El terrible o exitoso mundo de la empresa en familia

Un conocedor de este ámbito, es el doctor Juan Antonio Bustillo, titular y conductor del Programa de Empresas de Familia en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), quien además maneja, junto a su esposa, una de las escasas Consultorías  de Empresas Familiares, que existen en el país.

La empresa familiar es arquetípica, siempre ha existido. A través de los siglos y milenios, la familia siempre ha tendido a unirse para producir, vivir y sobrevivir.
En el momento en que cualquier persona genera una idea para emprender un negocio, lo más acostumbrado o común es que se lo comunique o busque apoyo en la gente más cercana y de mayor confianza.
Indudablemente que la empresa familiar en su decurso, ha tomado las características más diversas. Tal ha sido su fortaleza, que hoy día constituye el 40 por ciento de las mayores empresas del mundo.
En Venezuela, en principio, las empresas familiares estaban dirigidas a la rama artesanal, de distribución de alimentos, la típica bodega. La migración de los años 30, 40 y 50 trajo como consecuencia las duras necesidades  de trabajar, fundar o morir, de esos conglomerados de diversas culturas que se asentaron en el país. En estas décadas se acentuó el boom de las empresas familiares orientadas hacia la expansión productiva.
El crecimiento de estas empresas debieron enfrentar los hitos de sucesión de mando, muchas se fortalecieron otras simplemente fracasaron.
Actualmente, la modernidad nos ofrece tecnologías de las cuales una gran cantidad de jóvenes, egresados universitarios, se valen para crear sus propios negocios.

Empresas de alta tecnología, de consultorías y de servicios, repuntan en estos últimos años, en las que, además del rasgo familiar, se evidencia el elemento amistad como un aglutinador de ideas, compromiso e inversión.

Sin embargo, la interioridad de estas empresas familiares y de empresas “entre amigos” también implica su cuota de calvario, cuando se les analiza profundamente.

Un conocedor de este ámbito, es el doctor Juan Antonio Bustillo, titular y conductor del Programa de Empresas de Familia en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (Iesa), quien además maneja, junto a su esposa, una de las escasas Consultorías  de Empresas Familiares, que existen en el país.

Apelamos a su experiencia y su conocimiento para detallar lo que es la gestación de una empresa familiar, sus traumas, vicisitudes, logros y éxitos:

¿Sobre cuáles fundamentos se establece actualmente una empresa familiar?

- La crisis gradual que hemos palpado en el país, ha hecho que la opción de empresa familiar se haya tornado muy fuerte. Cuando la gente  se gradúa y va al mercado laboral, pero se encuentra con la imposibilidad de lograr un trabajo formal, pues sencillamente acude a su talento, potencial, consanguinidad o amistad para hacer emerger un nuevo nicho productivo. El caso ejemplar de papá médico, mamá médico y los hijos médicos, lo podemos notar que en las adyacencias de grandes centros privados de salud, se abren institutos especializados de servicios médicos diversos dirigidos por estos tipos de grupos familiares.

¿Cómo valora la dinámica interna de estas empresas familiares?

-No es fácil auscultar este tipo de empresas, pues al igual que las familias se aman, tienen también grandes dificultades para superar relaciones. En muchos casos, esta dinámica se torna conflictiva, pues cuando el padre ha sido un triunfador y los hijos no se acoplan a esta visión, resulta cuesta arriba emularle. Es acá donde las separaciones, emociones enfrentadas, tristezas, se entrelazan.
Es en estos trances, cuando los expertos podemos asesorar a las familias para inyectarles las dosis necesarias cuya intención es poder superar los conflictos interpersonales que aquejan a dicha empresa. De lo contrario, sencillamente la empresa  estará condenada a desaparecer. Si lo superan, veremos un fortalecimiento.
 

¿Hasta qué punto los grupos especializados en este tipo de asesorías están tomando las riendas de esta situación?

-A estas alturas, tan importante como la investigación del desarrollo de las empresas familiares, es la consultoría y su mejor forma de asesorar a la empresa familiar para que pueda superar etapas.
No obstante, los interesados en emprender este tipo de asesoría, lógicamente, deben formarse, nutrirse, leer y, sobre todo, internarse en la praxis como un remedio casi directo para solucionar dificultades. En lo personal, siempre he fomentado esta vertiente en el Iesa.

Pero volvamos a la dinámica familiar, ¿Dónde están esos punto  álgidos de esto que podríamos considerar casi un drama de novela?

-Entender la dinámica familiar es tremendamente complicado. No hay nada más parecido a una familia, que otra familia, pese a las diferencias que se les pueda detectar.
Los asesores lidiamos con una trama de situaciones, pues dentro de cada clan familiar persisten choques o personalidades casi esquizoide. Es donde transamos pactos, y vamos a lo formal, es decir, hacemos que las partes antagónicas asuman que pueden congeniar y hacemos que firmen un documento de compromiso. Muchas veces lo legal es el recurso ulterior.
Estas consultorías también asesoran cuando se requiere emitir un documento testamentario, o de casamiento con separación de bienes.

El bienestar dentro una empresa familiar puede medirse en los resultados que anualmente se decantan con los ingresos a repartir. La ilusión de la armonía está centrada en que haya dinero para una repartición dentro del clan, es así como vemos la fluidez en la dinámica interna familiar de este tipo de empresas.
Pero en el momento en que esa armonía empieza a dificultarse, inmediatamente empiezas a ver conflictos que se agravan.

Igualmente el éxito depende, en gran medida, del nivel de profesionalización y la capacidad gerencial que se le impregne. El tema de la sucesión debe ser abordado con la suficiente creatividad. La formación de estructuras de gobierno dentro de la empresa se hace imperiosa para poder enfrentar, sin consecuencias conflictivas, la sucesión de mando.

 
Pocos expertos

La consultoría en el área de Empresas Familiar, es una faena prácticamente inexistente en Venezuela. Como objeto de dedicación es nueva, aunque tiene un repunte en España y los Estados Unidos. En tal sentido, al desarrollo gerencial de este tópico, apenas podemos acceder gracias a algunos programas de formación que ofrece el Iesa.
El doctor Juan Antonio Bustillo, trató este tema de manera más amplia, con el rigor de una conferencia, en el reciente Seminario de Investigación organizado por el Centro de Investigaciones y Desarrollo Empresarial (Cide), adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes. (CNP: 5982)

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