El Chipo se adaptó a las urbes hace varias décadas
Investigadores de la ULA contribuyen a generar política de salud pública
*”Es verdad que la gente invade espacios naturales donde el chipo tiene sus nichos, pero el escenario va más allá, una vez que está domiciliado, significa que él está evolucionando para vivir y convivir en una ambiente que ya no es silvestre, si no en un ambiente urbano”*
Tras el boom comunicacional de la existencia de Mal de Chagas en Caracas, los investigadores universitarios buscan respuesta a la angustia que se cierne en la sociedad ante una enfermedad silenciosa y silenciada, tal y como es descrita por el reconocido biólogo de la Universidad de Los Andes, Juan Luis Concepción, experto en bioquímica de los parásitos y en especial del Chagas o enfermedad de la pobreza, como también es conocida.
El Chagas es una enfermedad parasitaria causada por el Trypanosoma cruzi, este parásito se hospeda en el chipo (vector invertebrado natural) y se transmite al humano cuando el chipo se alimenta y defeca y, junto con las heces, se encuentran los parásitos los cuales pueden entrar a través de la picada, al rascarnos. Muchos son los potenciales reservorio de T. cruzi: naturales, como rabipelados, cachicamos, murciélagos, etc. y domésticos, como ratas, perros, gatos, incluyendo al humano.
El Mal de Chagas dejó de ser una enfermedad desconocida y, más aún, abandonó su rostro de ruralidad, tras encontrarse, desde hace dos años, brotes importantes en áreas urbanas como Caracas. El primero de ellos en Chacao y el último en el sector la Pedrera de la parroquia Antímano.
Esta apreciación es confirmada por el profesor Concepción, miembro del Laboratorio de Enzimología de Parásitos de la Facultad de Ciencias, quien afirma que hasta hace 5 años, la enfermedad de Chagas era considerada, no sólo por Venezuela, si no por la Organización Mundial de la Salud, como una enfermedad rural, de lo que se traduce que las zonas urbanas, densamente pobladas como Caracas, no eran consideradas como áreas de riesgo para esta enfermedad.
Es obvio que los dogmas limitan, en la mayoría de los casos, las investigaciones y, por tanto, no era lógico buscar chipos en la capital, sin embargo siempre la realidad nos atrapa demostrando que en zonas urbanas hay transmisión activa de la enfermedad de Chagas porque existe el vector y además infectado con T. cruzi.
Reconocimiento del vector
El espíritu acucioso de este investigador, junto a varios de sus colegas (ULA, UCLA, UCV, UBV, UDO), le hicieron conformar un grupo interdisciplinario, que desde hace más de cuatro años comenzó a hacer un muestreo en los barrios de Caracas, donde encontró vectores con una elevada carga parasitaria, además ubicaron personas positivas para la enfermedad de Chagas.
Lo más interesante, para Concepción, es que las personas que fueron encontradas positivas no provenían de ningún medio rural, para que se pudiera pensar que migraron con la enfermedad, sino que habían nacido y vivían en Caracas, “lo que significa que recientemente había transmisión activa y que esos chipos la estaban provocando”.
¿Qué es lo que está contaminando con Chagas a los caraqueños?
-En los estudios que practicamos hemos identificado que no es el vector tradicional de la transmisión de Chagas, Rhodnius prolixus, el cual se encuentra en el llano o en la cordillera andina, el que causa la enfermedad. En Caracas ubicamos al agente Panstrongylus geniculatus, transmisor del brote de esta enfermedad. Sin embargo, en los casos que se presentaron no hay certeza de cómo se dio el contagio, pudo haber sido por la picadura del insecto o por la ingestión de alimentos contaminados con las heces del vector.
¿Cuántos años tiene el Panstrongylus geniculatus viviendo en Caracas?
-Con los estudios hechos por doctor Eli Aldana con los chipos colectados en Caracas hemos encontrado que hay una disminución en el dimorfismo sexual (la diferencia de formas y tamaños entre machos y hembras de una misma especie), esto significa que esos chipos está adaptándose a vivir en las zonas urbanas, probablemente desde hace muchos años.
Índices de prevalencia
Otro de los mitos que el profesor ulandino quiso descartar es la incidencia del vector. Es por ello que explicó que “puedes conseguir chipos en Petare, en el Silencio, en Altagracia, en los alrededores de Miraflores, en Antímano, pero también en El Cafetal, en El Hatillo, en Prados del Este y en las Mercedes. Sin embargo, en las zonas que están pegadas al Ávila hay mejores condiciones de habitabilidad del chipo, ya que hay una mayor proliferación de ratas y de basura y por ende eso beneficia al chipo.
Además, según el experto, en parasitología, en todos los estados del país, sin excepción, hay Chagas, sólo que la prevalencia puede ser en algunos casos mayor y en otros menor. “Táchira y Mérida tienen Chagas, hay en Trujillo, Apure, Sucre, Miranda, Zulia, Portuguesa, Guárico y Lara”, pero se reservó el número de casos en cada uno de ellos, pues las cifras las tiene el Ministerio del Poder Popular de Salud, quien en definitiva es el que debe implementar las políticas de control necesarias.
Esperanza para los chagásicos
El profesor Concepción no quiso cerrar la entrevista sin sembrar una semilla de esperanza en quienes sufren de Mal de Chagas, y quienes, a su juicio, se les arruina la vida al contraer este parásito y comenzar a manifestar síntomas pues muchos de ellos, incluso, no pueden realizar ninguna trabajo útil, transformándose en una carga para sus familiares y el Estado. Es por ello que anunció, que el Gobierno Nacional, a través del MPPS, está tratando de importar fármacos de nueva generación que han demostrado, experimentalmente, provocar una cura parasitológica. De obtenerse fármacos que provoquen cura parasitológica se estaría saldando una gran deuda social de más de un siglo con las personas chagásicas de nuestro país.
Contribución al control del Mal de Chagas
Según este profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, quien tiene además más de 15 años trabajando e investigando sobre esta patología, recientemente se conformó un equipo multidisciplinario (estadísticos, epidemiólogos, médicos, sociólogos, diseñadores gráficos, comunicadores) para estudiar los factores de riesgos asociados a las transmisión activa de la enfermedad de Chagas y la seroprevalencia en cinco estados del país, incluyendo aéreas urbanas en Caracas (Petare y Altagracia).
Los datos que se han recopilado en este proyecto, financiado por el Estado venezolano, son del conocimiento del Ministerio del Poder Popular para la Salud, órgano que, a partir de esta base de datos, cuenta con las herramientas para definir e impulsar una política de salud pública y de prevención de la transmisión de Chagas.
“Con una data confiable, el Ministerio puede montar un Plan Nacional para la Prevención de Mal de Chagas, ya que cuenta con datos y mapas en los cuales están cartografiadas las zonas más afectadas y de mayor riesgo, lo que le permitirá mantener una política preventiva con respecto a las zonas rurales y urbanas. Después de 25 años, el Gobierno, a través del MPPS, está implementando una política seria para controlar el vector (Plan Nacional de Control de Vectores), tanto en Caracas como en el resto del país. Esperemos que el proyecto sea exitoso ya que las nuevas autoridades del MPPS tienen la voluntad y decisión política para que sea un programa exitoso y no termine siendo una medida espasmódica”, dijo.
Además no hay que olvidar que es en el Laboratorio de Enzimología de Parásitos de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Los Andes, donde Concepción, junto a una gama de profesores e investigadores, crea el Kit CruziElisa, herramienta para el diagnóstico de esta enfermedad y la cual podría ser utilizada para el serodiagnóstico de forma masiva en los centros de salud pública.
Aporte de la ULA
El kit CruziElisa es uno de los aportes de los investigadores de la Universidad de Los Andes al despistaje de la enfermedad del Mal de Chagas, el cual se encuentra en el Ministerio de Salud a la espera del respectivo permiso sanitario.
¿Preguntas?
A ningún investigador se le ocurría ir a buscar chipos en la capital o preguntarse lo que estaba ocurriendo con respecto al contagio de esta enfermedad, no sólo en los barrios de Caracas, si no en reconocidas urbanizaciones del Este caraqueño.