalles que harían que la asignación directa de los cupos por parte del Gobierno Nacional, a través de la OPSU, sea ineficiente. Todas las universidades autónomas y experimentales encuentran que en sus procesos matriculares, sólo un pequeño porcentaje de los estudiantes asignados por la OPSU se presentan en el primer llamado a inscripciones. En el caso de la ULA, ese porcentaje es bastante inferior al 50 por ciento. Resaltó el profesor Andérez que cuesta mucho hacer que los estudiantes vengan a los siguientes llamados, esto porque vienen, a veces, de partes muy distantes del país, porque no tienen las condiciones socioeconómicas para trasladarse a otra ciudad, porque consiguieron en sus sitios de residencia otras oportunidades de estudios, entre otros aspectos que hacen que la asignación de estos cupos sea ineficiente.

“Respetamos las pautas y las reglas de juego que están contenidas en las gacetas oficiales, asignamos a los muchachos de la OPSU hasta que se agoten los cupos correspondientes. Cuando queda algún cupo de la OPSU, porque no se puede asignar por llegar el último día de inscripción, ese cupo a veces se pierde. Nos gustaría que esos cupos de la OPSU, permitieran asignarlos a las pruebas de admisión, donde tenemos en los segundos cortes de las carreras, deficiencias por encima del 90 por ciento contra el 50 por ciento de la OPSU”, dijo el profesor Andérez.

Hasta el momento ha sido imposible que las autoridades universitarias nacionales hayan concretado una reunión con el Ministro de Educación Universitaria,  también director de la OPSU, para discutir esta problemática. Para el próximo viernes 16 de julio, está prevista la realización del Núcleo de Secretarios de las distintas universidades del país, en la ciudad de Porlamar, donde discutirán este punto.

El sistema que propone la OPSU, concluyó el profesor Andérez, “es inauditable, hay gente que tiene excelentes promedios pero que no aparecen registrados en sus asignaciones, hay dificultades con los bachilleratos paralelos que provienen de las misiones, ya que en materias importantes como física, química, matemática y biología, en algunos de los últimos años no se dictan por falta de profesores y se les convalidan notas que corresponden, a veces, al promedio del resto de las materias. Allí es donde el Gobierno Nacional, no termina de entender que el proceso de admisión, es una parte del complejo sistema universitario. Admitir un estudiante sin garantizarle las condiciones necesarias de estudio, comedor, biblioteca, transporte universitario, seguridad, salud, significa introducir a alguien en un sistema que a la vuelta de un mes o dos meses se va a rendir y se va a ir. Es conveniente que el mismo Gobierno, analice cuál es el índice de deserción de las universidades que ellos controlan directamente. Cuando uno ve sus mismos datos, entiende que hay universidades como la Bolivariana y otras universidades, con un índice de deserción alto, lo cual no ocurre en la ULA y en las otras universidades autónomas”.

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